credits by: evtkw

domingo, 27 de septiembre de 2015

Ventanilla



En la semana se me ocurrió una nueva idea, tal vez no tenía que quebrarme el coco buscando un escenario y pseudónimos, también olvidar los laberinos y los bucles junto con las analogías.

Tomé la computadora cuando estaba de camino a casa, el camino era de cinco horas, suficiente para teclear intensamente. Seguía el efecto de mi café americano servido cortésmente en el café Europa de la calle Madero.

Mis palabras me aburrieron, y hace un momento también, ¿hace falta un café similar?

Mis párrafos de robot mapearon el recuerdo de las sesiones del taller de cuento, donde algunos relatos parecían describir a humanoides, creo saber cual es el problema del mio. Pero mañana ya no podre sentarme a tomar un buen café y escribir intensamente. Las semanas siguientes quizá no hay tiempo para eso, y se enfrío mi idea.

No pude seguir escribiendo, preferí mirar por la ventanilla.

Después, en casa, mas ventanillas, distracciones....




viernes, 25 de septiembre de 2015

Pseudónimo

Todas estas páginas son como una especie de fotografía cubierta por capas de filtros y figuras. Son fotografías tímidas que no quieren ser vistas desnudas. Tienen vestimentas de figuras retóricas y analogías (típicamente) de universos, estrellas, infinitos, y las que le me ocurran después.

Las páginas de esta noche no son tímidas, son como fotografías, buenas fotografías, que sería un crimen cubrir con filtros.

No se me ocurrió un pseudónimo y tampoco un lugar ficticio, demasiado tengo con una descripción detallada.

jueves, 24 de septiembre de 2015

Vista roja

Ahí abajo en el valle, supongo que las cosas son tranquilas, normales. Pero hay un cristal rojizo que produce una sensación apocalíptica de "el fin del mundo", con aire ácido y gente escondida alimentando cada vez más su angustia. La histeria, ahí abajo en el valle, no produce el menor ruido, pues desde este punto, donde estoy relatando, ya se hizo de noche y las luces a lo lejos son un cúmulo de estrellas artificiales.
No olvides la sensación de "el fin del mundo", para acelerar tus actividades de actitud antimediocre, de revista mezquina, donde pagas por ver la publicidad en buen papel fotográfico.
Recuerdo las palabras del buen Rigoberto, quien siempre tenía una lluvia de ideas, que codifican en un mensaje oculto pero fuerte e insistente. Eso es el vidrio rojo, haciendo apocalíptico a la ciudad en el horizonte.
¿Te seguirán convirtiendo? Cambiando el hambre por insomnio, aquel dónde los segundos caóticos apuntan en distintas direcciones del tiempo. Entonces tus días se convertirán en eternidadees agonias, estimada colorine, cuando mires por tus gafas o en en cristal rojo.
Te esconderas debajo de esta cálida atmósfera, ocultando el miedo, sonrisa y frases simples.
Te esconderas debajo de la actitud enigmática que, como dicen aquellos, cautiva.




domingo, 13 de septiembre de 2015

Cso

Las superposiciones no terminan, ¿has notado que elogian nuestro carácter sereno y seriedad? Pero también reprenden el carácter altanero e impulsivo, ambos se superponen.

En días anteriores, no muy distantes, ha pasado este último. Justo me llamaban la atención y deje de escuchar, estaba demasiado cansado para comentarios.

Creo que estoy llegando a esa edad en que te vuelves adicto al despertador, y aunque no es importante seguir dormido, el cuerpo ya no quiere dormir, se rehuza aunque se esté cargando de sueño.

Hay días en que estoy de humor para salir y quizá ir a alguna reunión para comer y platicar. Pero este sábado no, es uno de esos días en que sientes que no encajas en el mundo; que no encajan tus ideas, tu música, tu charla y chistes, tus emociones y quizá amoríos esfumados.

Había una especie de reunión, para sensibilizar me decían que debía asistir, pues de no hacerlo, cuando a mi me tocara no asistirían. Y quizá así sea, pero hoy es uno de esos momentos en que piensas que no harás una reunión para atender gente.

Desde hace semanas alguien ha insinuado hacer algo, por eso de poner punto final a la tesis y obtener un título nobiliario. Pero cambio el tema o pospongo la fecha, no quiero hacerlo pues eso fue hace un mes y ese dulce-agrio sabor a victoria ya caducó.

