Mira que me arrebatarón hace una noche la compasión de poder mirarte con ternura; princesa medieval atrapada en la hépoca post-moderna. La ternura impide que mire tus enormes caderas y tu porte de gacela dormida.
Yo desconosco si tu cabello tiene aroma en específico, por eso me hacerco un poco para poder respirarte y encuentro un mar de dudas. Eres un mar blanco, creo que te he pensado demasiado, sin ternura pareces mi postre favorito.
Eres un mar blanco,
confuso como la neblina;
confieso que te he soñado;
esta tarde despierto.
Me gusta mirarte; gacela dormida
2 comentarios:
Me gusta esto que has escrito, sensual y discreto. Las pasiones nos mueven a pensamientos pecadores que sin ellos, no existe salvación alguna.
No hay pecado, mas bien los deseos llevan a las pasiones. No hay nada malo siempre y cuando exista un acuerdo
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