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domingo, 22 de noviembre de 2009

Fuera de la villa del duque (palabras de un duque huyó dee su dominio)

La vida fuera de la villa, es muy distinta en muchos aspectos, los cuales empiezas a notar cuando tu vida cotidiana se convierte en otra vida cotidiana. En la villa del duque todo tienen una forma muy especial de saludarse, es bien visto a quien a sus mayores saluda y al hacerlo sonríe. Las personas más graciosas de la villa se saludan con rimas (no confundir con albures). Cosas como, es domingo y yo te creí descansando y el otro responde a descansar al panteón, y el otro al panteón al morir si hasta dios descanso. Se me vienen a la mente tantas frases que me cuesta trabajo concebirlas.
Las cosas que llegan a enervar a los habitantes es el hecho de que cocines mal, o eruptes sin querer. En la ciudad todos están enervados no sé por qué. En la villa del duque se vive un ambiente pueblerino, cabe mencionar que no están atrasados en tecnología ni en noticias relevantes, la ciudad queda como a dos o tres horas de ahí.
Ser un pueblerino te hace acostumbrar a tener las cosas más limpias. Fue de gran impresión queridos lectores observar a una asquerosa cucaracha, en una de las calles más nices de la ciudad. Eso me causo repugnancia. Me dio horror ver como sus antenas merodeaban para suponer que o había peligro para ella.
Cabe resaltar que el único lugar impío son las islas de la universidad. Da igual cagar en un baño de la universidad. Lo que antes no hacía. Vale un pito comer en un puesto de garnachas o en el sanborns, el chiste es comer, y queridos lectores algunos días me he limitado a comer dos tortas de pierna sencillas con hary el sucio (fac de ciencias), antes me repugnaba comer en la calle. Da igual tienes que comer algo, rápido y que llene la barriga, vale queso la nutrición, aunque algunas veces me toca comer dignamente.
Ayer por la tarde no alcance mesita y silla para comer en la cafetería de la facultad. Llevando mi plato con pechuga, sopa, agua de piña, y algunas tortillas, me dirigí hacia la banqueta del jardín a unos 5 metros de la cafetería. Me puse a pensar, si estuviera en la aldea del duque, con ese personaje tan distinguido, no tenia porque estar tragando en la banqueta como perro callejero, si estuviera en la aldea con personaje tal los welles al verme que me encuentro sin lugar me lo darían inmediatamente, por si fuera poco fruta y cereal como aperitivo, un poco de queso gringo para botanear, wiskeyo quizá brandy añejado 20 años, o vino tinto. Plato y cubiertos completos, si quisiera agua, la pulpa sería tan espesa, no como esa agua de espíritus de piña. Oh Agua, nunca había sabido que tan significante era, nunca pensé en gastarme 15 pesos al día por beber ese liquido tan preciado, cuando me llegue a quedar sin dinero(por no saber administrarlo) me tuve que ver en la penosa necesidad de comprar cloruro de plata, llenar mi botella de agua del baño y echarle un par de gotas. Siendo que en la villa el agua es tan limpia que se puede tomar de la llave.
Las mujeres en la ciudad son más descaradas y más putas. Me agradan las mujeres de la villa y de villas vecinas, porque todavía se hacen del rogar, eso hace interesante el asunto.
No me desagrada la villa, pero es necesario estar en la ciudad.

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