credits by: evtkw

jueves, 2 de julio de 2015

EG-3

Aquella mañana desperté con ganas infinitas de hacerlo contigo, de tirar contigo, y fue un impulso ciego, de fuego. Después tenía que prepararme para el día, después de nuevo ese impulso de fuego.

Me costó trabajo mirarte, y creo que no me pareces... no me gustas, cierro los ojos y me esfuerzo, sentí tristeza por hacerme esto. Son aquellos segundos en que se conecta la mente con el cuerpo y te piden a gritos la sinceridad.

Tuve que concentrarme para terminar, me pregunto si yo te causo repugnancia también o si te causo lástima, pues no haces nada para que esto sea mejor.

¿Está en ti o en mi el impulso de fuego? ¿lo provoca algo dentro de ti o dentro de mí?

Porque hay momentos en que me causas repugnancias y después al sentir el impulso de fuego te necesitaba dispuesta, y estabas dispuesta.

Te dejé sola.

Desayune para compensarme y salí en la bicicleta. Sabes, descubrí una nueva ruta donde hay menos automóviles pero más colinas. Mi bicicleta tiene un rechinido, creo que es la estrella de las velocidades. No quiero llevarla al taller con esos fanfarrones que me toman de ignorante, siento que me cobran de más. Aveces tengo deseos de que su puto negocio quiebre y luego pienso que no debe ser así y dar paso a cadenas pues todo sale mal. Pienso en las personas que no hacen bien su trabajo, para prolongar más trabajo, una especie de seguridad económica.

Llegué al laboratorio y la señorita no esta segura de saber utilizar el aparato, sentí miedo que me cobraran de nuevo. Sabes... últimamente vivo al día, trato de cuidar más el dinero, deseo que se desperdicie por la ineptitud de una señorita.

Regresé a casa, resignado, rogando no encontrarte y así fue. En la noche me di cuenta de las expectativas que he construí contigo y que ninguna puedo palparse en lo mas mínimo. Me sentí tranquilo, pero y después deprimido.


Al medio día me quedé platicando con la Sandra que vino de visita, no pienses mal, ella nunca pretende nada, yo tampoco.
Dejé que se quedará para que no avanzara esto, el sentimiento de buscarte para que apagaras el fuego, dejaste fuentes que no puedo descubrir donde están y expulsarlas.

 Me recosté en el sillón mientras me hablaba de sus poemas, leyó algunos. Miré hacia la pintura de acuarela que me regalaron hace un tiempo. En ella hay una especie de espiral, una galaxia inalcanzable, me dijeron que representaba algo ficticio, una especie de espejismo.

No resuelvo aún, si esta semilla la plantaste tú o probablemente fui yo.

Sandra se fue, después llegaste otra vez tu mi querida Eugenia.

¿Cómo adivinas cuando me peleo con mi soledad? No quisiera que llegaras así, consumiendo lo poco que queda de mi espíritu, consumiendo mi sangre, mis rodillas y mi voz. 

¿Porqué te quedas callada? cuando te pregunto ¿Quién necesita de quien?


Ahora eres un recuerdo, que no sabe el orden del tiempo, siempre lo has sido.

Me consuela saber que no eres cualquier recuerdo, eres uno de aquellos, que pudo ocurrir en cualquier parte y tiempo, pero nunca se tiene certeza, por miedo a darte cuenta que enloqueciste.

No hay comentarios:

Nunca más en la vida

Nunca te quedó claro que jamás quería volverte a ver, al menos por mi voluntad propia.  Por tu parte tenías esa idea idiota de que podíamos ...