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Chocolate Caliente

Chocolate caliente  Ya no siento tensión durante el domingo. Creo me volví mas cínico. Hace meses vivo al puro impulso, pero de impulsos simples.  No había salido al supermercado el domingo con la sensación de qué no hay cosas pendientes por hacer. Mientras escribía las líneas anteriores se que si hay cosas pendientes. Pero no me preocupan.  A pesar de que mi bolsa del supermercado es un poco pesada, yo me siento ligero. Dormí la siesta en la tarde y después tuve ganas de salir. Toda esta introducción para explicar esta nostalgia mierdera. Estaba abierta la chocolatería donde una vez pasamos. Sabes, siempre mi deseo fue que tomáramos chocolate en un día frío como este. Cuando pasaste en este lugar, no quisiste pasar a mi casa porque estabas demostrándome que no siempre nos íbamos a acostar. También, me castigabas por alguna de mis maldades.  Nunca lo sabré. No sabré si te morías de ganas como yo. Si lo hacías, que pendeja fuiste. Sino, que pendejo fui esa tarde.  Recibí tus besos mierd

Escena 7

  Escena 7 El sargento creó un mito de injusticia para los últimos años de su vida. Dice que sus enemigos conspiraron contra él, lo hundieron. Que lo refundieron en ese cuartito, el muladar donde vive, con sus cosas amontonadas, con su cocina pinche con olor agrio; con su baño construido con pedazos de azulejo de distintos colores, mismos que son las sobras de otras construcciones; con sus cortinas feas viendo al jardín con pasto seco. El sol le pega infame al techo de su casucha. No hay árboles pero tampoco desierto. La tierra es árida, parece que se chamusca con el sol. Parece que se queja silenciosamente, como si extrañara que algún día hubo árboles y un buen jardín, una buena vida como la que tenía el sargento.  A mi no me causa lástima verlo todo jodido porque sé la verdad sobre él. Siento asco por el pato, colgado a su andadera, apenas lleno a un cuarto de capacidad con sus orines naranjas. Le dice a su mozo, que le manda el ejército, por cortesía, que le de su pastilla, porq

Historians de diciembre - Salidas a escondidas VI

Llama a Alejandra, está su teléfono en un sitio de internet. Advierte en su llamada que es la misma del anuncio, que no hay trucos, que es delgada y hace ejercicio.  Héctor no la lleva a casa, no quiere que sus roommates se enteren, porque dice en la página de internet que Alejandra es explosiva, el mejor sexo que ninguna novia o pareja pueda darte, entonces, Héctor teme que Alejandra haga más ruido que Leslie, su exnovia, a quien le cuesta trabajo olvidar, pues con ella a tenido el mejor sexo hasta el momento. Pero, si Alejandra, la chica del anuncio de internet sabe bien su oficio, entonces podrá sustituir a Leslie al menos por una noche. Héctor pregunta cuánto cuesta el servicio, es un poco costoso, Alejandra dice que hará un descuento para que se anime. Héctor acepta y Alejandra le pregunta en qué Hotel. Héctor busca en booking punto com un hotel en Tlalpan. Se ve decente, y queda cerca de avenida Churubusco, justo de paso para ir al aeropuerto. Esa misma noche tomará un vuelo para

Historias de Diciembre - Salidas a escondidas V

I Esteban me cuenta que cortó con su novia. Estamos comiendo pizza y pasta, pedimos una botella de vino. Nos ponemos felices. Faltan un par de días para mi cumpleaños. Me dice que tenemos que festejar. Me pregunta si ya he estado en un Table Dance. Yo le digo que no.  Me dice que vayamos, que él invita por mi cumpleaños.  Llegamos a las 9 de la noche. Caminamos por la acera y el cadenero nos pregunta si queremos entrar. Le decimos que sí. Nos hace una revisión y nos dice que es muy temprano pero que ya tiene chicas. Entramos al lugar con luces fluorescentes y sillones rojos. En el centro una pista en forma de T con círculos  en los extremos y tubos. Si, yo pienso que es muy temprano y que nos vemos muy tontos, pues nisiquiera tenemos treinta años, pienso que tenemos cara de tontos, inexpertos, y que nos van a sacar dinero a como dé lugar.  Nos sentamos y miramos la carta. Las bebidas más baratas son cervezas de 7 dólares. Pedimos una cerveza cada quien y mandan a una chica para nuestra

Escena 7

Rebeca sale conmigo, estoy muy emocionado, me siento muy afortunado. Los besos de Rebeca son los más dulces. Me gusta que su perfume quede impregnado en mi ropa, en mis brazos, en mis mejillas. Mi hermano mayor me regaló un perfume. Me pongo de ese perfume cuando voy a verla. Rebeca dice que mi perfume huele muy rico.  Rebeca no quiere que los demás sepan sobre lo nuestro. Creo que le da pena que me vean con ella, porque ella es muy bonita y yo, soy yo, no soy tan guapo como mi hermano mayor. Él dice que eso no importa, pero yo creo que si. Él lleva a su novia, Alejandra. Ella es muy bonita. Mi hermano y Alejandra están juntos, y no les importa que la gente los vea pasar juntos. Rebeca dice que no podemos salir juntos a tomar helado o tomar capuchinos. Rebeca dice que le gusta que estemos a escondidas.  No le quiero contar a mi hermano, porque va a decirme que soy un tonto. Mis amigos coquetean con Rebeca, porque es muy bonita, pero ellos no saben que es mi novia, a escondidas, bueno n

Escena 6

La tía Jovita me dió una bolsa de mandado llena de trastes con guisados que había sacado de su refrigerador. Eran las 6 de la tarde en el verano, aún hay luz de sol pero está muy nublado. Comienza el tiempo de lluvias. La tía Jovita me dice que me apure, que me valla antes de que empiece a llover. Le digo a mi hermano menor que tome de la mano a mi hermana menor, mientras yo tomo mi bicicleta y pongo la bolsa con los guisados en el manubrio, porque pienso que así me pesará menos.  Les digo a mis hermanos que caminen enfrente de mí y que se vayan por la orillita de la calle, así nos mantenemos seguros de los coches. Cuando alcanzamos las tres cuadras empiezan a caer unas pequeñas gotas del cielo. Me pregunto si tenemos que regresarnos con la tía Jovita. No quiero porque se hará más tarde, y puede que mi hermano o mi hermana se quedan dormidos, y después será más difícil el regreso a casa, aunque no tengo fuerza para cargarlos, la tía va a pedir que haga un esfuerzo o que nos paga un tax