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miércoles, 30 de diciembre de 2015

Canciones



Canciones

Abrí la vieja carpeta en la computadora con archivos que se fueron acumulando durante todo este tiempo. Encontré fotografías, pedazos de canciones y un rompecabezas de letras en archivos txt. Físicamente tengo un montoncito de hojas desparpajadas que fui encontrando en distintas posiciones de mi habitación, se supone que son las primeras ideas de esos rompecabezas, una serie de frases y versos plasmados con lápiz y tinta negra, roja y azul. Ahora las metí en un sobre, las guardaré por respeto a ellas mismas, a su memoria, porque no quedarán plasmadas así.

Miré un viejo espejo, su reflejo es una ventana en el tiempo, me dijo lo que pensaba en ese momento, las decisiones, mis represiones y angustia. Hay cierta inocencia, si me viera a mi mismo me daría una palmada, no por lástima, más bien diría bien hecho mira todas esas cosas, te pillaron con la inocencia de un amor intenso inconsciente.

Inmediatamente pensé en cambiarlas y me puse a trabajar, pero cambiarlas sería negarme a mi mismo, al chico de hace cinco años con sus miedos y angustias, emociones y amores.

Hay una en especial que me parece realmente tonta, los acordes son demasiado bueno pero la letra no le hará justicia a la música, no hay armonía. Pienso en las opiniones que atravesarían de las nuevas personas que conozco, creo que cada vez uno conoce a gente más critica.

Entonces no se si dejar esa letra intacta, pues ya nisiquiera se ajusta a la música.

La historia... algo simple, melodramático. El amor imposible que mira a uno de tus mejores amigos, y que ella no estaba dispuesta a olvidar...

Nunca le pregunté si le molestaba, dejamos de vernos y de tomar tragos juntos ahí lo hubiésemos confesado, mi otro amigo dijo que nunca hubo problema, sospecho que sí...

Total, ella está perdida en otra parte lejos de nosotros quizá.

domingo, 27 de diciembre de 2015

Porqué no

¿Porqué no programar la alarma? Mañana temprano cuando todos descansan y más tarde dedicarán el tiempo como se manda el séptimo día.

¿Porqué no despertar? Cuando la mañana exala el último sereno de la madrugada fría de invierno.

Porqué no tomar, como en un descuido, algunas monedas, algunas monedas que sirvan para el café de la tarde y un libro de bolsillo poco estorboso.

Más tarde preguntaría porqué sigo haciéndolo.

Porqué no escuchar las quejas de aquellos que esperan un milagro mientras su paciencia les permite colectar indulgencias y librarse del fuego eterno.

Es invierno y aún hay mosquitos con ese zumbido agudo que tortura mis nervios. Porqué no prender un cigarrillo, dicen que "con el humo se van"

Aquí está la influencia de tus charlas y consejos que también son un zumbido...Zzzz zzz "no regreses".

No regresaré, no regresaré, puedo esperar un poco más, mientras estos granos rindan para más tazas de café.

No regresaré a escuchar sonidos sofocantes y noches de insomnio, de calor como si la puerta al infierno estuviese ahí cerca.

Siempre estuvo cerca y no se quien se adentró en lo más profundo, no me atreví a mirar, no quiero regresar.
No te debo nada, mi deuda está soldada, mi alma nunca fue vendida.

sábado, 19 de diciembre de 2015

Indistinguible







Ahora los sueños son indistinguibles, sueño despierto y dormido también, sueño despierto y estoy dormido pero no distingo parece tan real.

Se que puedo declararme jodido cuando en ambos soy cobarde, antes disfrutaba soñar dormido, ahora desperté con esa sensación de que estaba perdido y acorralado en una mañana fría a las once.

Como siempre esperé a guardar distancia para que nadie sospechara, antes revise el coche y me percaté de la jeringa rota. Tal vez las cosas no estaban bien contigo no podías conducir así. Y de repente llegamos en un parpadeo el sol era intenso y el calor también, cerca del mar, y los demás acediándote.

Yo perdido como siempre con estas ganas que percibes.

Desapareciste y ahora siento pánico ¿dónde estabas? Me quedé con ellos recordando tu mirada, descifrando por si quisiste decir algo, sigo siendo torpe y me quedé esperando hasta la mañana fría.