Es uno de esos días en que quieres sumergirte en el sofá y ver una de esas películas palomeras americanas, darle descanso al análisis de cualquier puta madre que se te atraviese.

Desde hace un par de días me asalta un impulso emotivo de no se que carajo, uno de esos que se sienten cuando tienes una cita con alguna de esas chicas emotivas. Pero no es tal la situación y me excuso por la comparación. Creo que yo mismo oculto alguna sorpresa, que no se de que trata, tal vez es como si fuera a comprar una guitarra nueva. No se cual es mi sorpresa, o si, pero el impulso es incontenible.

¿Estoy contento y soy amable? Claro que no, algunas veces te das cuenta que, por ejemplo, cedes tu asiento en el tren por la cara podrida que ponen esas mujeres mártires de su cansancio.

Sábado

Miré las ampulas de mis pies, y me parecía tonto la invalidez que provocaba el contacto de la carne sin piel con las sandalias.

En la cocina escuchaba canciones de cuando tenía doce o quince años, lo que significó recordar a toda esa gente, a mis primeros y pequeños amoríos frustrados de invierno con frío y luces ¿dónde está ahora toda esa gente?  Me pregunté, ¿qué están haciendo en este Momento? Por un instante se me escurrio la nostalgia cuando se escuchaba "hoy hace un año, las calles frías me han visto pasar".

La ausencia de piel me la cubrí con unos cintas "curitas" que me regaló la amable vecina de abajo, como en secreto, decía que esas cosas les pasaban a las chicas cuando utilizaban zapatos extraños. Pero lo mío era causado por el juego matutino de baloncesto.

El chico que ponía la música en el playlist de su laptop me preguntaba qué quería escuchar. Le pedí que pusiera  "no necesito una amante ahora dejame tranquilo" para recordar esos ambientes de borrachera, y otra más con lluvia de frases de perro malherido acomodada poéticamente y con ritmo de blues. Mi presencia, supongo, hacia ácida la situación, y yo miraba al chico concentrado escribiendo en una hoja de papel una numeración en sistema binario.

Decidí irme de aquel lugar para regresar a casa con mi familia.  A buena hora, sábado a las nueve de la noche, una hora incierta dónde en cuestión al tráfico puede pasar cualquier cosa.

Con los curitas en mis pies, podía sobrevivir el caminar, pues la carne debajo de la piel rosaría con los calcetines.

Antes de salir alguien me advirtió que podrían robarme, insinuando que podría ser alguien como un unicornio femenino, pero recalque que no tendría interés y a mi mismo de tener algún interés por alguien.

Tampoco yo tenía pertenencias valiosas que algún ladrón pudiese robar en ese momento.

Si alguien tenía que robarme algo, tal vez era está angustia, este dolor inútil. El reloj que ya no sirve y que hay que llevar a ajustar, para que quizá le roben piezas.

Camino en la ciudad y me sorprenden las calles, las lluvias pasadas dejaron siscada a la gente. Exactamente a esta hora y en días pasados han caído las lluvias más fuertes de los últimos diez años. La avenida está vacía y tal vez pienso que es momento para regresar a casa. Se respira este ambiente sombrío y de descanso, cada vez tolero más la ciudad, después de vivir más de cinco años en ella, tal vez me vuelvo más tolerante.

El metro viejo y lento se tarda en llegar al anden y obviamente pienso en la cantidad de personas que se acumularán y que probablemente no me vaya sentado y yo con estas putas ampulas.

Encuentro vacío el lugar prohibido, el de discapacitados y no quería ocuparlo pareciendo un patán, pero considero que están noche si lo merezco.

En estaciones posteriores se llena el vagón y me quedan viendo con mirada de que no debo estar aquí sentado. Tendría que quitarme los zapatos y mostra a todos las ampulas. Las señoras y señoritas quieren el lugar, piensan que la hepoca de los caballeros ya terminó, más bien la época de la amabilidad. No me importan lo ojos de esa señora cansada, no me levantare para arruinar las plantas de los pies. Nisiquiera fingiré estar dormido.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Hace dias

La imagen del chico concentrado escribiendo una lista en código binario de los números arábigos, fue aliciente para sentarme a conjugar... ich heisse gerardo, sein Name ist gustav, sein nachnamme ist malehr, ich wohne aus österreich...

