Me
interesa todo de tí, menos saber quien acaricia tu cuerpo y besa tus
labios... eso definitivamente no. Pues
si en este mundo hay distintos ríos y lagos, y los hombres muertos
de sed nos escabullimos en alguno. Entonces no está de mas decirte
que he sobrevivido alguna vez a la sed de tu río, pues ya comprendí
que lo voy a hacer toda la vida.Por
eso no quiero jugar cerca de tus aguas, porque es cierta crueldad
estar cerca y no poder beber.Tal
vez me ahogue, nisiquiera eso podré saber. No
quiero jugar a ser tu amigo, finjiendo que me da temor meterme a
nadar en tus aguas torrentes acaudaladas. Porque la brisa me invita,
tu suave brisa de primavera, y tu aroma de flores.¿Qué
será de nosotros cuando seamos viejos?No
quiero esperar una vida, cuando nuestros ríos se evaporen.Así
que... ¿siempre tendrás eso en cuenta', la maldición de la
incomodidad del desierto, mi desierto que es tierra infértil en tu
ausencia.Puedes
platicar conmigo, pero realmente siempre te voy a recordar mi sed...
toda la vida. Esa es tu condena en mi mundo, el que siempre tendrá
un lugar para ti; intacto y polvoriento. Una arquitectura que en un
futuro nadie podrá encontrar, quedará escondida y se pulverizará
cuando los rastros de mi existencia se esfumen... cuando los días
dejen de serlo.
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