En la mañana fría me di por vencido, pero perdido, aquí, únicamente yo cubriéndome del frío, no hay diferencia. Pensaba que debajo de ese sol caluroso, entre las palmeras y la fista, con todos ahi mirando, tampoco dije nada.

En mis sueños también me quedó estático, esto es lo último a lo que se puede llegar.

Pensé en invertir, hacer despierto lo que en sueños, estaba decidido por la mañana, sin embargo me quedé estático esperando que se terminara el tiempo, que se apresure para arrepentirme dentro de tres meses.

martes, 15 de diciembre de 2015

Conducir

Como es costumbre en aquellos lugares, la hospitalidad se manifiesta en hartazgo, y piensa como te las arreglarás en cuatro horas de camino al volante en alta velocidad.

Sin parar, con el pulso acelerado mientras todos duermen y la música no se distingue.

Es de noche y las luces son despiadadas, están por doquier, algunas te incitan a pisar el acelerador.

Al lado de ese camión, doble remolque, veintiséis ruedas atrayendo como imanes, hasta parece una contradicción no ir hacia ellas.

Te preguntas si los demás sintieron lo mismo, cunado la gente pregunta porqué sucedió si lo hacía bien... conducia bien.

Sentirse atraído parece tan normal.

Volver

Fue revelador, una especie de moraleja que te iluminó en uno de esos chispasos.

No hay algo, todo es la nada, podría ser una de tus historias pero olvidaste tomar una pluma y papel. Estuvo ahí pasando frente a tus ojos cerrados, en tantas oscuridades como esta.

Ahí estaba, era un día como estos, tenías la misma chamarra, tratabas de ocultar el pulso acelerado de tu corazón y sentiste alivio al escuchar al mismo ritmo el de ella. Eso es... como una sensación de alivio por el equilibrio, ambos ganando, ambos parejos. ¿Y lo arruinaste? Todo transcurrió como transcurrió y no hay más, no estuvo mal. Y a pesar de que ese aroma y rostro jamás volverá en tu vida, aquello se quedó en la memoria del tiempo, no se fue, quedó ahí y eso te hace más completo.

Ya no está, alguna vez estuvo.

Volviste al mismo sitio, con oscuridad tenue, terminó la cena, entraste a la habitación, te preparas para dormir y sabes que no será fácil. (otra vez escribes con la.esperanza de que sea leído)

En este lugar hay muchos relojes, uno cada tres paredes, se escucha su mecanismo trabajar, quieres arrojarlo por la ventana.

Parece que volviste al mismo lugar, la misma habitación y época, la misma ausencia.

Ruegas para.tener el sueño pesado, para no escuchar ese ruido de al lado que puede comenzar en cualquier instante, ese murmuro incontenible y cataclismico, ese respirar acelerado y los ruidos de caricias agitadas.

Te preguntarás ¿que haces aquí?  Con el sueño ligero, que es injusto no poder dormir, que tomas discreción ante el ambiente lúgubre, que hay que esperar un poco más hasta que todos estén completamente dormidos y entonces te sentirás seguro para dormir, es un puto manicomio esta casa de relojes.

Después asocias, esas respiraciones agitadas, y si ocurren en otra parte, y si es ella. Porque si bien estas seguro no está en la casa de los relojes, está en un lugar mejor sin tener que cuidar del sueño, sin preocuparse por la mañana siguiente, sin lamentos, sin jugar a la mentirosa para obtener al día siguiente un poco de papel moneda.

Claro, por qué no, quizá no fue está noche, fue ayer o será mañana o pasado mañana.

Sientes esa especie de punzada en el.estómago y vuelco en el corazón, entonces crees poder desenmarañar la línea del tiempo y encontrar el punto exacto donde perdiste importancia en su vida, incluso dudas si algún dia la tuviste, y todo se reduce en cuándo te olvidó por completo.

Siente su ausencia, siente esa lección de vida, no está y ni creas que algún día significaras tanto como el amor intenso que no puede dejar por tu recuerdo incierto que en este momento del tiempo es falso.

Te sientes como al principio, cuando recién comenzaba, te creías libre y te ataste, ¿cuándo?

Las cosas empeoraron cuando encontraste a colorine y compañía, y que sólo sirvieron para plasmar más páginas pero que te quedaste solo, entonces buscaste cualquier pretexto para acercarte nuevamente, y lo hiciste.

Magníficaste los recuerdos para pensar que era buena idea la búsqueda, le hiciste creer a las flores, a tu entorno que así era.

Quedaste atrapado.

Y no.tienes algo. No hay, estas en la.nada.

El reloj es despiadado, su mecanismo cruge poniendote más tenso.

Y te sientes como.al principio y te crees capaz de afrontar este momento, ésta deuda contigo mismo, el round que evitaste afrontar.

Aquí estas, como si no hubiese pasado el tiempo, como.siempre esperando.

Aquí estoy contigo, completamente.

viernes, 11 de diciembre de 2015

Inducir cansancio

Al lado de los libros tengo apiladas unas cuantas libretas, ésta la de hojas amarillentas viejas que compré con los viejos que venden libros viejos, también la de hojas blancas con forro folder que tiene un desorden de apuntes y cuentos incompletos, pero yo buscaba la libreta de rayas y pasta verde; dentro hay una especie de bitácora con fechas al azar, ahora recuerdo fue a propósito por si alguien usmeaba, es azarosa pero recuerdo el orden específico.

Me puse a leer sin éxito, sin querer continuar, como cuando no te quieres mirar al espejo porque sabes que encontrarás tu cansancio y la actitud de su punta madre. Me dio hueva....

Prendí el radio y hay un concierto navideño de orquesta, azquerosamente agudo, tal vez el ingeniero de audio está de vacaciones, todos salen hoy de vacaciones.

Tomo la pluma con pereza, hay mucho que escribir a la clásica sin estar frente a la estúpida computadora.

No decido, mi vista está cansada como para tomar el libro de cortazar que compré el día de mi cumpleaños, o quizá solo escucho música, o me pongo a escribir; el chiste es dejar la luz prendida hasta que sea media noche hasta que el vecino se de cuenta que estoy en casa y cuide su desmadre, para que no arme un escándalo.

No se decidir, recibo un mensaje, cortez, de esos que te manda la gente que siente aprecio. Trato de contestar como siempre, no causando mala vibra. En realidad quería decir: sabes... yo ya no sé, bueno si se que jugare sucio, mintiendo como siempre, que nunca voy a dejar de adorar conjeturas y paradojas, lo sabes bien, apoyame, no tengas lástima por mi. Por ahora no me interesa estar en una oficina, tampoco viajando a tomar datos y fotos con aparatos que no entiendo como se calibran y que no tengo interés en aprender, la biblioteca está bien... Abri mi libreta de rayas, ésta hecha un desorden y no se porque también hay apuntes de geometría riemanniana, y ya no entiendo un carajo. La radio está bien, solo espero el sueño, y sabes realmente hoy ya no siento esa sensación de viernes, una especie de abandono porque hasta mi estoicismo se va, es el día de recordar la incompletitud, pero no esta mal, la radio no está mal, la vista tampoco, pero no quiero hacerlo; leer y escribir.

jueves, 10 de diciembre de 2015

banqueta

Transitan conductores con carácter incierto, fanfarrón y desesperado, despiadados circulan en la avenida que en los últimos años se convirtió en mercado. Hay puestos de fruta, trastos, discos,  etc, e impiden a la gente  tomar las banquetas.

Atropellan a un perro que venía con unos niños que salían de la escuela, el perro cotidianamente acompañaba a la acalorada madre que observa la escena sin saber que decisión tomar.

El perro con las biceras destrozadas, pero sin rastro exterior, camina unos cuantos metros y se tira a la sombra para agonizar. Los niños se sientan a un lado a dar ánimos inútiles ofreciendo una escena melodramatica que cautiva a los transeúntes preguntándose por el responsable.

La madre es paciente y cuando es momento pide que lo levanten, se lo llevarán a casa y lo enterraran en el jardín, eso planean sollozando.

Los conductores siguen igual, se divierten al máximo esquivando gente, puestos y mascotas.

El sol está de suputamadre pero mezclado con aire frío. Es un desorden, todo es un desorden.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

visitas



Me preguntó por mi interés, respondí varias cosas pero no la verdad. Llegué con varios prejuicios, después, con su impuntualidad de media hora y al verla sentada tras un enorme monitor, un vaso enorme de starbuks y canciones de los ochenta en la radio, entonces me di cuenta que no era el lugar indicado.


viernes, 4 de diciembre de 2015

Cumpleaños

Hubo un frío intenso tal como lo hubiese querido antes. No fue lugar para tu canasta y mantel de cuadros, para la tarta de carne y ensalada, para el jugo de frutas y dulce de leche; tampoco fue lugar para tu vestido floreado y esas pulseras que te pones en las manos haciéndolas ver más delicadas.