Hasta hoy no he podido evitar pensar en la superposición o caer en ella, esto puede ejemplificarse cuando piensas en dos o más cosas en cada punto de la sucesión de instantes.

Göttingen liegt im zentrum von... Y por la mañana recordé una especie de trago amargo, un día en el que todos parecían estar molestos y se desataban una serie de sucesos que al final del día te hacen aseverar que efectivamente todo fue triste.

Debajo de la sombrilla se siente un intenso calor, apenas y soporta el rigor del último sol del verano. La silla y mesas blancas reflejan los últimos rayos del sol de la tarde.

Se que no estoy soñando porque me duele el labio inferior, un fogaso cubre un pequeño rincón y amenaza con expandirse.

Faltaba media hora para la película pero llegué tarde como siempre. Salgo a buen tiempo, media hora me parece buen tiempo, pero la.ciudad siempre me juega esa broma. El tiempo aquí siempre es insuficiente.

A las películas siempre llego tarde, pero afortunadamente encuentro un lugar de tal forma que termina la vista en medio de la pantalla.

¿Te das cuenta que tenemos una forma única para pedir las entradas?  Yo siempre digo, preguntando como si hubiera mucha gente, a pesar de que voy a la hora y día específico en que hay menos gente. "aún tienes entradas disponibles para..." 

Y como si no me conociera pero lo ha desatada su "hola ¿cómo estás?, ¿dos entradas? "


"solo una porfavor "




lunes, 7 de septiembre de 2015

Otro

Comienzo a disfrutar la pérdida de la noción de espacio cuando estoy dormido y no puedo distinguirlo, nisiquiera la hora en que comenzó todo.
Era un día nublado y oscureció debido a las nubes grises, que pensamos eran de lluvia. Pero nos dimos cuenta que era una densa masa de polvo cuando se escuchó el fuerte viento y el golpeteo constante y creciente en los cristales.
Corrimos hacia la parte del edificio que no tiene ventanas, todos entraron en pánico, e hice un esfuerzo para despertar y pensar que era de noche. 
Así fue, después, corrimos por el parque fugitivos de algo que nunca comprendimos. Nos persiguieron molestos scouts, patrullas de niños obesos con banderines y lámparas, terminaron moliéndonos a patadas y yo con mi corazón malo junto con insuficiencia respiratoria. Era de noche.
Ya de día, supongo, cambiamos de lugar constantemente. Se que no tienes la costumbre por tomar café, porque te sorprendiste cuando me preguntaste cuantas tazas me tomo al día. Ahora que estoy despierto se que no son muchas, y puedo recordarte a ti, más bien a todos irreconocibles.

Sueño

Nisiquiera era la forma exacta, ahora que estoy despierto lo reconozco, pero en ese momento asimile su presencia.

Eran un secreto mis intenciones.

¿En que momento pasamos de la plaza a la fiesta?  Tenía vestido y bailaba con sus hermanos, supuse que eran ellos.

Determine que me levantaría de mi aburrido lugar de espectador y al oído le diría que no se bailar, que en ese momento aprenderia si ella me decía como, pero no.

Pasamos del valz a la música que no recuerdo, el soundtrack de la película fúnebre.

Después se fue en un automóvil y desperté. Casi es otoño y el sol cambio su posición. Todavía está oscuro pero el reloj dice que en unos minutos amanecerá.

jueves, 3 de septiembre de 2015

Fantasmas

Me pienso en el escenario con el papel de fantasma, pero hay silencio y nadie vino al acto.

Así de la nada apareció como un fantasma, sin explicación alguna. Pretendo encontrar alguna, y la encuentro,  pero inmediatamente se vuelve inconsistente. Lo único cierto es que yo no soy el fantasma.

El miedo me domina y caigo en el juego sabiendo las consecuencias, y parece que hasta los árboles se dan cuenta porque bromeando me abientan el rocío del agua de lluvia.

Las gentes que dicen ver fantasmas tienen derecho a ser tratados comicamente, por el simple hecho de que su aseveración es una pendejada.

Este fantasma es diferente, porque aparece de la nada, por eso le llamo así, no se me ocurre otro nombre.

Después nadie me hace caso, como si fuera invisible. El día sigue, debe seguir normal.  La secretaria no prosigue el trámite, el médico no recuerda que me citó en su oficina a pesar de que hemos quedado un día antes en reunirnos, el autobús no llega y se terminó el café.

