Día 5

Nochebuena.

Hoy es noche buena, los sueños fueron típicos, esta vez sin añoranzas. La regadera más fría, se nota que hoy será un día lluvioso, se escuchan pequeñas gotitas golpeando en el patio. 

Los planes de este día, salir a complir con el tributo, que no permite vivir, más bien morir cada día. Un suicidio lento de preocupaciones y pocas alegrías. 

Salgo a la avenida y hay mucho tráfico, demasiado. El salvajismo y desorden afloran. Sobre todo en los conductores del trasporte públicom cuando casi me golpea una de esas vagonetas en la parte frontal del coche. REgularmente cumplo las reglas, pero esos tipos no.

Me desespero un poco, mi pie, el que pisa el clutch comienza a cansarse. Todos silban y cambian de carril, flujos que desobedecen toda ley física.

Comienza a llover, justo cuando arribo a la autopista, todos reflexionan y comienzan a correr más despacio, los frenos responden diferente. 

Llegamos con Eini, ese era uno de los destinos. Verla desplazarse en su porqueria de hogar. El olor de su barrio huele a podredumbre y olvido. Esa familia sabe ser falaz, dicen haberse equivocado de mundo y vida. Cumu abre el cofre mágico para aportar en su cena familiar, para aumentar el menúi de masa y salchichas. Después me dice que nos marchemos inmediatamente, la autopista sigue igual, en cuanto al tráfico. Nos conmueve un trágico axidente.

La lluvia sigue, y nos conmueve también el hecho de que casí chocamos con un automovilista que se equivocó de salida, quizá de mundo también. 

Llega la noche y la lluvia sigue ligera pero constante. Estoy afuera en la calle mirando a la gente pasar con sombrillas y en taxis.  Todos seguramente hacia alguna reunión familiar.

Recibo un mensaje de mi madre, preguntando si llegaré a cenar, pero la lluvia arrecia y luego es lenta, es incierto. Tengo miedo de conducir así, en esas condiciones. Entonces contesto que no ire a cenar. 

También recibo una llamada de mi viejo amigo APG, y bueno, tuve que colgar poruqe una señora en la calle me hizo una pregunta estúpida. Lamento haber colgado por error a APG, pues este día cuesta mucho llamar, la compañia telefónica no se da a basto. Por lo tanto no pude regresar la llamada. REalmente no me importa que llamen y no acostumbro hacerlo. Pero no tenía deseos por ser descortés con AGP, pues digamos que es algo "sentido", y no lo merece por ser un amigo que a estado en las buenas y malas.

Más tarde escucho a todo volumen los latidos del corazón, al inicio del Dark side of the moon. Seguido de aquella música que escuchabamos en nuestras épocas donde pisabamos lentamente los escenarios. 

Cuando cesó la lluvia, me salí como cada año y me dirigi hacia la iglesia para sentarme cerca de la puerta. Mirar a todas las personas en sintonía, en la misma embriaguez armoniosa.

Todos tienen la piel fresca y el cabello limpio, también los ojos brillantes y atuendos elegantes. Estan de fiesta y la mayoría, como es tradición en nuestro país, cargan una imagen, un infante de yeso.

Es algo que disfruto desde hace tiempo, verlos marchar como soldados. Pero armoniosos, como si cada uno fuese la nota músical de la misma melodia. 

Esta vez espero algo diferente, no es con el afan de recivir su abrazo. ¿Cómo se puede estar carente de lo desconocido? Es una pregunta que debemos contestar para evitar la embriaguez navideña. 

En principio no reconocí a norma. Por supuesto que era más guapa que lo típicamente reconocible cada fin de semana. Por supuesto que no a mencionado a su novio. El cual besaba apasionada y navideñamente, tal como debe ser, como es bien visto en esta sociedad.

Al subir las escaleras, repido, no la reconocí. Pero la delatarón sus brillantes ojos. ¿Cómo iba a saber ella, que yo estaba en ese lugar? ¿Como iba a permanecer fielmente en su memoria si nuestros escasos encuentros son cada dos o tres semanas? ¿Como iba a saber que iba a estar yo, sentado frente a la iglesia? Y sin intensión de escuchar el evangelio. ¿No se supone que debo estar en todos los lugares menos aquí? ¿Se supone que debes estar con tu familia? Así son las cosas en esta sociedad.

Ella dijo "hola" y fue más agudo, y casual como nuestros encuentros. Me desepciona el hecho de compartirla con alguien más, cobre todo, alguien que le dedica más tiempo. El tiempo que no puedo dedicarle yo.

Por supuesto que en condiciones de lejanía, uno no tiene derecho a preguntar ¿Porqué estabas en ese auto? ¿Porqueé no me hablaste de él? ¿Porqué están probando tus labios? Y rosando tus mejillas? Tocando tus manos. ¿Porqué no te enojas si te tocan tu cabello? ¿Pasaste toda la tarde con él? Yo estube solo ¿Porqué lo besas apasionadamente? ¿Porqué estás aquí? 

Dos minutos después desfila la familia entera, ok ya entendí.

A lo único que se tiene derecho es a guardar silencio. Pues tal vez mirarle de esa forma, como lo he venido haciendo, es un crimen. Tal vez fue aleatorio, como todos nuestros encuentros, pero bien intencionados.

Después de despedirle, mirando profundamente a sus ojos, me sentí desdichado, miserable. 

Pronto sentí lo contrario al darme cuenta que todas esas cosas son temporales. Como las preguntas en la cena, con una familia, digamos conocida, pero muy poco.

Por ejemplo, preguntan un poco de lo que haces. ¿A qué te dedicas?

Momentaneamente sienten, como es típico, cierto desprecio, Pues piensan que personas como yo no somos útiles en sociedad y si llegamos a serlo, es para destruirla. Inmediatamente hacen la pregunta obligada de ocasión ¿Crees en Dios? En ese instante debes responder afirmativamente para continuar cenando, y para tener sintonía.  

Después la segunda pregunta obligada ¿Puede demostrarse matemáticamente su existencia? A coninuación viene lo más gracioso.... Citan a un autor tal, de procedencia tal, que en el fondo es totalmente inexistente y falso mencionar que él lo hizo. Y bueno, tal vez para no verme muy lambiscón, pero tampoco grosero, mencionas tu punto de vista. De manera personal, esto lo dije sutilmente pero el mensaje es:

"A mi parecer las matemáticas no sirven para esas tonterías."

La teología lleva mucho tiempo abordando las mentes más brillantes, me parece justo hacer esa pregunta a ellos, y no a un simple curioso que trata de entender la naturaleza del universo.

Después tardé en dormir, tarde en olvidar jugando viejos videojuegos, cosa rara en mí.

Nota: hay más días.....