Solo quería contarte
Solo quería contarte que siento miedo, que no se si lo voy a lograr. Aunque
ni siquiera sé lo que estoy buscando.
Solo quería contarte que nunca me había sentido tan desorientado, pero
tengo mucho miedo, de algo que está tan arraigado, pero teme revelarse.
Tengo miedo de que se valla la juventud. Eres la última persona de mi
generación que no se ha casado. Pero pronto lo harás y quedaré yo como bicho
raro, viviendo la vida lentamente, lo que me tocaba vivir antes de conocerte,
de quererte, pero llegué tarde, siempre llego tarde, llegué tarde a la vida.
Tengo miedo del tiempo perdido, que he pasado mirando los atardeceres desde
la ventana sin decidirme a abrir la puerta, salir y caminar hasta el horizonte.
Tengo miedo de los resultados de ese estudio de salud, que sea algo irreversible,
que me convierta en un inútil. De verdad no me quejo. Siento que nadie me cree
que esta vez si me siento muy mal.
Quería contarte muchas cosas que no es tu obligación escuchar. Pero quería contarlas. No me siento
solo, no le temo a la muerte, pero tengo muchas cosas que contar. Que mi tesis del doctorado está super chida, que me gusta mucho lo que hago, cómo mueren las estrellas, cómo danzan, cómo explotan, cómo fríen galaxias. Que he estado
perdido, que he tenido mucho miedo, pero he estado contento, que casi pierdo un
vuelo en el Medio Oriente por quedarme dormido, o no hablar correcto inglés en la aduana de schiphol, que me
estafaron tomando el té en Shangai, que estuve a punto de caerme en la pirámide
más alta de Cobá, …
No quería que cambiaras la plática o que te distrajeras con el celular. Que
miraras con pánico la hora de tu reloj, como arrepintiéndote, vertiéndote de
culpa porque terminaba esa linda tarde de otoño, que supongo querías aprovechar
para hacer algo mejor.
Después quería contarte que me dio gusto verte de nuevo. Que con tu vestido eras la más linda del lugar, de la cafetería y de los lugares que pasamos. Que podía llegar alguien en motocicleta, tomarte de la mano y decir que dejarás a este ser tan aburrido.
Tenía tanto que contarte, pero preferí preguntarte, para que tú hablaras y hablaras, eso hago siempre, preguntas, para que las personas hablen y yo pueda escuchar, porque yo no sé cómo decir las cosas.
Uno nunca dice abiertamente que esas cosas pasan por la cabeza para no
verse como un perdedor. Déjame pagar la cuenta de la cafetería para no sentir culpa yo también.
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