Enfoco mi inteligencia para hacer un código que me permita recuperar el número telefónico borrado hace tiempo. Es inútil.

Quiero escuchar su voz diciendo, sin decirlo (recibiendo después una postal posdata), que es uno de esos días en los que uno no debe llamar. Esos son mis días.

....

Cuando su fantasma aparece, jugamos escondiendo mi miedo. Después tengo la sensación de que días así no existen en la semana, es un día adicional que transcurre pero nadie se dá cuenta. Es nuestro día.

En la noche, cuando regrese a casa, solo encontraré el reguero de papeles y libros, junto con la cama desecha y el radio prendido, la comida en el refrigerador congelada y la planta marchita, un comentario irónico de los vecinos y el gato del vecino suplicando una lata de atún con su mullido tierno. Entonces corrobararé que efectivamente hoy fue nuestro día.

Septiembre 2015.

sábado, 22 de agosto de 2015

Pensamientos en el balde



Pensamientos en el balde


A decir verdad, no me he fabricado la virtud de repetir exactamente párrafos o referencias librescas, tampoco he aprendido un solo poema de memoria. No es apatía, simplemente no lo he considerado necesario hasta ahora. Intento hacer un relato, pero también me cuesta trabajo, de modo que no podré reproducir fielmente la discusión vespertina que me hizo entrar en pánico y cuya conclusión es la incapacidad por demostrar que persibes, efectivamente, la realidad.

Como en estos tiempos modernos comer por la tarde es un lujo que se dan los ancianos retirados, y en vista de que no soy uno de ellos, la comida posterior a la charla, que pretendía ser a la misma hora, tuvo que postergarse hasta la noche. Arruiné la cena y el vaso de agua que me estoy bebiendo en este momento pensando que podrían ser una especie de espejismo, incluso la cama donde pretendo dormir, y ya entrado en sueños pensé que no habría distinción entre lo que estaba ocurriendo despierto o dormido. ¿Cómo podía darme cuenta?

Sonaron las sirenas de ambulancias repetidas veces, no supe si eso sucedió en un solo instante, tuve la sensación de que el tiempo regresaba y adelantaba su curso, como el track defectuoso de un cd se escuacharon más ambulancias circulando en frecuencias de cinco minutos. Supuse que estaba pasando algo en la ciudad, algún suceso que necesitaba de todos los paramédicos disponibles a altas horas de la noche. Tomé el celular para consultar las noticias de último momento, pero nada. Saltó a mi mente el pensamiento de que la ciudad se encontraba en ruinas, no me atreví a mirar si los libros seguían en su lugar apilados sobre el escritorio. El pánico se hizo presente.

Después me levanté rápidamente para verificar que la puerta estaba bien cerrada, luego me tumbe a la cama para escapar a mi suerte rogando un profundo sueño.

Días pasados le dije al terapeuta que hace mucho dejé de soñar. Me explicaba que el subconsciente revela por medio de los sueños nuestros más profundos deseos, pero mis sueños son de muerte, una muerte confusa e indecisa, no está segura de sí como si dudara de su existencia. Dudo, podría catalogarse esto como un deseo. Creo que ya se.... Pero tampoco puedo recordar los sueños fielmente, y mejor decidí abandonar las sesiones.

La cama está en la sima de una montaña, y caigo rápidamente mientras el espacio se deforma para absorber cada parte del cuerpo en dirección distinta de la geometría. No sabes si estás cayendo y el corazón se siente oprimido. El cuerpo no se destruye, me siento a mi mismo con la misma consistencia pero en comprensión distinta y esto no es doloroso, pero se trata de una sensación incomprensiblemente incómoda.

Después, la pequeña habitación se vuelve infinita y sin punto de referencia es similar a un bosque oscuro donde siempre tienes la sensación de estar perdido.

Algunas veces, cuando tienes el control del día ¿podrías decirte a ti mismo que no importaría el hecho de dejar de existir. Pero en noches con sueños de muerte, con olor a muerte, no sabrás si estás seguro de la primera afirmación. Incluso quizá ya estés muerto.

Y al despertar no estás seguro que has dejado de soñar. Haces una llamada telefónica, te tranquilizas pero la sensación sigue ahí.




