Algunas veces olvido porque no me entrego al sueño de la tarde. Hacerlo implica despertar con ese vacío, previo y sofocante, que te incita un fuerte respiro, para liberar el grito de angustia por tu existencia tan miserablemente frágil.
Si, siento que es tan vulnerable, con esos latidos extraños del corazón, como si no quisiera latir. Con ese mareo y dolor de cabeza que me hace perder el equilibrio.
Me pregunto, qué será de mi cuabdo sea viejo y ocurra esto. Se magnificara y probablemente sea una muerte estúpida, no una de fórmula uno o de transbordador espacial.
Una muerte estúpida de cama.
Después pregunto, te contaré, ¿te contaré que te cuelas en estos pensamientos de angustia?
Siento que se me va la vida y cuando llegue la eternidad habremos desaparecido sin que pruebes lo que he guardado para ti.
Ya no pasaba, pero apareces cuando parece que te olvido, te apareces como un fantasma.
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