Los asientos del tren

 En el otoño las parejas de jóvenes lucen más tranquilas. ¿Fue el intenso verano? ¿En otoño se descansa del verano? Lucen menos frenéticas, más amorosos, más calmados, caminando hacia el fin de año. Empieza una embriaguez colectiva. Contagiará a los menos afortunados, los que pasaron el verano trabajando. También, los que no se atrevieron a pedirlo, los que callaron, o los que no supieron cómo decirlo. 

La lluvia, el chocolate caliente y las tisanas. Pan calientito. Ponche de frutas. Muled wine, para los más atrevidos. Fuerte whisky para los más desesperados. 

La delgada línea

A Esteban.

En estas estaciones del metro, la línea amarilla está más lejos de los rieles. Sin embargo, el salto entre el anden y el vagón deja un espacio en donde puedes caer. Por eso, debes proceder con cuidado, porque podrías caerte y quedar aplastado antes de que el conductor se de cuenta. Sin, embargo, sé que en tus días más oscuros, piensas que caer en ese hueco, se pensaría que tu muerte es un accidente y así tus seres queridos no se lamentarían por tu decisión, que nada tiene que ver con ellos. Pero recuerda que no solo la razón te ayudará, también tu cosmogonía de latinoamericano, recuerda el discurso de Gabo, cuando ganó el premio novel. Nuestra respuesta siempre será la vida.

"... Sin embargo, frente a la opresión, el saqueo y el abandono, nuestra respuesta es la vida. Ni los diluvios ni las pestes, ni las hambrunas ni los cataclismos, ni siquiera las guerras eternas a través de los siglos y los siglos han conseguido reducir la ventaja tenaz de la vida sobre la muerte."

"... Una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra."

Que así sea.

Se termina

Tres días antes de la sentencia final del outsourcing me serví la última taza de café malo, en la cocineta. Tomé la dona que escondí en el refrigerador un día antes. Maldito gordo, me dije. Ahora qué harás, no tienes empleo.

Eñe entra a prepararse su desayuno de bagels con queso y el té con una rodaja de Naranja. Ella huele, como siempre, al perfume del auto de su novio, quien la deja en la entrada del edificio, cada mañana a las 7:30.  

Adiós Eñe, muchas gracias por todo. La abrazo. El abrazo dura más tiempo de lo que debe. Mi nariz puede ir un poco más profundo, debajo del perfume barato del auto del novio, está la piel, la piel de Eñe, el olor de su piel. 

La fiesta

Tal vez Omar era el cómplice de Andrea. Toda la semana ambos me recordaban a diario sobre la fiesta del viernes ¿Irás? . Yo decía que si, pero ya sabía que no. No. No bebo alcohol, pero puedo estar en la fiesta. No tengo dinero para el pasaje del autobús. 

Casi acercándose el viernes, le confieso a Omar que no voy a ir porque no tengo dinero. El me presta dinero. Llego tarde a la fiesta porque me cuesta trabajo encontrar el lugar. Andrea ya está pasada de copas. Estamos un rato sentados. Me pregunta que si quiero beber algo le digo que no. Me pregunta por segunda vez y le pido un cigarro. Me lleva al patio trasero. Me dice que aprecia mucho nuestra amistad, que me quiere mucho. Me abraza. Le digo que yo también. Ya sé hacia adonde va, esto, pero no puede ser. No, Andrea. Sé que le da asco el cigarro pero se aguanta. Fumo y fumo y fumo hasta que se consume, se enfría. Entonces Andrea dice que siente frio. Regresamos a la fiesta. Minutos más tarde consigue encerrarse con alguien en una habitación. 

Yo esperaré toda la madrugada, cuando el primer autobús salga y pueda regresar a casa. No tengo presupuesto para el taxi

Que guapo es

Salimos de la oficina cuando Eñe obligada me fue a buscar para decirme que no le gustaba más estar conmigo. Que lo había pensado hace tiempo pero no se había atrevido a decirlo. Bueno Eñe, qué se puede hacer, porque no te fuiste mucho antes. Expresé el enfado intrascendente que todo inclencle con la moral baja puede expresar.

Mientras caminamos por el pasillo que conduce a la salida final, frente a nosotros pasa el chico guapo dueño de la motocicleta choper. No sé cómo se llama, pero lo conozco. Al tipo le perdonan todo. Le perdonan que sea un imbécil. Incluso las liberales le perdonan que se atreva a postear felicitaciones en redes sociales el día internacional de la mujer. No lo crucifican. Debe manejar bien la motocicleta. Debe ser bueno dominando las artes de la intimidad. 

El chico guapo pasa al lado de nosotros, se pavonea sin verse fanfarrón, con maestría en su arte, y nos saluda.  Eñe me dice, sonrojada y estrechándose ¡Qué guapo es ese chico! Eñe no se limita de pensarlo en voz alta, tiene un instante de emoción. Eñe alegre termina de cagarme las pelotas y rematarme bien esa tarde. Menos mal. Eñe no sabe que ese chico se quedó con Gio, a quien quise, también, algún tiempo atrás.