Ciudad de México, Agosto 2015.

lunes, 17 de agosto de 2015

14-15 de agosto

    Es una de esas noches, donde no quieres regresar a casa, porque el efecto del café tomó como víctima al tiempo, el reloj apresuró sus manecillas y le quitó justicia a la noche, la despertó temprano. Tengo la sensación de que no debería ser de noche, con mis ojos completamente irritados y alertas, los nervios de punta y la luna ausente.

    Una de esas noches, donde no quieres regresar a casa, ya es tarde en la estación del metro y se vuelve un lugar lúgubre. Extraños transeúntes se adueñan de los últimos espacios para devorarse a si mismos, con ansias de vampiros hambrientos. No son los típicos enamorados que se perfuman y lavan antes de la visita, el sudor a causa del ambiente infernal sugiere que se deshagan de la gruesa vestimenta. Adentro es el infierno pero afuera hay amenaza de tormenta. 

     Las cucarachas están escondidas, pero en sustitución se encuentran niños deslizándose por el pasillo, con sus suéteres y pantalones sucios; sus manos cubiertas por una mezcla de mugre y salsa roja de las papas fritas que se comieron minutos antes de arrastrarse; sus padres están cansados de la garganta, instrumento que emite incontables veces el mismo discurso falaz para pedir limosnas.

    Es una de esas noches, donde no quieres regresar, porque a estas horas debes cuidarte de la patrulla de policía que ronda cerca de la casa, puede hacer cualquier cosa menos cuidarnos a los habitantes de la manzana. Esta noche extorsionan a una pareja que estaba encerrada en su auto al lado del parque, porque ahí les agarro la noche y tuvieron ganas. ¿Que hay de malo en eso? Entonces baja el policía más cerdo y cagante con la esperanza de ver mínimo una de las tetas descubiertas de la chica, pero le falla el cronómetro interno, apenas con la leve luz de la lámpara alcanza a ver el rápido movimiento del joven amante poniéndose su camiseta. Este se baja del coche y comienza, con la billetera en mano y sacudiéndose la cabellera, el juego de intercambio de palabras que concluye con la paga de una cuota informal.

   Es una de esas noches donde no se quiere llegar a casa, porque al abrir la puerta escucharás a la molesta vecina con sus comentarios de mal gusto. Emitirá frases con observaciones evidentes cuyo objetivo es claro, pretende ser hiriente, dando en el blanco de la crítica personal. Intentando imitar a un personaje de televisión que adoptó en la adolescencia para hacerse de una identidad distinta a la de sus compañeros pueblerinos. Se siente divertida, después reafirmará, prudentemente, su autoestima basada en su relación sentimental, cuenta lo fabuloso que es el hecho de que alguien le haga olvidar su vida miserable y el fracaso que sintió cuando la ciudad devoró de forma atroz los sueños que construyó sentada en la jardinera de su escuela secundaria. Escucharás para que se aparte de tu camino, así sofoca su soledad. Piensa que con sus palabras sofocará la tuya pero te importa un carajo su presencia, cuando se aparece quieres escupirle la cara.

Se acerca Miguel, el gato del vecino, criatura que finge ser cortés para que le regales una lata de atún.

  Es una de esas noches donde te acuestas, abres una hoja al azar y terminas leyendo "yo nací un día que dios estuvo enfermo". 

  Después miras fotografías que pretenden ser importantes cayendo en la cuenta de que hubiese sido mejor estar solo y no estar acompañado de esa gente, o hubiese sido mejor no despertar aquella mañana y quedarte dormido eternamente, si tan solo el sueño se compadeciera de ti, porque hasta eso te abandonó.

  Es una de esas noches donde te inventas el pasatiempo de corregir textos que luchan por no ser inconexos.

  Es una de esas noches donde no quieres llegar a casa porque todo estorba; la gente, el policía, la vecina, el gato, el libro de poesía, las fotografías, el monitor que desgasta irritando los ojos alertas, y la taza sucia de café que dejaste en la mañana porque se te hacía tarde.

  Te preguntarás si el sueño llegará, otra vez, poco antes de que salga el sol para que tengas la sensación de que debes levantarte de nuevo.







