credits by: evtkw

viernes, 24 de noviembre de 2017

Idea estúpia

¿Recuerdas cuando eramos aprendices? buscabamos las mejores ideas, como pepitas de oro en un río, que mas que río parecía un charco fangoso. La mejor cosa que pude escuchar y que alimentaba mi ego es que, a pesar de mi estupidez, tu llegaste a la conclusión y les dijiste a nuestros amigos que yo era un genio. Poco después entendí que no era por entender mejor y mpas rápido, sino porque tenía la capacidad de contarte historias enredadas con descenlaces trágicos, bajo cualquier pretexto, con cualquier figura geométrica, con cualquier rayo de sol, y parecían muy coherentes, pues los dos estamos locos.

Después te alejaste, porque nuestras amigas comenzaron ese rito extraño, que parece ficticio, pero aún no encuentro el argumento para sostener que es real; no te hablaban, te miraban feo ... te dije la cosa más simple y torpe, pero sincera, que solo se me podía ocurrir en ese momento: "Esque tu eres bonita, no les hagas caso, te tienen envidia ... sabes ... deberías juntarte con otras personas ..."

... y te alejaste ...

buscaste personas, y cada vez se te ocurrían las cosas más estúpidas. Jugaste al futbol, peleaste en karate, en el boliche, jugaste en el equipo de ajedrés, te metiste en clases de baile, aprendiste a tocar el piano,  y en ningún lugar encajaste. Ninguna cosa hiciste bien, y estaba para deprimirse. 

Después nos seguimos encontrando hasta dejar de hablarnos, después, nos volvimos a hablar y me preguntaste si estaba bien la manera en que ahora invertías tu tiempo, en la teoría filosófica de .... que pronto alguién te publicaría ... 

Después eras más liberal, después fotógrafa, después no se que chingados porque dejaste de asistir a la cafetería donde te encontraba por las mañanas. 

Alguna vez te dije que necesitábamos reconciliarnos con la soledad, qué no era una novela trágica la vida de un solitario... y después cada quién olvidó la soledad. 

Me da mala espina, que hables de la soledad como algo malo, que llegó alguién a salvarte, como una historia barata, de tí, del personaje que no encaja en ningún cuento, pues tu historia no ha sido inventada. 

Siento angustia, porque veo que te diste por vencida, con ese traje de esposa, con alguién que no tiene ni la más remota idea, como un muñeco que programas cuando duerme, y después te duermes olvidando, y después despiertas pensando que va a dirigir tu alegría. Yo creo es el conjuro más pendejo que se te ha ocurrido. 

Yo tampoco estoy solo, pero nunca maldigo la soledad, le debo temor como a un dios viejo, llevarte bien con ella tiene la ventaja de que al abandono la soledad te reciba con los brazos abiertos. Temo por tí, y si llegas después ¿y la soledad se ha enojado contigo? 

¿quién te abrazará? ¿otra persona carente de afecto ?


No hay comentarios:

Nunca más en la vida

Nunca te quedó claro que jamás quería volverte a ver, al menos por mi voluntad propia.  Por tu parte tenías esa idea idiota de que podíamos ...