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jueves, 2 de enero de 2014

Frío.

Me es imposible describir el funcionamiento del metabolismo de las personas en función de su complexión. He coincidido - como toda la gente común y corriente - que las personas delgadas son más "friolentas". Por eso, mi buen amigo Marcelo nunca tiene frío; por ser gordito. Bueno, en realidad no sabemos bien, pues en algunas épocas del año lo hemos mirado muy delgado. Es una rara máquina que puede adaptarse a cualquier medio. Incluso después de una larga vida sedentaria puede tornarse un ágil deportista. 

Los días de asueto los pasamos hospedados en una pequeña ciudad intermedia entre dos grandes urbes. Nos han dicho que solo es de pasada, que debemos dormir bien y disfrutar la comida. 

German me ha dicho que la noche pasada marcelo estaba sonambuleando de una manera muy extraña. Pues entre sueños paracía que estaba peleando con él mismo. También las palabras que dice de repente, como si le contestara a alguien o a él mismo. 

Es un buen muchacho de aspecto sombrío y pues le he dicho a German que lo deje tranquilo, pues Marcelo tiene su propio estilo de vida muy diferente a nosotros. Antes de emprender el viaje me di cuenta que lleva mas libros que ropa. Y ahí se unde con su lampara portatil que emite la luz presisa para que las páginas no lastimen su vista. Ahí esta con su soledad y sin los aparatos que todos portan. 

Decir lo que me a confesado sería traicionarlo y no lo haré. Solo mencionaré lo que a mi vista pude percibir en silencio. Hace algunas noches se encontraba -extrañamente- revisando su aparato electrónico. Estaba titiritiando como perro, el ruido de los dientes se escuchaba muy frío, además tenía un aspecto extraño. La habitación se enfrío como si marcelo fuera una fuente polar, hasta en su sombra una vez apagada se convirtió en la de un gran hielo marino flourecente.

A conseguido números extraños, como una clave encriptada tan importante que después de hacerlo el calor volvió a la sangre. 

Actos sencillos tienen trascendencia según su última filosofía. Actos sencillos significan mucho para él pues su vida es al revés. Las cosas más complicadas las puede hacer perfectamente, por eso es un hombre complicado. 

Después de conducir 8 horas para llegar a la playa, en sus manos se ha impregnado el olor del plástico protector del volante. Aún así no le importa a ella. Esa mujer que parece gacela y que desde un día antes lo estubo esperando, ahí donde acordaron con esa enorme sonrisa. Si supiera que el alma de Marcelo se encuentra en otro lado. Pero como evitar hechar un vistaso y disfrutar el aroma. Pero aún en ese lugar cálido, Marcelo siente mucho frío. A él nunca le ha gustado el mar, porque vuelve absurdo el infinito. Pero ese es el pretexto etúpido y sin sentido. A decir verdad siempre le ha dado miedo el agua a pesar de que su madre desde los tres años lo obligo a tomar clases de natación y aprendió!! pero a soñado que muere ahogado. El mar es demaciado imponente.

No sabemos que ha pasado, pues toda la tarde a pasado con ella. Es incitado a lo que es llamado "los más bajos instintos". 

Pobre marcelo -dicen la arena- cuando el a confundido el cielo con la sucia agua de mar. Pues cada grano de sal pudiera ser una estrella.

El corazón frío que no puede calentar la candente gacela. Cierto es que le hace hervir la sangre pero NO LE CALIENTA EL CORAZON.

oh! Emma gacela de las gacelas. Corre libre!

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