Antes de emprender tu egoista y maravilloso viaje atravez de tus sueños, quiciera tener la seguridad de que la risita que escucho en el teléfono provoca una mueca en tu rostro. Esque, nunca te he dicho que tengo la ligera sospecha de que puedes reír con el rostro serio, que sabes fingir.
Veo que te gusta morir a cada rato, escapando a ese lugar tan extraño, digo... extraño porque no se como es, no se como son tus sueños. Solo te escucho hablar de esos piratas, fantasmas e imágenes diluidas en una extraña solución que me produce miedo, que no quiero beber, pero lo hago para estar cerca.
La embriaguez que me provoca tu compañia tu compañia, quisiera suponer que es la misma que te hace caer rendida, ante ese lugar que es como un templo, a los pies de tus sueños, a los pies de tus recuerdos.
No se de que galaxia vienes, pero supongo que es un lugar incomprencible, poco conocido para los viajeros interestelares, para mi.
Poca luz hay en tus ojos, por eso son tan oscuros, mis favoritos. Temerosos los mios por las historias de sirenas que pierden a los navegantes, así es tu mirada, un mar que no tiene rumbo.
La ruta de tus sueños es como una neblina impenetrable, no hay mapa que describa el camino y tu no quieres mostrármelo.
El fruto de tus sueños, según provoca miedo, en lo mas recondito de tu pensamiento. El fruto son esas mentiras que me cuentas, que me impiden colgar el teléfono.
Mis sueños son mas simples, en donde hay estrellas en el almuerzo, reos hullendo y saltando las azoteas de los edificios.
Cuenta hasta diez y queda dormida, cuelga el telefono y duerme... duerme... duerme... y deja que los mosquitos se encarguen de tu dulce sangre y asi seras menos .... menos... menos... infinitamente, después yo quiero unirme a ellos.
Te mentí cuando dije que qiería aniquilar a tus fantasmas, eso ni tu puedes hacerlo.
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