Cuatro
Han pasado cuatro años, cuatro años… recibió una llamada a las 12 de la noche, lo percibió con su viejo reloj oxidado. Ninguna sorpresa agradable, cada año ocurría lo mismo, cada año ocurría su cumpleaños.
Junto a su cabecera la vieja lámpara encendida con su vieja y débil luz. En el auricular se escuchaba esa vieja vocecita, la misma que lo estremecía y que estremeció en ese momento. Tal vez se sintió un poco molesto, la vocecita interrumpió su lectura nocturna anhelada desde hace cuatro meses.
Las mismas cuatro felicitaciones cada 40 minutos, cuatro te quiero cada 40 minutos, cuatro te extraño cada 40 minutos y hablar hasta las 4 de la mañana.
Maldito invierno tan crudo, las penas son más amargas, el llanto mucho mas frio y el alma seca.
Cuatro motivos le llenaron de ira… (Su olvido, cinismo, ceguera y el a ver interrumpido su lectura) maldita vocecita.
Desde hace 2 años y 4 meses las llamadas con ella no fueron tan frecuentes. Desde hace dos años se topaba sin querer… con un demonio! Sin querer….. Cerca de ella.
Nunca pudo descifrar el misterio, nunca pudo quitarse la espina, nunca pudo quitársela de encima.
Cuando más feliz se encontraba aparecía ella todo se venía abajo, ella…. Sinónimo de amargura, ternura y malestar.
Cuatro años han pasado hasta que por fin quería estar con él. Después de 4 cumpleaños dejarlo solo plantado con cocoa caliente y emparedado de queso. Cuatro cumpleaños suplantándolo por cuatro personas diferentes…. Todos ellos “el amor de su vida”.
Cuatro horas, cuatro días, cuatro meses, cuatro años…
Durante ese tiempo presencio cada 4 meses cosas desagradables que ella provocaba.
Algunas veces caminaba por ese parque donde tanto le gustaba caminar y verla… con él y más tarde con otro él y otro él y otro él.
Vamos cuéntame que a sucedido que has hecho?... palabras que le daba miedo mencionar.
Oh! Dios mio, que daría…. Por estar con ella, por ser el motivo de su llanto y sonrisa, de preocupación y amargura y de todo… ser tratado como él o como él o como él o como él.
Hace 2 años cuatro meses perdió su esperanza, su esperanza con ella…. Su tesoro valioso, su moneda de oro infame.
4 años con el temor de recibir noticias que hablaran de ella. Miedo.
4 años de envida, ella nunca estuvo sola.
Las noches de viernes y sábado se la pasaba encerrado tratando de dormir, para no acordarse de ella, para no acordarse de que lo olvidaba muy a menudo, para no tomar el auricular y llamarle recibiendo un “no hoy tengo un compromiso”.
4 años con una decepción tan grande y abstenerse de conocer a mas chicas, tan siquiera 4 son suficientes.
Algunas noches una pequeña lagrima brotaba en su mejilla, cuando esa imagen de ella abrazando y besando a otro.
Cuando ella tan sonriente con el y con el y con el y con el pero él en casa.
¿Por qué el día de su cumpleaños? Se llenó de ira cuando escucho el llanto de ella, hablando de errores y errores.
Ho y es el día tan esperado – me di cuenta que tu si me quieres- dijo la vocecita
Pero después de cuatro años, sus hermosos labios se volvieron tan asquerosos, comparables con un vaso lleno de escupitajos.
No era justo 4 años. Colgó a las 4 de la mañana, para no escuchar el llanto de la vocecita y esas palabras que pueden persuadirlo.
Cuatro copas para olvidar, cuatro horas más tarde salía su vuelo de cuatro horas para largarse cuatro años de ese lugar.
