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sábado, 9 de julio de 2016

Huevones

En vacaciones los alrededores de la universidad tan transitados se vuelven sórdidos. Si observas una patrulla no sabes si sentirte seguro, creo que ya no, más bien salta el miedo por ser extorsionado.

Por la mañana me dí cuenta que las puertas usuales estaban cerradas, eso implica que debemos buscar las entradas de las avenidas principales. La avenida dominguera, por donde muchas veces he entrado con la bicicleta, estaba en remodelación. A las afueras una patrulla.

¿Vamos, vas a detenerme a pesar de esta facha de ñoño inútil ?

Cuando me vieron acercarme, rápidamente, uno de los gorilas salió del veículo para preguntarme que se me ofrecía. Que idiota....., preparé una respuesta como distraído, con actitud de que su presencia me importa un carajo, pero con el miedo dentro.

Me preguntó a dónde me dirigia, yo le dije que al Intituto..., y pensé que era una pregunta estúpida porque dudo que conozca el interior de la universidad, y lo que se hace ahí, y mucho menos aquel intituto aunque últimamente los esfuerzos de divulgación científica se han incrementado.

Bueno, me quede pensando en eso internamente, como si lo conocieras... y ese es el problema. Alguna vez leí en el periódico cierta columna de opinión sobre la situación de la policía en nuestro país; malas prestaciones, mal equipo, mal entrenamiento, malas condiciones de empleo, sueldos bajos y retrazados; que típicamente un policia adquiría ese empleo por que ya no quedaba de otra, con lo anterior mencionado más a parte que de alguna forma significa que vas a arriesgar el pellejo, a qué muchacho universitario, o a qué familia con muchacho universitario desearía que su hijo termine como policía. En cualquier caso, hasta esos policias de más alto grado federal con un mejor sueldo, pero que al final de cuentas es la misma basura. Cuando tenemos necesidad de que la justicia esté de nuestro lado, mas nos decepcionamos...

¿nosotros somos justos?    ¿quién quiere arriesgar su pellejo?  no los suficientes. 


                                  II

Huevones



Una buena tarde, la muchacha que atiende la cafetería decidió no venderme más café molido para la prensa francesa. Odia molerlo, le da hueva. 

Previo a la ausencia de las ventas, me dijo que su máquina se tardaba mucho moliendo. Entonces tenía el rito de moler el grano poco a poco y lo pesaba en su báscula electrónica. Después me dijo que la máquina no estaba disponible, y después que ya no había forma de molerlo para prensa francesa. Entonces, comprendí que le da mucha hueva moler el café para mi desfortunio.

 Un buen viernes por la noche, estaban sus amigos y ella en la cafetería tomando cerveza, le pedí un te chai y me dijo que no, que ya no había servicio.

Después entre risas sin sentido le decía a sus amigos "me caé bien pero ahorita no quiero atender".


Otro huevón campeón es el nefasto oso mantocoso del ocso. Si vas por las noches, después de las diez y media le da hueva, de por si antes, por devolverte el cambio. Por ejemplo, compras unas galletas de 18 pesos y pagas con un billete de 50 ni creeas que se va a molestar en venderte. Le vale un carajo, la tienda no es suya, no tiene pérdidas, tiene su miserable sueldo integro pero puntual.


Ahora bien, si pagas las galletas de 18 pesos con un billete de 20 te dirá que no tiene cambio, y si te mueres de hambre le regalas 2 pesos. Es una propina injusta forzada.

También redondea si no te das cuenta, porque le da hueva darte cambio en centavos.


El campeón, y no se si por que me recordó un pasaje antiguo de mi vida. No se como voy a contar esto, sucede que algunos años acompañaba y trabajaba con mi padrino de alguna tradición católica. Digamos que él se encargaba, o tenía, una pequeña empreza. No diré exactamente que hacía, pero hablaré de sus empleados. Tenía una secretaria, una señora que se encargaba de la comida, los señores de intendencia, jardinero, un muchacho también ahijado suyo que le producía mucha lástima y que lo aguantaba a pesar de ser un perfecto huevon, y los demás a su cargo....

Parte de mi trabajo era corregir los errores de las personas, y hacer lo que era su responsabilidad. Es decir, ¡gracias a los huevones tenía trabajo!

