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sábado, 21 de diciembre de 2013

Invierno sofocante

¿Porqué hace tanto calor en mi habitación? se supone que hoy entra el invierno. Afuera están los vientos fríos ¿Porqué hace tanto calor en mi habitación? Solo escribiendo me enfrío. 

Dejame explicarte que no entiendo las razones por las cuales me encuentro aquí. Pues hace unos segundos me decía con palabras encimandose en mi cabeza: "No me gusta estar aquí" o mas bien "No quiero estar así." Escribir las palabras me enfrían como el hielo a la sopa. 

Acabo de huír de una fiesta, donde todos eran conocidos y nadie me conocía. Y esque ha pasado tanto tiempo, desde que heramos niños y jugabamos a los policías. Corríamos en esa casa que me parecía enorme. Hoy la miré pequeña, no me parecía infinita. 

Por la tarde y ayer estube dedicandome al carro. Ahí se la paso, mucho tiempo guardado como esposa regañada. Ahora no quiere encender, me parece como animal enfermo. ¿Porqué estás convaleciente amigo? si la última vez que corrimos en la autopista lo hicimos muy bien. Lo he limpiado con detalle de todo el polvo y la mugre grasienta. Hasta los elementos superficiales del motor han quedado limpios. También a quedado encerado y listo para salir a pasear. Con tristeza he mirado que las llantas se encuentran desgastadas. Y con más tristeza he caido en la conclusión de que las ha carcomido el tiempo y no la carretera. Muchacho si tuviera dinero en mi bolsa te juro que no estarías encerrado. Pues solo me queda para tomar café; es un lujo que aún me puedo dar. Quizá esté deprimido, porque nadie en la casa le puede dedicar un poco de tiempo. Nadie lo puede sacar a pasear. Es un animal herido. Traté de recordarle los viejos tiempos. Cuando recorrimos solos en la noche caminos solitarios. Cuando pasabamos a recoger viejos amores. Cuando recogimos viejos amores. También fue testigo de cuando me rompierón el corazón. Cuando transportaba las cosas de la banda de rock. Casí me mato también cuando distraído no miré la luz roja del semáforo. Oh! viejo amigo, que tiempos aquellos cuando era más joven, tenia menos miedo y había más dinero en los bolsillos. Oh! viejo amigo el café es más varato que la gasolina.

¿Porqué hace tanto calor en mi habitacón? bueno... es mucho  menor al de hace unos minutos. Escribir palabras es parecido al hielo y al viento frío de afuera. El viento frío de afuera. No puedo salir a la cafetería, puesto que ya empezó la hora de los enamorados. Es imposible leer en ese lugar a esta hora.  Con tanta gente. Es imposible mirar siquiera a alguna muchacha coqueta sin meterte en problemas con su galán. No puedo salir a caminar pues siento que mis pies se están quemando.

¿Porqué es un deshorden mi habitación? Ahora le sirve de bodega a mi hermana, a mi madre y hasta mi hermano. Si por mí fuera tiraba más de la mitad de las cosas que se encuentran aquí. Pues no son mías y no les veo función importante. Solo podrían quedarse los amplificadores, cables y pedalera de guitarra. Las dos guitarras que se encuentran aquí. También la mesita y el sillón. Los libros y discos. La cama y las cortinas. 

Hay tanto desorden que no puedo ordenar. Me he traído de la ciudad mis bitácoras de apuntes. Para leerlas y ordenar las cosas más importantes. También los borradores de las canciones y los artículos que debo leer para la tesis. De estas tres cosas a todas les tengo miedo. Pues de los apuntes es un buen chapusón hacía un laberinto donde es fácil perderse. Donde la entrada y la salida desaparecen constantemente. He estado pensando en las canciones que funcionan para un disco que jamás nadie soportara escuchar, que he comprendido jamás terminaré, pues la música es patética y depresiva. Mal de amores y perdición total en nueve canciones. Para cortarse las venas. Y para leer los artículos necesito estudiar la teoría que ahora no recuerdo muy bien. 

Puede que hoy vengan huespedes a la casa. Y que superhuevisima!!!

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