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miércoles, 24 de diciembre de 2014

previo a navidad 2014, segundo día.

Me siento más paciente acomodando una mesa y sillas, en un punto estratégico. La parte más amplia que tenemos en nuestra pequeña casa.

Ayudo un poco en la limpieza de la casa, los demás parecen tener más experiencia. Me hacen sentir inútil. Después me hacen sentir cómodo, con la idea simple de que; alguien que estuvo ausente medio año, no pudo contribuir al desorden en casa.

Encuentro el viejo iPod y lo conecté en el coche, cuando iba camino a comprar un pastel. Subí el volumen y suenan canciones que hace tiempo no escuchaba. Me sentí feliz, subo el volumen e imagino que me encuentro tocando dichas canciones, con gente que esta sintiendo los mismo exactamente lo mismo.

Después atendí a todos en la fiesta, y con buen gesto. Cosa que esta vez no me costó trabajo. No me gustan las fiestas que organizamos, porque somos desordenados.

Me pregunto si todos tienen la misma perspectiva. El hecho de servir comida y ver que se agote con rapidez. Hay que servir mas y mas, parece una iteración infinita.

Aun me cuesta trabajo sentarme a un lado, después de que todos han quedado satisfechos, y comienzan la charla en confianza. Prefiero inventarme una actividad, como lavar los platos sucios.

Afuera juegan los niños con el perro,  cada vez se pone mas nervioso. En el fondo deseo ampliamente, que lanze un par de mordidas. Pero es un animal noble, mas noble y paciente que yo.

Cuando termino lo intento de nuevo, integrarme, sentarme ahí con todos, a reír como ellos, con ellos. Aunque mi paciencia es mayor, no puedo hacerlo. Tal vez por no contestar el ¿como te va? ¿que has hecho?

Pude escaparme mas tarde, llegue a otra casa a dormir, previo en el camino, una charla donde pude expresar mi enojo, hacia una vieja bruja que intenta ganar indulgencias en grupo religioso parroquiano. Señora que acabo con mi tolerancia, y que seguramente el señor su dios escuchó sus plegarias. De lo contrario, me importa un carajo. Porque si hubiese tenido los recursos disponibles en ese instante, hubiese lamentado meterse conmigo en la celda húmeda de prisión, en un calabozo. Pero así es, como dicen, dios no le da alas a los animales ponzoñosos y yo soy uno de esos.

Después de la cena, miré un poco de la basura que hay en t.v.

Aburrido, lo mejor era tumbarme a leer un cuento del viejo y borracho E.A. Poe. Cuando veo borrosas las letras, se que es hora de dormir.

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