credits by: evtkw

domingo, 18 de septiembre de 2016

Ángeles custodios

    Cuando Etel desapareció puso en duda las palabras con el tiempo acumuladas, como reserva sólida en una bóveda, que además custodiaba los ángeles de las profecías donde depositábamos nuestra fe. Decidimos abrir las puertas, y en el interior todo se desvaneció, frente a nuestros ojos clamantes de una pesadilla, para permanecer incrédulos e irónicos. 

    Dentro, el polvo de las débiles flores secas que no pusieron resistencia ante el exhalar de nuestra distraída respiración, demostraban que las palabras carecían de sentido. 

    Estábamos solos, desnudos, acorralados por nuestras conjeturas, tragándonos nuestras promesas. Incluso a Maximiliano, el único que podía correr y salir del laberinto de confusión, dejó que se le escapara su voluntad. Fue un cobarde, pero no lo dijimos, para que una nueva bóveda guardara las creencias y códices que nos servirían para los próximos años, hasta que otra Etel vuelva a desaparecer.

Nunca más en la vida

Nunca te quedó claro que jamás quería volverte a ver, al menos por mi voluntad propia.  Por tu parte tenías esa idea idiota de que podíamos ...