Agosto.

jueves, 30 de julio de 2015

Agradecimientos


Ya no es necesario esconder tu nombre en un anagrama, simplemente quedará escrito en ese lugar donde no genera sospecha sobre la importancia que tiene para mí escribirlo. Ya fueron suficiente los textos, intentos de disertaciones, intentos de relatos donde eres el personaje principal con un pseudónimo y características lúgubres que asigné para ti. Ya nada de eso... simplemente quedó escrito tu nombre al final del párrafo, como los anillos de los árboles mutilados que hacen constar el paso del tiempo.

domingo, 26 de julio de 2015

Trazando.

Nunca trazaré el mismo camino con mis pies, de mi casa a la cafetería, aunque pretendo seguir sistemáticamente la misma ruta, y cuando quiero ignorarme de todos esos pensamientos superpuestos que impiden mirar alguna conclusión, entonces inmediatamente cuento los pasos para mantener mi mente ocupada e ignorarme a mi mismo.

Hay infinitos caminos para llegar a la puerta, y mirar a toda esa gente nueva y fresca. Pretendo trazar una linea, lo más recta posible y seguirla los días venideros,  pero se que el viento la deformara a su paso con las hojas de los árboles que son como escobetillas. Además mis piernas no pretenden ser las mismas siempre, uno envejece a diario.

Tal vez muero cada noche.

Luego, pienso que cada noche las personas levemente se transforman en algo diferente.

Me fijo en solo una para experimentar.

Me empeño encontrar las variaciones de su aroma, de infinitas personas en una sola; aroma que tiene cambios aparentemente imperceptibles, pero hacen de las mañanas algo diferente más divertido. Su carita de sueño viene acompañada del aroma de su cama, dualidad quebrantada por la intensa taza de café.

Percibo que tomó una ducha en la noche, porque la mañana es insuficiente para ella. Desde muy temprano su cuerpo se convirtió en una maquina que aisló térmicamente el calor y confort de las cobijas, para sentirse recostada por más tiempo en su cama aunque en ese momento se encontraba caminando.

Veo en su rostro que el ruido de los automóviles no le molesta en absoluto, tampoco el aire que tumbo el árbol de la acera la noche anterior.

Esa actitud ajena por un instante también me permite ignorar el ambiente... descansar de ese ambiente del cual nunca será posible escapar hasta la noche cuando muera.

Solo quería mirar, por última vez, al fin y al cabo en la noche voy a morir de nuevo.


viernes, 17 de julio de 2015

La bitácora del coronel mapache. por Gerardo Urrutia : Posdata de la tarde Probabilística

La bitácora del coronel mapache. por Gerardo Urrutia : Posdata de la tarde Probabilística: Algunas veces aparece cierta obsesión por el trabajo, un intento desesperado por cumplir cierto objetivo que desesperadamente se aleja al d...

Posdata de la tarde Probabilística

Algunas veces aparece cierta obsesión por el trabajo, un intento desesperado por cumplir cierto objetivo que desesperadamente se aleja al doble de razón relativa al paso de los segundos. El cubil se hace más pequeño como una celda o calabozo, encerrado, hasta que los dedos se me entuman de teclear incontables veces las borrosas letras, o cuando el dolor de espalda sugiera despegarte del escritorio. 

La lluvia arrecia fuertemente, afuera donde no estaría a salvo, pero no quiero estar aquí sentado tampoco me siento a salvo en este lugar, tengo la sospecha de que no me sentiría a salvo en cualquier lugar del vasto universo. Después no importa, en el trayecto al cruzar la avenida te imaginé del otro lado. No importa tampoco, supongo, es una pequeña broma que cometo a menudo.

En casa leeo la última cosa que escribí, una carta para tí, me pregunto si debo poner tu nombre al principio, o tu debes  imaginar tu nombre ahí. También recuerdo haber escrito en pasta dura una serie de cosas que son como una lista de lamentos, aquellos que te atrapan en los puntos antecesores del presente en esta linea de tiempo.

Leo el último texto que te escribí y efectivamente remarco la sinceridad, pero aún falta algo, siempre tengo la sensación de que falta algo.

Estuve afuera de tu casa, el día del rito religioso de tus abuelos... y no quise entrar por miedo, porque detesto esas cosas, no sabía si resaltaría tu enojo conmigo al verme, ¿porque? no lo se, solo no quise causar molestias, o lo que pienso me molestaría a mí si hubiese sido tu en mi lugar, ahora comprendo que nos molestan cosas diferentes, pero supongo que es demasiado tarde.

