No pude encontrar en internet el poema de Ivan, lo traté de buscar con las líneas que se quedaron grabadas en mi cabeza, "... patético orando en las iglesias, ahí no está tú dios, él esta en las calles sucias, en las borracheras, en las putas."
A menudo quería buscar el poema cuando me buscaba a mi mismo, o alguna historia que contar. La más patética, decir que me puse a llorar en la iglesia del monte de los olivos en Jerusalen, porqué me sentía en el último rincón del mundo, escapando de todos, en mi propia travesía, para fingir alguien que no era. Lo supe en el momento que conté la historia, qué patético eres, Arnulfo, Arnulfito.
Nadamás no me muero porque hay cosas que hacer, no, mejor dicho, mi super ego me dice que me vería patético. Por eso no dejo que esta congestión de pulmones me quiebre. Debería estar dormido, para que mi sistema inmunológico se recupere. En lugar de eso, estoy tratando de recuperar el tiempo perdido.
Me levanto al baño, me veo gordo, llevo un par de días sin bañarme. Pero por fin descansé este viernes, escapé de dios, de las calles sucias, de las borracheras y las putas, porque sino me va a llevar el carajo. Me veo al espejo y me digo que yo no era así, pero tampoco sé exactamente que fui.
¿Me ibas a cocinar ahora que estoy enfermo? Por supuesto que no, porque eras una patética inútil también. Y no empieces a pensar pendejadas, porque simplemente eres una egoísta de mierda. Y estás aquí mirando. Estás enviandome mensajes desde otra habitación, o del otro lado del mundo. ¿porqué no llamas? ¿Porqué eres tan cobarde por terminar nuestras conversaciones? Y terminar la noche, escapando si quieres.
Me van a despedir del trabajo cuando se me acaben mentiras por decir. La gente dice que es una profesión noble, que agradecen que este uno aquí, pero a decir verdad es que yo y todos los pelmazos que me rodean no saben hacer otra cosa más que lloriquear y pedir dinero como limosneros. Sabes, estoy arto de eso. Siempre supe ganarme el pan, como el pueblerino que soy, y sí, por eso siento que no encajo porque no sé limosnear, o pedirle a mi papi.
Tampoco quiero estar solo, tampoco quiero morir solo, porque no estoy solo. No quiero que mi muerte sea como la de Esther, o Sarah, esuchando a mi madre decir, "bueno, abandonaron su espíritu". Ojalá me quedara petrificado, o vuelto una estatua de sal, mirando a Sodoma. Sin embargo, tengo que estar aquí, me convertí en uno de esos niños llorones, quejándome y lloriqueando, y pensando porque mi situación no es mejor, mientras sigo una rutina de mierda, durmiendo tarde, intentando comer sano, no calculando la comida del refrigerador que se me echará a perder, después iré al restaurante de la comida del medio oriente, me sentiré agradecido, y el sabado terminaré rematando en los lugares que prometí ya no frecuentar, no destruído en domingo, pero preocupado.
Lamentaba que estuvieras enojada, después, alimenté tu necesidad de tener atención. Y apuesto que estás aquí. Deberías dejarte de pendejadas y marcarme. Quedarte conmigo cuando vengas a Europa. Es fácil que me encuentres, y siempre te esperará un hogar y brazos cálidos.
¡porqué no te dejas de pendejadas, he? Te van a partir la madre, te van a hacer mierda ese corazón pretencioso que tienes, y lo sabes. Porque ya nos habíamos encontrado, y queríamos volver a encontrarnos después. Pero pueden más los comentarios y las burlas, ¿no? A mi sinceramente ya me valen un pepino, todos son unos pendejos.
No nos dejamos de pendejadas, de hecho pensaba que era buena idea. Pero seguimos la misma cadena, ¿no? la vida cambia. Yo te quiero, tu me ignoras, otras personas me quieren y me ignoran. Tu buscas cobijo en quien no te quiere y en quien aüguras te va a partir la madre. Pero no voy a decir que te espero, para que no te sientas mierda, ahora te chingas, y te tragas, nos tragamos esta vida de mierda. Porque tal vez si estuvieramos juntos yo no estaría huevoneando, escribiendo pendejadas, estaría descansando o haciendote el amor, hoy en viernes, y preparando nuestras vacaciones de invierno. Nos reíriamos de todos esos pelmazos, niños con falta de cojones, bueno, no haría falta, simplemente no tendría sentido, más que partirnos la madre para estar bien. Estar a salvo, calientitos, refugiándonnos de este puto frío de mierda.
Pero así aprende uno, te iba a decir que, ¿porqué no me marcas? Pero ya no quiero que me marques, a estas alturas ya somos pendejos. Todo está hecho mierda, tú y yo, par de pendejos.
Y ahí están esperando, nuestros amigos, que tanto nos quieren, tratándonos como si fuéramos héroes, como si fuéramos especiales, como si fuéramos grandes. O sentimos tanta culpa para reconocer que simplemente nos quieren.
Ya te sueño menos, eventualmente desaparecerás, y apareceras cuando menos lo piense, como las otras chicas. Recordaré y pasará.