Nadie podia cuestionar a un muchacho encerrado en la biblioteca. No tenía facha de vagabundo, solo facha de estudiante universitario, mal comido, mal bebido, mal cogido, en fin, mal vivido. Lo que había en sus pensamientos, dentro de esa cabeza con cabellos mal peinados, era la idea loca de hacer 5 exámenes finales para acreditar las cinco materias del semestre que estaba a punto de reprobar. Tenía vagamente planeada una agenda loca, para estudiar el lunes dos materias, una cada mitad del día, presentar los exámenes el martes y el miércoles, estudiar la mitad del miércoles y todo el día jueves las siguientes tres materias para presentar los exámenes el viernes.
No estaba estudiando en la biblioteca de la facultad porque la parecía muy ruidosa y sucia. No parecía biblioteca en realidad, con toda la gente hablando y discutiendo, preguntando si estabas estudiando o haciendo la tarea. Pero más que nada, él temía encontrarse a alguien que le preguntara por el final del semestre y descubrieran el plan loco que estaba pensando por hacer. El se sentía capaz, pero no sabía estudiar, a la vez, realmente era una locura aprender tantos conceptos en tan pocas horas, siendo que incluso no había entendido muchos conceptos básicos. ¿En qué había consumido todo el tiempo de su semestre? Habían comenzado los reproches dentro de su cabeza.
La biblioteca donde está ahora es la nueva biblioteca nacional. No está dentro de la universidad, está a unos 5 kilómetros lejos, pero es mejor, que las bibliotecas de la universidad, edificios viejos y con poca ventilación, y compañeros preguntones. La nueva biblioteca nacional tiene en su último piso muchas ventanas de vidrio y un gran balcón donde se puede ver toda la ciudad. El atardecer se mira hermoso. Sería bueno hacer en este lugar algo que te guste, ¿no? - el muchacho se pregunta a si mismo. Pero nadie puede saber, él estando encerrado en esa pila de libros.
¿Qué es lo que más quisieras hacer en este momento? Dejar esos libros tortuosos, y ponerme a escribir cuentos. Desde hace 2 años, él ha tratado de escribir un libro de cuentos. Tiene esbozos de lo que son las historias, un libro que entrelace historias y lugares, un libro que ocurra en el mismo lugar, un lugar parecido a Luvina, o Macondo.
Entonces, decidió ya no presentar los exámenes y ser libre. La semana la dedicaría a escribir cuentos. Y comenzó a hacerlo en su laptop.
Pero inmediatamente se dió cuenta que escribir cuentos es muy difícil, trató el siguiente día y el siguiente, y eso no rindió frutos.
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