La secretaria era una inepta, a menudo debía revisar errores en algunas cosas, he de decir que la ortografía no es mi fuerte, pero ella se comía letras o ¡escribia al revés!  Un día, un paciente y buen señor me dió una explicación "esque algunas personas tienen dislexia". Desupés el poblema se resolvió cuando la secretaria se casó y el esposo celoso no la dejó trabajar nunca más. Entonces llegó otra más productiva y mi vida en ese lugar perdía sentido.

Típicamente la señora de la comida, no se, supongo que hacía bien el trabajo. Pero los fines de semana curiosamente se iba más temprano, el gasto para la comida lo reducia en un guisado mediocre.

Los jardineros no iban, dejaban crecer la hierba a pesar de disponer de buenas herramientas y gasolina para las máquinas. Cortar el pasto y la hierba era más sencillo con las máquinas, muchas veces tuve que hacerlo evocando las maravillas del homnbre inteligente y débil como yo, hasta yo podía hacer jardineria, bendita sean las maquinas invento de los hombres inteligentes.

Pero el más huevón de todos era el ahijado. Si. Su trabajo era, no se, tal vez el mio era más claro, corregir los errores de los demás en mi condición de estudiante universitario.

Él también hacia que hacia, cortar el jardín, lavar el auto, cambiar esto, poner lo otro. Tenía la característica peculiar de perder las herramientas, el dinero de su mesada etc.

Se enojaba porque no dejaba las herramientas en su lugar, y luego no las encontraba, porque probablemente alguien se las había robado.

- "Y el desarmador tal, no lo encuentro no está, pero lo utilizaste antier, si y lo dejé ahí", -

y aunque no lo dejaba en su lugar, el se enojaba por no encontrarlo. Definitivamente él no robaba la herramienta, desaparecía por su ineptitud. Que si dejaba la escalera fuera de la bodega, la maquina tal fuera de la caja.

Desde niño aprendí que si las cosas las dejabas fuera de su lugar por alguna razón desaparecían o era más dificil encontrarlas.

Hoy pasó lo siguiente.

El señor encargado del mantenimiento de las habitaciones o cubiles donde nos quedamos los estudiantes, esta mañana me sorprendió, me preguntó por la escalera. Enserio que nadie podría en este lugar robarse una escalera, y mucho menos ocuparla. Este lugar está lleno de niños inútiles para trabajos rudos, niños inútiles que en su vida se enfrentaron con algo como cocinar o lavar su ropa.  Me pregunta ¿ocupaste la escalera?, con el miedo que me dan esas madres, ¿tienes la escalera?

Internamente pensé 
¿para que mierda quiero yo la escalera?  para hacer cálculos matemáticos. Para que ocuparía la escalera si estas tú estúpido imbécil. Huevón de puta, ¿dónde la dejaste?, perdiste una enorme escalera huevon de mierda. La escalera a la vista de todos, te la llevaste a otro edificio, porqué no la dejaste en su lugar huevon de mierda.

Después me quedó mirando, como si le estuviese jugando una broma y dijo "No la he visto, pues se la robaron."

NO me importa es tu herramienta de trabajo huevón.




                                               III

El chico nuevo.


Tal vez la gente que dice "se tu mismo" no es tan idiota después de todo.

Llegó un chico nuevo, de esos que te piden ayuda inesesaria como utilizar la lavadora por ejemplo. O que inmediatanmente se presentan "me llamo tal " y te empiezan a hacer plática sin antes preguntarte tu nombre con ese afán de socializar para sentirse socialmente aptos o socialmente no excluidos. De esos que a la hora de la comida no quieres que se te acerquen, porque llamán tu atención a lo puro pendejo con preguntas obvias haciéndolas estúpidamente interesantes.

Anoche me dijó, "oye sabes desde dónde caminé hoy" y le dije irónico, no me interesa. Pensé que eso ya lo detendría definitivamente, sin embargo hoy en la mañana continuó con sus fastidiosas preguntas idiotas para socializar.


La ciudad es grandioza mientras tengas plata, y un buen plan, una buena mujer a quien tirar. Mientras tanto, espera a que te rompan el corazón y veas que el que crees el amor de tu vida es follada arduamente por alguien menos mejor que tú. Sí, esa serie de contradiciones que representan.  Después pasarás hambre y como ya te diste cuenta, la ciudad no es ciudad si no tienes varo para comer comida mala, beber cosas adulteradas y añorar la provincia pendejete de mierda, chico nuevo.

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Nunca más en la vida

Nunca te quedó claro que jamás quería volverte a ver, al menos por mi voluntad propia.  Por tu parte tenías esa idea idiota de que podíamos ...