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jueves, 9 de diciembre de 2010

Quérida dulcinea

Quérida dulcinea, te escribo llamandote dulcinea porque he tratado de olvidar tu nombre. Eres dulcinea porque tienes una dulce sonrisa y sabe a dona glaseada.

La luna esuvo hermosa esta noche, quizé llamar para que no se te pasara verla, pero la tarde rojisa y la noche fuerón tan lindas que no me quedo humor de tener dos posibilidades.

Estas son: al llamar tengo dos posibilidades, la primera es que te tornes tan dulce y me des ánimos de estar mas contento y la segunda es enfrentarme a tus cortantes palabras débido a que estes acompañada por tu dulcineo o que no estes de humor para escuchar a este humanoide.

Te répito que no tuve humor para enfrentar estas dos posibilidades esta noche, pero como lo prometido es deuda, estoy cumpliendo con mi parte, y esa es olvidarte.

Te confieso que tuve ganas de tenerte a mi lado esta tarde, pero silenciosa y seria, con tus pequeños ojitos fijos hacia los árboles y las hojas de otoño, y yo contemplando ese bello cuadro mirando coo el viento débil y frio mueve tus cabellos delgados y lascios.

Querida dulcinea la luna estaba sonriendo y me dijo con el susuro del viento que te estaba sonriendo a ti, por ser tan bonita y encantadora, por tener una dulce sonrisa como dona glaseada.

1 comentario:

Ileana Viquez´s Portfolio blog dijo...

heii gera.. andO aqii chismeanDo en tu bLogg..! uhuu
bonitaz historias

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