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martes, 16 de diciembre de 2014

charla posterior

Miro con tristeza cierto reflejo que encuentro en tí. Esta vez no es ese efecto óptico, que hace parecer todo el ambiente gris y oscuro, beneficiandote a tí como la única forma colorida. 

No has aprendido de los fracasos, tanto amorosos como también en las otras cosas que te interesan, las que te darán trascendencia.

Bien sabes que posisionarte en cualquier lugar del espacio no es merito tuyo, si no de tu carita bonita. Puedes probar todo lo que quieras en la vida, sin embargo sabes que no has encontrado tu lugar en el mundo.

Sabes que te obsesiona cualquier cosa: la música, pintura, esculturas, deportes y hasta las teorías matemáticas que pretendes entender, pero que en el fondo sabes que no puedes, que no estás hecha para eso.

Te elogio esta noche, porque te entregas. Sin embargo nunca has querido escuchar por boca de otros, a exepción de tu mente, que te haces pendeja. Que te has hecho pendeja todo este tiempo. Que sabes disimular bien tu edad, pero cuando volteas al cielo, no puedes engañarte.

Tal vez fue un elogio decirte, en analogías que me parecias una especie de duquesa, o princesa. Porque a simple vista lo pareces. Pero siento una profunda tristeza, por verte así herrando a lo pendejo. 

Siempre podré mirar la tristeza de tu sonrisa, aunque lo oculten tus obseciones aparentemente buenas. Pero a decir verdad, eres la mascota de todo grupo al que intentas unirte. Lamento que tu belleza solo pueda servir para no estar sola, pero evitas la soledad de manera impulsiva. No piensas, en realidad sientes todo este universo tan oscuro.

Y recuerdas las veces en que pensaste eso, esa decision que dicen es de los cobardes, pero a decir verdad es de los valientes. 

Lamentas que para las únicas cosas que sirve tu inteligencia, es para algo que nunca va atrascender. Que solo se queda en tu imaginación, como el trabajo que tienes en mente ahora. Hasta que se pase el efecto del café y te dignes a dormir. Mañana despertarás tarde lamentandolo.

Por ahora, te acaricio. Como un animal de terciopelo.

Descansa mi pequeña hoja de mundo.

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