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miércoles, 28 de diciembre de 2022

Historians de diciembre - Salidas a escondidas VI

Llama a Alejandra, está su teléfono en un sitio de internet. Advierte en su llamada que es la misma del anuncio, que no hay trucos, que es delgada y hace ejercicio. 

Héctor no la lleva a casa, no quiere que sus roommates se enteren, porque dice en la página de internet que Alejandra es explosiva, el mejor sexo que ninguna novia o pareja pueda darte, entonces, Héctor teme que Alejandra haga más ruido que Leslie, su exnovia, a quien le cuesta trabajo olvidar, pues con ella a tenido el mejor sexo hasta el momento. Pero, si Alejandra, la chica del anuncio de internet sabe bien su oficio, entonces podrá sustituir a Leslie al menos por una noche.

Héctor pregunta cuánto cuesta el servicio, es un poco costoso, Alejandra dice que hará un descuento para que se anime. Héctor acepta y Alejandra le pregunta en qué Hotel. Héctor busca en booking punto com un hotel en Tlalpan. Se ve decente, y queda cerca de avenida Churubusco, justo de paso para ir al aeropuerto. Esa misma noche tomará un vuelo para festejar el año nuevo en casa de sus padres. 

Héctor nunca ha estado con una prostituta. Lee algunos blogs en internet donde hacen algunas recomendaciones y advertencias. Un par de ellos sugieren que es buena idea decirle a la chica cuando es la primera vez contratando ese servicio. 

Alejandra pide que le confirme cuando la habitación esté pagada. Héctor llega al hotel con una hora de anticipación al tiempo acordado. El hotel es un poco más feo de lo que se ve en internet. Se ve un poco sórdido. El señor en la recepción tiene problemas usando la computadora y pide ayuda a una chica más joven. Héctor empieza a impacientarse, quiere que le den la habitación rápido porque le urge tomar una ducha, pues viene de la oficina y solo le dió tiempo de tomar la maleta de viaje en su casa.

Cuando llega a la habitación, Héctor piensa que tiene que ocultar su maleta de viaje, que no piensen que es un viajero, pero se relaja y la deja en el closet sin puertas. Las luces del cuarto son feas y la habitación es fea, con una combinación de colores entre verde y blanco. Tiene un balcón polvoriento donde se mira avenida Tlalpan y algunas luces navideñas. El colchón es incómodo y las almohadas no son bombachas. Se sienta en la cama, no se siente confortable. Concluye que es un hotel de paso que tiene facha de ser un hotel turístico, está la puerta pequeña de servicio para que no te molestes en abrir, pero puede hacerse pasar por un hotel familiar porque no tiene el sillón potro.

Héctor toma una ducha, el agua caliente tarda en salir y es difícil de regular. El jabón es escaso, el shampoo también. Son de mala calidad. 

Héctor siente miedo. Siente paranoia. Piensa - ¿Y si el anuncio en internet en realidad es una estafa? ¿Y si llega alguien para quitarme los órganos? - Se escuchan unos macuarros arreglando el piso de la habitación de al lado. Eso le incomoda. No quiere que nadie vea a Alejandra entrar en su cuarto, pero a la vez si le da confianza escuchar personas cerca. En un momento dado le grita a los macuarros y estos corren a auxiliarlo. Si Héctor no duda en el sexo los macuarros se reirán. Si todo sale bien, los macuarros cuchichearan.

Héctor se mira en el espejo, se pregunta si está seguro de hacerlo, si vale la pena. Se mira en el espejo y se encuentra bien parecido, joven, con sus apenas 29 años, cabello y barba castaña, alto. Piensa que no tiene necesidad de contratar Alejandra. Pero tiene hastío de las relaciones convencionales. La falsa máscara liberal que tienen las mujeres con las que convive y el rollo emocional que desgasta conviviendo con ellas para que al final resulten con la mismos prejuicios de sus abuelas. Mira la foto de Alejandra, de oficio, cuidadosa. En las fotografías se ve bien. Piensa que si esto resulta, entonces será más fácil si necesidad de estar con alguien, solo hay que pagar. Empieza a hacer cuentas felices. 

Bueno, la última mujer con la que estuvo fue Leslie. Antes de que se acostara con él, gastó en una ida al sushi, dos idas a cafetería pretenciosa, una ida a una pizzería pretenciosa y tres idas al cine. Pues más o menos se compensa el costo y se ahorra tiempo.

Alejandra tarda en llegar, se disculpa. Ya estoy cerca. Pero le pide que confirme que él está en el cuarto de hotel. Pide que le mande foto de las toallas del hotel. 

Veinte minutos después, el señor de la recepción llama a la habitación. Pregunta y dice "¿Espera a alguien joven?"- Si, muchas gracias, contesta Héctor. 

