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viernes, 22 de septiembre de 2023

Giroscopio


“Te desvaneces con el sol. Pensar que te escondes es parte del juego” (Giroscopio, canción de la Gusana Ciega)


Me gustaría ser la persona que se encarga de los soundtracks de las películas. Desde niño he escuchado muchas canciones y siento como algunas de ellas se acoplan a las historias, ya sean complejas y simples. Como la canción 87 de vainilla rock describe perfectamente tu primera cita en el cine con ese chico que hace poco acabes de conocer. 


Conociste a ese chico, en esa fiesta de tu familia, en esa boda. ¿Para eso son las bodas? Para conocer personas. Rayos, también cachaste el ramo. Dice la gente que serás la siguiente en casarte, la siguiente novia vestida de blanco. 


Todos vieron al chico valiente acercándose a ti en la fiesta. Tu familia lo aprueba porque parece ser un buen chico. Por lo que me cuentas a mi también me da la impresión de que es un buen chico. Y cómo no se iba a acercar si te veías muy bonita con tu vestido y ese peinado especial que te hicieron por la mañana.


Ahora, el chico está haciendo los pasos siguientes para verte, para poco a poco irse colando en tu corazón. Mientras tanto tú te escones. Pues es grande tu impulso por conocer el mundo, por conocer más personas. Piensas que si te enamoras de él, de repente se encenderá ese chip que te hará dependiente de su amor, porque quizá te conviertas en una esclava, y entonces te encuentras en un dilema. Porque él es un buen chico, y a tu familia le parece que así lo es. Es suficiente pero no es suficiente. Las piezas que ahora son importantes embonan y te gusta, pues es una persona agradable. Pero no sabes si esas piezas perderán importancia y después se convierta en una mala decisión. 


Sabes que me causa ternura ver cómo vas descubriendo el mundo, cómo te entregas a él, cómo tus miedos te frenan y te preguntas si al final está bien o no. Me parece tierno como te escondes. Como luchas por no enamorarte. Al final los impulsos más grandes ganarán, y estará bien. 


Al final yo también escondo lo que siento por ti. También me escondo y a pesar de que tu intuición te hace sospechar de mi, nada estará dicho, mientras siga ocultándome con el sol. Bueno, quisiera que fuera así, por que en verdad no tengo intuición para esas cosas. Siempre evitaré cualquier cosa que me acerque más a ti. Es como tener el acelerador y el freno pisado a la vez. Mientras disfruto  ese tick tembloroso que tienes cuando comes helado. 


Me parece más cómodo pretender ser un poco lógico. Mientras pensamos en la comparativa del nuevo chico que conociste y por el otro que te mueres, el chico que te quería llevar a europa para que fueras a vivir con él. Pero al final, por alguna torpeza que no quisiste decirme, ambos amores terminaron fallidos. 


Mientras tanto yo, he desarrollado la jodida habilidad para ponerle sounftrack a tus amores fallidos y que me siga causando ternura tus pasos torpes. Más bien, la jodida habilidad de quererte y no expresarlo, para mantener las cosas funcionando. Lo que pienso que funciona, al final, la sonrisa que tanto disfruto y que suene divertido y me divierta hablando contigo.  


Gracias por estar en mi vida, estrellita. Siempre desearé que busque y la vida te de lo que deseas y más buscas, eso, que no he podido descifrar. Si algún día te vas del otro lado del mundo, verás el cielo que yo no, pero al final, el mundo es el mismo, es un instante que no se repetirá en la sucesión infinitesimal no importante para el curso del universo, pero para mí si, que hasta entonces me parece que la vida ha sido larga. 


¿Visitas inesperadas?

Ya sé que no pediste que te visitara pero me conduzco por mi propia ley, por mi propio impulso. No pasó por mi mente que te iba a incomodar. Bueno, sé que estas cosas aveces ponen de nervios a la gente. También, de hecho, estaba preparado para que no abrieras la puerta o para que me dijeras que me fuera. Pero aquí estoy, frente a ti. Disfruto verte sonreír. Disfruto tu risa nerviosa con tu voz entre cortada. 


Empieza el tiempo de las lluvias, se pone nublado, y el clima se presta perfecto para que preparemos capuchinos en tu máquina de capuchinos. Está perfecto para acompañar con el pastel que te compré. ¿Ahora qué harás? Tienes mucho pastel. El que habían comprado para ti, el que te traje y el que trajeron tus amigos. 


Bueno, he aprendido a que la mejor forma de platicar con las personas es preguntarles por lo que mas les gusta hacer, o a lo que se dedican, lo que hacen a menudo. Pasan los minutos, pasa el tiempo y se rompe el silencio incómodo. Mi conversación es liviana, espontánea, nada torpe, ¿ves? No incomodo a tus amigos. Todo está bien. 


Tampoco hago el espectáculo que te avergonzará después. Los actos melosos que después pregunta la gente, cuando nos separemos, ¿dónde quedó él? 


Estuviste enferma de Covid, estás en cama, y solo a las personas que ya nos dió covid pudimos visitarte, hoy en tu cumpleaños. Que triste para ti que eres una persona tan sociable. Pero estamos aquí, los que te queremos. Si te preguntan, ¿quién es él?, pues soy yo, el que te quiere. 


Bueno, esque nisiquiera me interesa si después vas a quererme. Hoy tenía ganas de verte y he venido. He venido porque tenía muchas ganas de hacerlo. También estaba preparado para que no abrieras la puerta, o para que me dijeras que no era momento.  Ahora estoy aquí, glotoneando este pastel y este capuchino. Ni modo, me iré hasta que la lluvia se detenga. ¿Ves?, Ahora estamos más relajados. 

Nunca más en la vida

Nunca te quedó claro que jamás quería volverte a ver, al menos por mi voluntad propia.  Por tu parte tenías esa idea idiota de que podíamos ...