Que se termine el verano para no tener el pretexto de salir.
Ya no quiero salir este verano, amigo, me siento cansado. Me zumban los pies cuando paso a la tercer cerveza y me empiezo a sentir empachado. No quiero acelerar la borrachera, o para sentirme relajado, con tragos extras de vodka o whiskey. No quiero comprar vino barato que lo venden a precio de caro. No quiero comprar comida en los mercados de comida hípsters.
Ya perdí la confianza de conocer a alguien, en realidad nunca la he tenido, solo aquella noche, ¿recuerdas? cuando le hablé a esa chica que estaba bailando junto a nosotros -brit pop- en ese antro-club-snob que tanto me gusta, que incluso me hiciste ganar la confianza que nunca he tenido cuando me dijiste que eso nunca lo habías intentado. Lo creí. Pero ya no te diré nunca más que acabo de ver a la chica más hermosa del mundo, aunque siempre es así, en esta ciudad. Ya me voy, y seas honestos, ya pasó.
Me siento tonto, en ese bucle, donde me dejo llevar, y seguimos la noche, llendo a diferentes calles, bares, hablamos con gente, hacemos amigos temporales, y quedamos ahí, con menos dinero, y al final regresamos destruídos a casa, para pasar podridos la mañana, con la boca seca, con esa resaca de mierda.
Aveces quiero a alguien, para sentirme, ya sabes, acompañado, ¿contento?. Porque aún no logro estar motivado, estando solo, soy tan monótono, si, he sobrevidido, no sé como, al trabajo, a todo, pero, siempre estoy así. Gris. Pero con tantos años sé que eso es un espejismo.
He pasado tanto tiempo solo que estar acompañado de alguien es bastante raro, a decir verdad, incómodo, amigo. Hoy preferiría que no apliques el viejo truco, para ayudarme, -"hey, ¿ya conoces a mi amigo?"