Talaron el árbol dónde nunca nos ocultamos de los rayos del sol, porque hoy muchos lo pedían (los friolentos tal vez a gritos).

No me oculté para que me buscaras, para comprobar que me conoces bien, que me oculto para ser encontrado. Esperé, fingiendo, sorprendido con esa sensación, cuando te acercas se acelera el corazón y disimulo tomarme por sorpresa tu llegada, pero quizá sospechabas que podía percibirte a varios metros, pues a pesar de que no es costumbre tuya utilizar esos intensos perfumes, tienes una esencia que puedo reconocer a distancia y supongo por mucho tiempo más (no se hasta cuando).

Finjirme fuerte y sereno, para mostrarte que conmigo podías estar segura, y que no me importaban estas cosas sentimebtalistas. Con este carácter distraído, que la gente de ciencia como yo no se acuerda de fechas importantes, pero me conoces bien.

Mis miedos son múltiples universos y las vidas que hemos vivido. Tengo en la mente el sabor de las cosas, y no se a que sabe la tarta pero supongo que es insípida, pero no importa porque la habías preparado.

Me escondía para que me buscaras, vestido un poco elegante para caminar como lo hacía la gente de hace dos o tres generaciones en esas fotos de los recuerdos.

Realmente temía que no llegaras, y descubrir que realmente no te interesaba provocarme una risa inocente porque adoro que estés cerca; sentirme atrapado y humano, sin armas y algunas veces sin palabras, que estaba bien si llegabas; que te diste cuenta del juego, me ocultaba para que me encontrarás.

Que estaba ambriento y que evitaba devorar lo que preparaste, por respeto a la canasta y el mantel de cuadros junto con tu vestido floreado.

Que no te importaba, ¡oh! Que miedo sentía. Imaginate que lo hubiera imaginado, que trabajará más de la cuenta aquel día y con tortura, que no me diera tiempo siquiera para la comida y que llegara tarde y cansado a casa para dormir olvidandome de la espera.

Cansado y con el estomago vacío, esperando a que llegue el sueño o la muerte.

Imaginate que lo hubiera imaginado, yo sería el miedo de que no te importaría, yo sería el olvido con una extraña agonía, el miedo me tomaría y comprobaria la verdad, entonces me volvería más fuerte o desdichado. No caben dos posibilidades en el mundo.
Por eso hoy no hubo sol y no me escondi para que no me buscaras. Estaba ahí a la vista del mundo donde pasaba desapercibido con mi estoicismo que sospecho podría ser histeria.

Me puse chamarra para no temblar como perro y tomé mucho café desde la mañana. Estuve ahí, sin hacer nada, como parásito como esperando algo, finjiendo tu espera sabiendo que no llegarias, que hacía frío para los vestidos floreados.

No quise leer tampoco escribir y mucho menos escuchar música.

Jugué al patán mirando como moría la tarde mientras todos se la rifaban. Hoy fui un estorbo, un adorno inesesario de alacena.

Probé la peor tapioca que pudiese prepararse en los últimos diez putos años. Me quedé sentado mirando el reloj como lo hacía mi podrida Sunse tomando patillas inecesarias. Pero yo sin patillas, finjiendo sinismo y demencia, finjiendo que no me importa que no te importe.

Qué hubiera sido de mi, imaginando la tarde ignorando mis miedos, esperandote a la vista de todos, yo soy mis miedos.

Y ocurrió.

Escondido me encuentras y sin esconderme no me buscas.

Pero es peor, en invierno no hay vestidos floreados ni árboles con hojas.

¡Tonterías! Como aprecio al invierno y la ausencia, puede haber un universo vasto y sentir el vacío de todo lo que nos rodea.




Ciudad de México, 4 de diciembre 2015.

Nunca más en la vida

Nunca te quedó claro que jamás quería volverte a ver, al menos por mi voluntad propia.  Por tu parte tenías esa idea idiota de que podíamos ...