Tiempo atras me previno mi amigo, incluso se atrevio una persona cercana a tí para decirme que te llamara, y conoces mis respuestas.

No soy tan descorazonado como para no sentir empatía.

Me ganarón los prejuicios.

Me parece que el viento te acaricia y que las flores otoño te muestran el paisaje. Libre como el colibrí (te gustan esas aves) que rescatamos en la lluvia, te quiero y nunca más volveráel tiempo, teóricamente puedo hacerlo, pero tan solo son símbolos trazados en una hoja de papel.

Soy consciente de que el tiempo borra lo que somos en este instante, no permanecemos constantes, ni siquiera los árboles, ni siquiera el viento, ni siquiera las estrellas, ni siquiera el universo, ni siquiera el cariño que yo no se si rastros quedan, la esencia cambia. 

Lo único constante son nuestros nombres, hasta que nos olviden, hasta que nuestra mente se apague para siempre.

Hasta pronto.

viernes, 10 de julio de 2015

temblor

Sobre el escritorio se encuentra una repisa, en el soporte cuelga una pequeña orca de peluche que hace tiempo regalaban en las cajas de galletas sandwich chocolatoso con crema en el centro.

La orca colgada sirve como detector de temblores, su leve peso debe oscilar si ocurre alguna perturbación terrestre significativa; un temblor.

Aquella noche, sintió un leve temblor, eran muy frecuentes con las arritmias del corazón en noches anteriores disminuían la capacidad respiratoria provocando pesadillas y mareos. Por si las dudas, al despertar enciende la lampara para comprobar si la orca de peluche estaba moviéndose como un péndulo. Efectivamente estaba temblando.
Aunque hace un calor del carajo, evita meterse desnudo a la cama, pues en caso de temblor no le daría tiempo vestirse. Los zapatos están exactamente al lado de la puerta de la habitación, de tal forma que las agujetas no estorben para calzar optima y apresuradamente.

Pero la noche que la orca se movía prefirio quedarse en la cama, tal vez era mejor morir y no finjir morir cada noche.

No pasó nada.

La ciudad siguó ahí, infinitamente ahí.

jueves, 9 de julio de 2015

EG-5

Eugenia, decir que no quiero seguir invocando el fantasma que representas es un acto de invocación en sí. 

Debo ignorar las historias que me contaste al oído, las contaré cuanto no me encuentre solo con la ventana como único testigo, el aíre que huele a lluvia y la luz del sol de las cinco de la tarde. 

Eugenia, me quedé dormido esta tarde, al despertar me tomó por sorpresa aquel sentimiento donde se entremezcla la fragilidad del olvido, el silencio y que la muerte no tiene sentido si eres olvidado, siendo sinceros ¿A eso le tememos no Eugenia? 

Te extraño. 

gato

Hay una correspondencia entre el refrigerador y el hambre, al sentir más, congela la comida aún estando fuera de la nevera. 

En la azotea está el gato del vecino, este felino se llama miguel; es amarillo de adad adulta gatuna (supongo) y es muy amigable. Seguido se encuentra en la calle si el perro del otro vecino (enrejado) no lo asusta. 

Miguel es gato sin prejuicios, maulla amistosamente a pesar de que nunca le he dado alimento. Podría tomar un poco te atun congelado, pero es una mentada de madre incluso para mí. 

Yo no puedo depender de los sentimientos de un animal doméstico, nunca serán sinceros, son animales amaestrados para la gente en soledad. Su creador sabe que es indispensable que lleguen y se repeguen en las pantorrillas para que la mayoría de las personas, que odian el trabajo o la soledad, no piensen que su vida es una mierda. 

Lo única mierda esta noche, es la comida del refrigerador congelada aún estando fuera de la nevera, yo con mucha hambre y es media noche.

martes, 7 de julio de 2015

Duda

Algunos miran el cielo para buscar una entidad espiritual, el primer paso para la gran hazaña es lanzar una pregunta fundamental. Pero en el cielo hay estrellas, polvo, plasmas, etc, que generan más preguntas; especie de distracción que posterga la pregunta fundamental. 

El hombre tiene nociones de eternidad, cuando pretende razonar el comportamiento de o en el infinito, esto provoca sensación de grandeza cuando la mente sirve como testigo de lo que creemos es la maquinaria que gobierna el universo. Pero también se siente pequeño y es una sensación insoportable, buscando un espíritu infinitamente grande y comparable con el escozor de la soledad de un universo en términos humanos infinito, cuya vida humana no basta para cuantificar. 

