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jueves, 2 de julio de 2015

EG-2

Joaquin me regaló una especie de suéter, es algo que simula ser una camisa de cuadros, de lana, como de leñador o algún habitante del bosque. Era una fría mañana.

Compré el periódico, actividad frecuente en aquellos días matutinos. La idea era esconder mi rostro en las enormes páginas, me escondía de Eugenia quien por las mañanas pasaba a la misma hora por la parada del autobús.

Yo esperaba la ruta nueve, y a decir verdad miraba por encima de las hojas esperando que ella se apareciera.

Y llegó un día, cuando comenzaba a perder el hábito de mirar sobre las páginas, cuando realmente me concentraba en el periódico Eugenia apareció.

Saludó diciendo -Hola- y me abrazó. -Hola como te va- respondí. -Bien, ¿cómo estás gera?- y me miró con su carita de puchero.

Dije que estaba todo bien y le dí un largo sorbo a mi vaso de café portátil, como aquellos días en que le daba un largo trago al wiskey (cuando no comprendía la situación). Aquella mañana parecía extrañamente que el café, cosa que a menudo no sucede, me perforaba el estómago.

Llegó el ruta nueve y le dije que debía irme, pero con el deseo de quedarme ahí, supongo que había mucho de que platicar. Pero estaba molesto, adoro encontrarme a Eugenia pero a la vez me molesta su presencia. 

Me levanté sin despedirme, como si su presencia no importara. Pero pasé todo el día pensando en ella, o días, hasta perder la costumbre de mirar por encima de las ojas del periódico y así sucesivamente.

Eugenia es de esas personas dispuestas, con las que te dan ganas de abandonar todo lo que tienes pendiente en el día, o incluso meses. Su intensidad le quita energía a mi espíritu, podría quedarme acostado con ella toda la mañana como si las cosas en el mundo no importaran. Tiene una especie de escencia peligrosamente adictiva.

Eugenia es el delirio, la agonía que no lleva a la muerte pero no entiendes la diferencia. Cuando está ausente le quieres cerca y cuando esta cerca definitivamente sabes que tiene que marcharse de tu vida.

Eugenia es uno de esos fantasmas que puede perseguirte toda la vida.


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