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domingo, 25 de octubre de 2015

Películas y canciones viejas

Tontas películas gringas melodramaticas, y también esas canciones que estuvieron de moda hace más de quince años. Su éxito radica en el hecho de que pisotean los sentimientos más inocentes.

Así fue esta tarde, el radio de domingo en la tarde sin locución y con esa fabulosa característica aleatoria, que algunas veces tiene sorpresas inesperadas.

Una de ellas la canción melodramatica que para disimular, si alguien me pregunta, juraría no haberla escuchado nunca y que me es indiferente.

¿porqué no aferrarse a la indiferencia? Uno nunca sabe los sentimientos de otra persona. Así te diría la película melodramática palomera y gringa, con sus protagonistas de revista cuyo papel resultaría una especie de meta asintótica para la población en general.

Una sopa de males de amores nos invade y recaemos inocentemente, renaciendo y renaciendo en momentos inciertos e hipotéticos. Dicen las películas que la perseverancia te lleva a ese límite que nunca probarás y las canciones son la dulce compañía de la resignación.

Por la tarde nuevamente me recordaron un festejo pendiente que debo hacer, dicen que la fecha idónea es el día de mi cumpleaños, así no tendría pretexto de no festejar y matar dos pájaros de un tiro. La forma sugiere un rito espiritual, tal como lo rigen nuestras tradiciones (como dice la vieja sugerente y religiosa), y como también lo han hecho nuestros antepasados.

Ya saben que mi respuesta es no, por eso no me toman al parecer, ahora ya se trata de una acción que tiene alta posibilidad de ser concreta. En fin, ahora tengo un nuevo método para esas cosas, y es postergar. Por ejemplo dije que podría ser dos semanas después algo próximo o posterior a navidad, así mataríamos quince pájaros de un tiro.

Pero entre la canción y las vacaciones desembrinas y esta situación de que siempre que espero el autobús espero no encontrarme con alguien conocido, entonces quedé atrapado.

Era diciembre, y los recuerdos influyen, estaba llamando muchas veces como es de costumbre y sentimos que nos necesitamos, de mi parte así es, pero como si ella no tuviera en alguien más que pensar. Esa constancia que me hace dudar y que rompe con el rigor lógico de sus determinaciones, como si sus axiones no hubiesen sido tan determinantes y muestra de ello este abandono en todos los sentidos, de mi parte claro.

Como siempre mi mala memoria y mi forma poco sugerente para ir a un lugar. Y a donde nos dirijimos era alejado, de tal manera que pasaríamos más tiempo en el coche recorriendo la carretera,  no sería extraño. Como si nadie se preocupara y la muestra de que no podemos hacer nada con nosotros porque tiene que sonar en cualquier momento alguno de nuestros teléfonos preguntando dónde estamos.

Como si se hubiese esfumado mi pago del alquiler y teniendo la quincena y el refrendo libre, sustituyendo el pago de alquiler por la cena y chocolates. Como si mi tiempo no estuviera vendido y dejará de ser el esclavo del que tanto me he lamentado los cinco últimos años.

Como si ella no tuviera en alguien más y donde dejar su suave aroma.

Entonces recuerdo no haber regresado, como si se apagará la realidad, como en aquellas borracheras dónde el final ya cuando estas hasta tu putamadre se borra el final porque es inconsistente con todas las reglas que rigen el mundo.

Entonces estoy aquí, tratando de escuchar otras canciones.

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