La historia nos muestra que se ha interrumpido la continuidad de las generaciones y muchos conocimientos se han perdido, tal vez también le toque a la nuestra, y cuando algunos paleontólogos del futuro encuentren nuestros papeles con transformaciones de norma y diagramas de Feynman. Ellos no comprenderán nuestros secretos como tampoco hemos comprendido los secretos de las generaciones que nos antecedieron. 

Entonces yo pienso que el verdadero espíritu infinito es el que genera la duda, pues es quien nos mantiene ocupados, al fin y al cabo, buscando la pregunta fundamental (la existencia), aunque esto nos arroje inevitablemente en el camino de la tortuga de Aquiles. 

La duda es el motor.

jueves, 2 de julio de 2015

EG-3

Aquella mañana desperté con ganas infinitas de hacerlo contigo, de tirar contigo, y fue un impulso ciego, de fuego. Después tenía que prepararme para el día, después de nuevo ese impulso de fuego.

Me costó trabajo mirarte, y creo que no me pareces... no me gustas, cierro los ojos y me esfuerzo, sentí tristeza por hacerme esto. Son aquellos segundos en que se conecta la mente con el cuerpo y te piden a gritos la sinceridad.

Tuve que concentrarme para terminar, me pregunto si yo te causo repugnancia también o si te causo lástima, pues no haces nada para que esto sea mejor.

¿Está en ti o en mi el impulso de fuego? ¿lo provoca algo dentro de ti o dentro de mí?

Porque hay momentos en que me causas repugnancias y después al sentir el impulso de fuego te necesitaba dispuesta, y estabas dispuesta.

Te dejé sola.

Desayune para compensarme y salí en la bicicleta. Sabes, descubrí una nueva ruta donde hay menos automóviles pero más colinas. Mi bicicleta tiene un rechinido, creo que es la estrella de las velocidades. No quiero llevarla al taller con esos fanfarrones que me toman de ignorante, siento que me cobran de más. Aveces tengo deseos de que su puto negocio quiebre y luego pienso que no debe ser así y dar paso a cadenas pues todo sale mal. Pienso en las personas que no hacen bien su trabajo, para prolongar más trabajo, una especie de seguridad económica.

Llegué al laboratorio y la señorita no esta segura de saber utilizar el aparato, sentí miedo que me cobraran de nuevo. Sabes... últimamente vivo al día, trato de cuidar más el dinero, deseo que se desperdicie por la ineptitud de una señorita.

Regresé a casa, resignado, rogando no encontrarte y así fue. En la noche me di cuenta de las expectativas que he construí contigo y que ninguna puedo palparse en lo mas mínimo. Me sentí tranquilo, pero y después deprimido.


Al medio día me quedé platicando con la Sandra que vino de visita, no pienses mal, ella nunca pretende nada, yo tampoco.
Dejé que se quedará para que no avanzara esto, el sentimiento de buscarte para que apagaras el fuego, dejaste fuentes que no puedo descubrir donde están y expulsarlas.

 Me recosté en el sillón mientras me hablaba de sus poemas, leyó algunos. Miré hacia la pintura de acuarela que me regalaron hace un tiempo. En ella hay una especie de espiral, una galaxia inalcanzable, me dijeron que representaba algo ficticio, una especie de espejismo.

No resuelvo aún, si esta semilla la plantaste tú o probablemente fui yo.

Sandra se fue, después llegaste otra vez tu mi querida Eugenia.

¿Cómo adivinas cuando me peleo con mi soledad? No quisiera que llegaras así, consumiendo lo poco que queda de mi espíritu, consumiendo mi sangre, mis rodillas y mi voz. 

¿Porqué te quedas callada? cuando te pregunto ¿Quién necesita de quien?


Ahora eres un recuerdo, que no sabe el orden del tiempo, siempre lo has sido.

Me consuela saber que no eres cualquier recuerdo, eres uno de aquellos, que pudo ocurrir en cualquier parte y tiempo, pero nunca se tiene certeza, por miedo a darte cuenta que enloqueciste.

Que se termine el verano

Que se termine el verano para no tener el pretexto de salir.  Ya no quiero salir este verano, amigo, me siento cansado. Me zumban los pies c...