(Ciudad 11) Un recuerdo no muy lejano

Necesito ser sincero esta noche. Porque me quedé pensando en esa foto tuya que anda en internet. Supongo que la pusiste ahí hace tiempo para que alguíen la mire -¿para que más?- . Me estoy escusando porque debo confesar que la miré. Ser mirón es el delito al que todos estamos condenados a cometer en estas nuevas plataformas. Sinceramente miré una foto que subiste hace ya mucho tiempo. Pero no cualquier tiempo, es el tiempo en el cual te miré por primera vez caminar en los pasillos. Es el tiempo en el cual noté un aspecto tan peculiarmente nostálgico en una mujer de piel blanca y cabello negro. He hablado mucho de mujeres de piel blanca y cabello negro en este blog, son las que más me enloquecen.

Me quedé petrificado porque nuevamente miré a esa muchacha desconocida, a la incógnita que me insitaba a suponer una lísta interminable de nombres y muchas razones para quedarte mirando petrificado como lo estube anoche.

He mirado tu silueta y a decir verdad era oscura o grisásea, por tu nostalgia o la vida triste que segun tú; te invadía. Había oscuriad en tí y siempre me gusto porque a pesar de eso me llenabas de colores el corazón. Y fue en el instante preciso cuando más lo necesitaba.

No te avisaré sobre esta nota pues realmente no quiero que sepas de su existencia. No sería la primera de varias notas que te escribí pero quizá lo sepas cuando el oscio y la curiosidad te envuelvan.

Te guardo aprecio y cariño pues apareciste caminando con la mirada distraida en el momento en que me encontraba perdido. Yo también padecía un orroroso mal de amores.

Usted la bonita desconocida ditrajo mi mente para no seguir pensando en "aquella". La chica que no le importaba dormir en la biblioteca. Elegantemente Intacta y delicada.

Fueron mis días favoritos, por las tardes te buscaba entre esos lugares vacíos y algunas veces repletos de gente en temporadas  de examen. Te buscaba para estar cerca y sirvieras  de inpiración, para hacer mis tareas. Las acababa a toda prisa paraque el tiempo restante pudiera fabricar el plan; la manera en que me iba a levantar para preguntarte tu nombre. 

De tanto planear olvidé que era simple. Conocí tu nombre en una forma no planeada y poco a poco te fuiste convirtiendo en lo que ahora eres. la chica desconocida que conosco por su nombre.

Recordé al mirar tu antigua fotografía la angustía que me provocaba el estar desde mi lugar sentado sin poder entregarte lo que escribía para tí. Hasta me aventuré algun par de veces.

Quizá no es una actividad muy común y quizá no muy sana -mentalmente hablando- pero fue muy bueno para mí. Buscaba palabras para describir la superposicion entre tu elegancia, nostalgia y belleza. Y necesitaba distraerme pues he llegado al pensar que el demostrar teoremas era como hacer una obra de arte y tu eras la musa.

Y ya desde hace mucho tiempo que no he tomado una clase de matemáticas formales porque se supone que no hace falta, almenos por ahora. Y hace mucho tiempo que no demuestro algún teorema abstracto. Ahora solo interpreto datos estadísticos.

Por un momento al mirar la antigua fotografía recordé lo que significabas en ese momento, lo que no significas ahora y nunca más significaras pues a pasado el tiempo y tu imagen ya no está y por ahora no necesito demostrar teoremas.