Mira por el ojo de la puerta, se escuchan las puertas del elevador, pero sale una pareja de viejitos. Para este momento, los macuarros que trabajaban en el cuarto de al lado se han callado. Nuevamente se escuchan las puertas del elevador, y se escucha el eco de los tacones de Alejandra por el pasillo. Héctor mira por el ojo de la puerta y ve la sombra de Alejandra, el cabello suelto y su gabardina negra. Héctor siente confianza porque nadie viene junto a ella y abre la puerta de la habitación - Hola es aquí - .

Alejandra entra a la habitación. Héctor trata de dominarse, no quiere mirarse nervioso. Saluda, le pregunta cómo está. Alejandra se disculpa por el retraso. Héctor mira bien, Alejandra no se parece a la persona de la foto, es más gorda. Quizá subió un poco de peso, el maquillaje hace cambiar a las personas. Se siente estafado, pero no tiene el carácter para reclamar, al menos decir, oye no te pareces a la de la foto. Pero bueno, la Alejandra que se presentó no está tan mal. Héctor le anticipa que es la primera vez que contrata un servicio de ese tipo y paga. 

Alejandra es vulgar, no hace que las cosas parezcan simples. Ella hace que el momento sea vulgar, muy vulgar. Le explica las reglas del juego, pero quedan cortas, Héctor hace preguntas basadas en los blogs, Alejandra confirma diciendo que se le olvidaba. Héctor siente que Alejandra no tiene tanta experiencia. 

En un intento por quitarle los nervios a Héctor, Alejandra pide que le ayude a quitarse el vestido. Héctor trata de dominar el arte, pero se da cuenta de la flacidez de Alejandra, no es la chica de la foto que promete hacer ejercicio. Piensa en Leslie, - Mira Leslie lo que estoy haciendo y está tan mal -. 

Alejandra tiene un cuerpo sedentario, común. Héctor piensa que posiblemente es la razón del descuento. Su perfume es horrible. Bueno, ni modo. - Nunca me ha pasado esto, pero no me siento prendido- le dice Héctor a Alejandra. Ella dice que está muy nervioso. Pero él, más bien está decepcionado. 

- ¿Entonces es una hora verdad? - Pregunta Héctor. Alejandra advierte que posiblemente sea menos, que siempre es menos. Y el tiempo se compensa entre la charla y la despedida. Está bien. Alejandra toma un lubricante y se va al baño. Héctor piensa en lo difícil que puede ser el oficio, pero en lo fácil que es entregarse a alguien. Alejandra ofrece ayudar con los preservativos para asegurarse que todo esté en orden, pero es inexperta, más bien vulgar. Alejandra continúa explicando las reglas, no besos, no acercar la boca. 

Cuando por fin lo logra, Héctor deja llevarse, Alejandra se mantiene boca abajo. a Héctor le llega un leve olor hediondo. Parece no ser intenso pero insistente. Recuerda sus experiencias en la adolescencia, cuando no se tiene tanto cuidado de la higiene, pero no importaba en aquel momento, toda esencia queda de lado de la curiosidad y entre sensaciones desconocidas. Héctor piensa que fue estafado. Está decepcionado. No se enfada. Total, ya está pagado.

Pide que Alejandra esté boca arriba. Entonces el hedor es más intenso. Héctor lo intenta. Concluye que quizá Alejandra tuvo un servicio previo y no fue cuidadosa. Héctor se pregunta, y si antes estuvo un taxista, o un gordo inmundo que no tiene más oportunidad con una mujer. Porqué estás aquí Héctor, aún eres joven, pero eres muy arrebatado. Puedes esperar un poco. La excitación está en la caza, al fin y al cabo, somos animales. El hedor de Alejandra cada vez es más intenso. Héctor voltea su cara para que Alejandra no se de cuenta del asco que causa. Héctor tiene mucho asco, tiene ganas de vomitar. Corre al baño y vomita de asco. 

Alejandra se asusta y le pregunta que le pasa. Héctor le dice que huele mal. Alejandra lo queda mirando como si estuviera loco. Héctor le pide que se vaya. 

Héctor se mete a la ducha por 40 minutos. Espera que el agua hirviente quite el olor hediondo que le quedó impregnado en la piel. Siente mucho asco y vomita otra vez. Los macuarros vuelven a hacer ruido en la habitación de al lado. Todo parece normal. Sale de la habitación. Pide el taxi para el aeropuerto. Tira a la basura la ropa que traía puesta antes de desnudarse con Alejandra. Piensa que verá sus padres. ¿Qué pensarán sus padres que antes de partir a casa estuvo con una prostituta? ¿Qué pasaría si el avión se cae y esa es la última experiencia que vivió en su vida?





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