Segundos de incertidumbre

Recibo fuertes patadas por detrás de mis piernas, arriba de las rodillas por que no me doblo, algunas caen en mi coxis, las que menos duelen, en mis nalgas. Trato de huir corriendo, pero este tipo me dobla la estatura y la velocidad. Es como uno de esos sueños donde tratas de escapar corriendo, pero entre más te esfuerzas te vuelves más lento. 

Trata de escaparse un grito de mi garganta. Pero los hombres no lloran. Un par de lágrimas escapan de mis ojos. Me pregunto, ¿porqué estoy aquí? ¿Porqué molesté a ese tipo? 

Llego a la última pared y estoy acorralado. Me lanza las últimas patadas. Se compadece, porque no hace que me caiga. Tampoco mete los puños para arruinar mi cara o quebrarme los brazos. Siento miedo. Pero se va.

No me quiebro. Mi límite es sentir que arda mi cuero cabelludo. Si me toman de las greñas, como años atrás. Patadas empujándome mientras Ele se daba vuelo pegándome, más y más, pero no hasta quebrarme los huesos, sino hasta quebrarme el espíritu. Cuando veía que estaba a punto de estallar en llanto, a punto de gritar, hacía que me callara con su voz potente ¡Cállate! 

Entonces mi espíritu estaba quebrado. Se quedaba sentado junto a mi, hasta asegurarse que mis sollozos se apagaran. Después entonces, la vida sigue. 

El mundo no es ideal para pedir favores

La mayoría no se atreven a lanzar una simple petición, "Necesito esto".

Interrogatorio más simple 

- ¿Oye, te puedo pedir un favor? 

- Si.

- [Inserte aquí algo que no quieres hacer o no puedes hacer]

Interrogatorio acorralamiento para que no te quede alternativa

Te acorralan. Te preguntan si estarás libre. Juntan todos los elementos. ¿Estás solo?, ¿tu casa tiene un sofá extra?, llegas a tal hora a la oficina, escapas a tales horas, no llegas aveces a tu casa, no estarás tal fin de semana. Si ocupas tu auto, tu bicicleta. Intuyen que tienes un salario, ¿decente?, si lo gastas o no. 

Todo ha sido un interrogatorio, inteligente, para que no te niegues. Para saber si pueden disponer de tu tiempo, de tu dinero, de tus energías, de tu casa, de tus ganas de estar solo. Y esque tampoco somos sinceros. Si te niegas, tal vez seas considerado un mal amigo, un mal colega. 

Todo se puede arreglar con un sincero, "necesito".

Ofrenda a mis vivos más amados

 La verdad tengo mucho miedo. Tengo mucho miedo de vivir su muerte. Ojalá me muera yo primero, superarán en un mes como lo hicieron con mi partida. A mi me tomaría todo el tiempo del universo. Tengo mucho miedo, infinito miedo. 

Mis amigos los mas valientes

 Tienen mi máximo respeto por mostrar esa sonrisa. Por construirse eso, el amor. Por apostar en la más difícil en las carreras. Por salir completos, al final del día, las raspaduras duelen, pero están completos, y sonriendo. Por eso, me hace feliz verlos. El mundo merece una segunda oportunidad cuando expresan su amor. 

Si vuelves conmigo habrás fracasado

Siempre ha sido lo mismo conmigo. He tenido que esperar un largo tiempo para estar con las mejores chicas de mi generación, siempre que los mejores chicos de la generación se hartaron de ellas. 

Al final nos vamos a morir, y nos vamos a llevar cosas distintas. Mismas alegrías y penas con fantasmas que yo no entenderé de ti, y que tú de mí jamás entenderás. No tenía un corazón que sacrificar porque lo ofrecí a los dioses, mucho tiempo atrás.  

En mi mirada viste las puertas del infierno, no el de la maldad, tal vez nisiquiera el de la locura, pero sí el más patético, el del abandono, el de la oscuridad, esa que borra la luz, hasta no dejar un rastro alguno. Al final, el olvido. 

Si regresas, no te habrás dado cuenta que habrás descubierto el amor verdadero, como te lo dije en mis fantasías, más bien, habrás fracasado. No compres esa basura de dejarte moldear por las ambiciones de otros. Se fiel a ti, a lo que llevas soñando desde hace tiempo. Si vuelves conmigo, habrás fracasado, y vivirás muy infeliz. 

Al final, si regresas conmigo, te habrás abandonado.

La chica más hermosa del mundo en la peor panadería I

La chica más hermosa del mundo atiende en la panadería francesa más horrible del mundo. Uno piensa injustamente que las chicas bonitas no sufren, que solo son bonitas y ya, que pueden elegir lo que quieran, que tienen el mundo a sus pies. Hoy es sábado, lluvioso, en otoño frío. Me levanté a las 6 de la mañana para no encontrar lleno el supermercado. También para que me rinda el día porque trabajaré en fin de semana. Paso cerca de la panadería y la chica más hermosa del mundo está acomodando el pan desde temprano. En sábado, temprano. Hasta la chica más bella del mundo tiene que trabajar tan temprano. Está lista y fresca. Hasta la chica más bella del mundo tiene que ganarse el pan.