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sábado, 7 de noviembre de 2015

Esto

Escribí como siempre, como de costumbre, ocultando el punto. Estaba enojado y la soledad del camino junto con el olor del pasto húmedo me causó escozor.

Nadie miraba, nisiquiera las estrellas cubiertas por las nubes.

Escribí algo, me preguntaba dónde quedó la fé de nuestros ancestros. Maldigue, blasfemé contra tu dios, pero ya no crees en el porque ya no me despedias con esa seña poniendo geometricamente tus manos en mi rostro.

Cumplí con mis obligaciones, llegué a casa y había una fiesta. Otra vez me pidieron que hablará de algo, que les contará algo pero nuevamente les dije que ni vida es aburrida.

Era un ambiente sórdido, había una marrana insoportable y maldije a la puta que la pario. Supuestamente hablaba de teoría de la relatividad mezclada con una b mediocre de la religión y la biología. Tenía una camisa que en el estampado pretendía ser un mapa celeste. Gorda de mierda era la única que no estaba tan tumbada como los demás, tal vez el alcohol podía metabolizarlo más debido a su gordura.

Homosexuales de closet, olvidándose de sí, libres de sus padres y sus familias, con el conecte, a salvo del racismo de sus abuelas.

Música que poco a poco perdía la calidad. Alguien pedía que explicará algo, sobre las pendejadas que estoy acostumbrado a decir.

Estaba cansado con los pies desechos.

Cuando pidieron que hablara de algo, por fin pude ser sincero y hable del escozor que sentí camino a casa y su correspondencia con el que he llegado a sentir en las madrugadas. Que no es miedo a la muerte, más bien la resignación de que probablemente no trascenderiamos.

Lamentablemente la muerte, de que no puse ofrenda a josefina, de que se fue al olvido, de que se perdió para siempre su pastel de zanahoria, sus galletas y postres que bien sabía hacer.

Que la hecho de menos y no hay nada que hacer.

Que estoy solo, como ella me lo pedía, que era conveniente para estos tiempos. Y que el colchón era ese dios en el que dejé de creer hace tiempo, porque realmente no hay nada.

Debí preguntarle por alguna alternativa, supongo que tenía algo que decirme.

Extraño en pastel de zanahoria, nadie lo hace como tú en el mundo.

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