La conocí en una cafetería hablando de la vida.
¿La espero a que regrese?
No, eso ya caería en lo raro. Creepie.
El tatuaje de su mano, su cabello castaño ondulado, sus ojos verdes esmeralda, su risa, vamos amigo, hacía mucho tiempo nadie entendía tus chistes estúpidos, inventas tus propios chistes, tu grado de asperger, regresar dentro de ocho días a la misma hora. Ella no me llamará, aunque tuviera ganas, al otro día lo olvidaría. Yo no la llamaría porque sería raro.
Me voy, y se me ocurren mil cosas, regresar y buscar la más simple. ¿Te gusta la pizza?. Bueno, no le dije que me quería ir porque ya tenía hambre y buscaría algo para comer. Tal vez ella quisiera comer también.
Me pongo los audífonos, enciendo la música y me pongo a seguir los movimientos de la batería de los Yeayeayeas, así, la mañana siguiente no me acordaría de ella, porque seguramente ella tampoco, y la vida sigue. Larga o hermosa vida para ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario