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viernes, 24 de enero de 2025

Puente

 Hola, 

Entraste nuevamente a mi casa, mi cama, mi cuarto, mi mente. 

Recuerdo un poco tu perfume, un poco la voz que hacías cuando necesitabas un abrazo. También yo lo necesitaba. Esperé pacientemente, siempre supe esperar. 

Yo solo quería escuchar la verdad. 

Ya no hay más tardes, no hay frazadas tibias esperándote. Tampoco almohadas cómodas. No se quedará tu perfume impregnado el día consecutivo de tu partida. Ya no lamentaremos que te estén buscando en casa, que no te puedas quedar más tiempo conmigo. 

¿Hubiera sido más fácil que no dijeras la verdad a medias? Tal vez tenía que ser más inteligente, pero sabes que no entiendo las indirectas. 

No finjas ser tan depravada con alguien tan pasional. Al final, los dos éramos inexpertos. 

Ya no siento esas punzadas acalambradas y cálidas en mi estomago, en mi piernas, mis manos hormigueando si imaginaba que dejabas tu aroma en otra habitación, si alguien tocaba tu cintura y reposaba el rostro en tu vientre. 

Ya no duele. 

Yo también he estado con alguien, pero me he limitado a no querer para que no pase lo mismo que contigo. En algún momento lo haré pero ahora no puedo forzarme. No tengo ganas de hacerlo, por profunda certeza, aunque sé que algún día lo haré. Simplemente me dejo llevar, por la belleza y por el aroma. Al menos, por esa parte, la vida hace justicia. Ha sido muy bueno.

Al menos sé que no eres la única con la que se siente bien, tan bien, dar la vuelta por el universo, en los pocos metros cuadrados de la cama y de la alfombra. Gastando las horas, como si fuera el final del mundo.

He estado muy feliz y también muy triste. 

Desintoxicado. 

¿Eso quiere decir que ya no importas?

Lentamente, cada vez menos, como las exponenciales negativas. Ya has pasado por el punto crítico. Siempre estará tu aliento susurrándome al oído. 

Yo solo quería recordarte que no hubiéramos sido infelices. Bueno, eso de la felicidad no existe, pero la voluntad si.

Yo nunca tuve voluntad de seguir, y tu tampoco, pero en otras circunstancias si, sabíamos que estábamos hechos el uno para el otro. Que embonábamos perfecto en la risa, en la tristeza y nuestro deseo.

En otra vida tal vez.

Te quise y siempre tendrás mi respeto, estás sepultada, y en algún momento aparecerás cuando alguien te mencione. Cuando estés frente a mi, y no pase ahora, realmente nada. 

Gracias por todo, 

una abrazo. 




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