Ella espera prudente a que él reciba las felicitaciones de sus colegas frenéticos y eufóricos. Parece que él se ha jugado la vida como un torero en el ruedo. Ella espera aunque sabe que él necesita urgentemente de sus brazos. Es prudente. Ella le da fuerza, él no está solo, lo sabe. Ella que es amable con los amigos de él, menos agraciados, menos dotados con habilidades sociales. No se pueden acercar pero desean acercarse al pastel del festejo. Ella se da cuenta y pide que se acerquen, los introduce. Todos se relajan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario