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jueves, 14 de enero de 2016
Un fantasma
No se apareció el fantasma, tan solo me habló al oído pidiendo argumentos para sentirse vivo. Olvidé preguntarle qué se siente morirse por segunda, tercera o cuarta vez. Me pregunto si es un alma en pena o quizá yo estoy penando en el mundo. Algunas veces lo invocaba para que hablara conmigo cuando me sentía solo, parecía un capricho de brujería, pero con mala experiencia aparecen otros fantasmas, algunos mas necios, otros mas apacibles.
Esta noche habló y escuché como otras veces, con cortesía, como si no me asustara, intentando hacer frases conexas entre telarañas de ideas azarosas, un conjunto de oraciones que son un posible argumento para el encierro en un manicomio.
Habló y habló, y hablé, hablé... hasta que se cansó y se apago su voz. Se esfumó, pero no me dejó tranquilo, hasta el paso de los días, unos cuantos, no sé de una cantidad exacta.
Se fue y regresará, no se, en una tarde caprichosa, cuando no existan muestras de una situación tenebrosa, cuando menos lo espere, sin invocarlo, como una pesadilla.
G. U.
Melchor Ocampo, Estado de México, Enero 2016.
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Viernes 660
Sabía que las cosas iban bien cuando aseguro que venía a casa. No se puede saber si ella estaba igual de nerviosa, probablemente no. Otra ve...
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