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miércoles, 4 de marzo de 2015

Cuando fueron confundidos

Cuando fueron confundidos




La búsqueda es la misma en orden iterativo cuyos patrones aún no han sido descubiertos. Alguien llama a la puerta sin golpear con la mano, se escucha al abrirse un rechinido. Ese pedaso de madera con esquinas metálicas no opone resistencia,  carece de lealtad.

El acto termina hasta que ella cansada se desvanece como holograma, cuando el cansancio punzante converge en dolor y ardor que termina siendo muestra suficiente; pronto se volverán locos y entonces se detienen.

Sus piernas no son las mismas, cada vez más delgadas pierden evidencia alguna de su juventud. Pero ellos imaginan que son las piernas de la adolescencia, se suponen como adolescentes sin miedo. El dedo de su dios se pulverizó en promesas, en la tormenta violenta cuando al darse cuenta de la inconsistencia del universo, calló derrotado ante los ojos de todos sus ángeles.

Recuerda cuando imaginabas la sensación en noches de insomnio, las suposiciones del calor interno provocaban que el tiempo transcurriera más rápido hasta el amanecer. Consulta tus recuerdos ocultos en la parte oscura de la conciencia (que nunca has revelado) para asociar el placer que te causa ver su rostro impávido, por eso necesitan ambos completo silencio. Cuesta trabajo respirar lento con el corazón latiendo palpitantemente, es una práctica asimétrica que no contempló la naturaleza, pero que ustedes han perfeccionado.

Los comentarios sobre ambos son suposiciones, ustedes se convirtieron en fantasmas. En el encuentro, así dicen; tejieron redes infranqueables, fuertes nudos sin comienzo ni fin, con una cuerda que se creó para acorralarlos cuando fueron confundidos con ángeles malditos.

Condenados fueron arrojados hacia patrones constantes indestructibles, forman parte de la estadística de mujeres y hombres que gustan de caricias fuertemente mortales. Algunas veces regresan a casa, algunas otras viajan. También es una opción visitar la oficina de Julieta y recostarse en el sillón liso donde finalmente puede ella dormir y no molestar, cuando comienza a sentir soledad despierta. Después llega él, con el disfraz de ángel misericordioso que pronto tendrá una transición causada por todos los temores y angustias acumulados en años, la sed que a soportado muchas tardes, tardes de primavera y nubladas en el otoño.

Primero miraran las fotos de la adolescencia, tomadas con una vieja cámara de rollo y reveladas en el estudio con luz roja. Pareciera que se ven frente a un espejo, se encuentran de manera opuesta cada uno en una superficie distinta. Las imágenes ahí están como jueces que gritan fuertemente que ¡no hay parecidos!, no pueden ver su reflejo mismo.

Cuando los dos se ponen en la misma superficie se dan cuenta que son hijos de nadie, tal vez de los arboles que copularon a espaldas de la naturaleza, siendo infieles con la luz de la luna acariciando distintas partes de su piel al mismo tiempo. Ya adultos toman parecido fiel a sus ancestros, son sus ancestros, ya no son los chicos de la adolescencia.

Ahora antes de hacer su visita, él mira las fotos que aún conserva en papél ácido. Después se acerca y se estaciona de tal manera que nadie identifique sus movimientos, mira de nuevo la fotos y llama a la puerta. Después mira y olfatea la dulce porquería de la hipocresía. Pasa y busca la embriaguez que le provoca su propio éxtasis del recuerdo y el volcán de sus pensamientos junto con la coordinación del corazón palpitante pero la respiración disimulante tranquila.

Acaricia el hambre extraña que siente, la falta de un alimento acumulado de forma incuantificable pero instintiva, indescriptible, y analizada con tanta paciencia durante todos estos años. Pareciera que Soledad está ausente hasta darse cuenta que el holograma se desvanece cada vez más rápido, que la velocidad en que puede responder es finita y pequeña, como una pesadilla donde todo se diluye en el sueño mismo arrojándolo violentamente a la noche con la sensación de que lo único real es el aire y la luz de la luna colándose por la ventana.

Esta deuda cambia de tamaño aumentando de forma imperceptible, es infinita, pero incluso hay infinitos más grandes que otros. Aumenta y nunca podrá detenerse, y hay de quien se atreva a cuantificar postulando nuevas leyes. Se darán cuenta que ni siquiera el hueco en el sótano, del que borges hablaba con tanta angustia, podrá abarcar todo lo que nos relató en el cuento del aleph.

Queda algo pendiente, algo irrsolviblemente pendiente, busca a quien tiene facciones parecidas, y asocia el deseo. Una nueva Ella tiene timidez, rostro y cabello similar, esa confundida e ilusa joven es parecida a Ella. Esperan impacientes y al terminar la espera con lo esperado, él decide abandonar y corre velozmente, promete dejar de buscarle decide dejar de hacerlo pero ya se dio cuenta que dicha promesa es parte de la iteración infinita.

La razón de la deuda ha quedado lejanamente incomprensible, está situada en un punto inalcanzable que en perspectiva se perdió en el infinito, de tal forma que, regresar cuesta toda una vida, puede costarle la vida.


Gerardo Urrutia

Ciudad de México, 3 de marzo del 2015.

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