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miércoles, 22 de mayo de 2024

Un intento raro

 Se está preguntado si su corazón puede reventar. Se recupera rápido. Se adapta rápido. Eso lo sabe, lo dijo el entrenador hace tiempo. Los sabe por la madera. Pero en algún momento perderá el sentido, como aquella tarde en la casa de los relojes, donde se ejercitó intensamente hasta sentirse mareado y vomitar. 

En el fondo sería menos raro, tan solo abusó de sus límites, así comentarían en su funeral. Se emocionó y corrió intensamente, pedaleó largas horas su bicicleta sin parar. Llego a casa, cenó y no se presentó al otro día a trabajar. Es raro porque nunca falta. Se le reventó el corazón, después de hacerle el amor a Lena, por última vez, entre sus piernas delgadas y el aroma de su perfume dulce, nadando en su suave vientre, tomando a cuenta gotas el néctar que nunca jamás antes encontró y que estaba seguro no volvería a encontrar en el mundo. Te quiero, Lena, le susurró al oído mientras ella como de costumbre preguntaba, “¿me quieres?” Si Lena, te quiero. El tiempo contigo se detiene. Quedémonos dormidos, apoya tu cabeza en mi brazo, porque contigo no siento que se canse, contigo me siento acompañado, contigo me siento satisfecho, contigo no le temo a la muerte. Quiero quedarme dormido, como nuestro verano, cuando descubrimos que nos queríamos. Me quiero morir, abrazándote, y no saber más. 


miércoles, 15 de mayo de 2024

Que bueno que no duran más de un año

Se fue Meredith, ya no atendió más en la pizzería. Se fue su paciencia, sus buenos deseos, su tono dulce, su amabilidad. "No pagues la propina, porfavor, hoy te ves triste¨. Esas fueron sus últimas palabras. Y sí, lo estaba. Cuando no quieres estar solo, pero tampoco buscas a alguien porque no sabes que decir. 

II 

Se fué Hanna, después de navidad. No atenderá más las cajas del minisuper. Se fue su frescura, se fué su paciencia. Se fué su calma, ya lo dije, su paciencia para hablar conmigo, en un idioma que no entiendo y que dudo poder aprender algún día. 

¿Quien lo dirá primero?

 No me hiere que me digas que te volvió a hablar. O que lo viste con alguien más y te sentiste mal. Que te sientes fea, que cuando te miras al espejo no te ves bien, que te sientes menos ante ella, su verdadera chica. Aun que lo sabías en el fondo, tampoco te voy a decir "te lo dije". Tu amor de invierno. Tu esperanza, quien cubre tus aspiraciones, a quien no te da pena presentar a tus papás, y a tus tías, a toda la familia. Te convenciste que era real, que te bañarías con él en las lindas playas del sur, como se ve en las fotografías, lugares que parecen inalcanzables, cuando estamos de este lado del mundo, en medio de las montañas. 

No me siento mal, a menos que me pidas que te quiera. O que me digas que me quieres. No vayamos a prisa. Yo ya me convencí que sí, que sí puede ser, de hecho desde antes de pasar la noche contigo. Pero seamos honestos, yo ya estoy más cansado de esperar. Tu estás por despegar. 

No me hace sentir mal que me digas que no soty suficiente, aunque no lo digas, porque gracias a dios eres sincera, y siendo honesta prefieres estar con él. Pero quieres que te escuche. Esperaré hasta el invierno. Cuando no sabemos que va a pasar, pero estamos seguros que no vamos a estar más en este lugar, en medio de las montañas. 

Ocultamente, todavía no con mucha fuerza, me empiezo a convencer de que es cuestión de tiempo para que nos empecemos a querer, y descansemos de todo aquello que deseamos, que parece fuera de nuestro alcance. 

Me hace sentir bien, que poco a poco te sientes más fuerte. Mientras yo me abandono, para sentirme más débil, en el invierno, como los árboles sin hojas. 

No me pidas que te quiera, porque uno de estos días nos darán la noticia que tenemos que partir. 

La chica que pasó al lado

-  ¿te parece bonita? 

        - Eres más bonita tú

- ... Ay por favor, ...

        - Me gusta como hueles, tú hueles mas rico. Eres las más bonita del universo, de mi universo. 

            Si no es infinito, no es tu lugar. 

Pseudónimo

Zuza se toma en serio el oficio. No es vulgar. Confías.

Sin darte cuenta el fuego interno gradualmente se intensifica, sin quemarte, con suavidad, desde la espera. Desde que la encuentras en la calle y caminas, sin prisa. Es natural, como las flores. No es vulgar. Confías.

Entra, se quita las valerinas y le quedan las medias. Se sienta y cruza las manos. No se apresura a quitarse el vestido. Bebe la copa de vino. No se apresura a nada, como si el tiempo fuera infinito.

Te pierdes en su cabello, una, dos y hasta tres veces. No hay prisa, mantiene el fuego, sin quemarte, sin enfriarte. 

Zuza se va y no te sientes vacío.

La chica más ocupada del mundo parte 1

Escuché la defensa magistral de la chica más ocupada del mundo, un poco pensando, que mi inglés era demasiado malo para comprender todo lo q...