Ya no te escribo para que no te artes de mi.
Salí a buscar una historia para contarte, ahora que te vea en las fiestas de diciembre.
Estuve pensando en esa chica que te conté, la que conocí hace unas semanas en la cafetería. Los sábados está ahí. Creo que le caigo bien, recuerda mi nombre.
Entonces, hoy me fuí a la cafetería, determinado a pedirle su teléfono, e invitarla el miércoles a mi casa, para mi fiesta de cumpleaños.
Pero no.
Pero es bueno, ¿no?, si algo saldría mal perdería mi oportunidad para seguir llendo a la cafetería.
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