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sábado, 19 de mayo de 2012
Sillas Vacias
Fue raro ver aquellas bancas, mesas y sillas vacías. En este mes y en Diciembre sostienen preocupación, esperanza y algunas veces un último respiro.
Al fondo solo una mujer perdida en día Viernes (pecado para muchos) leyendo un artículo en su computadora con una manzana brillante, en la esquina un par de muchachos emocionados por el descubrimiento de un programa de computadora tan común y corriente.
Caminar con los viejos ermitaños lobos de mar, para charlar ... cosas de la vida. Ofrecen como siempre un cigarrillo y esta vez lo acepto, no es bueno para mi convinarlo con una buena taza de café, pero este día los tendones de mis manos están desconectados de los nervios (desconozco términos técnicos de anatomía).
Impidió dormir para tomarme el tiempo de leer algunos blogs, como el de http://javiermardel.blogspot.mx/ y http://librosecreto.wordpress.com/ . Curiosa mente llego a mis ojos un blog nostálgico nada grotesco de un tipo que escribió algunas reseñas de las calles mas famosas de la capital, aquellas calles donde las mujeres se quedan con en mostrador para vender su cuerpo, un blog de iniciación para el inexperto curioso http://www.alaingarcia.net/agcronicas/merced.htm . Alguna vez caminé solo por aquellas calles porque me encontraba perdido. Compre una mochila en alguna calle del centro que desembocaba en una de esas avenidas tan populares, tenía 15 años y resultaba toda una osadía salir de mi casa en provincia, tomar el autobús (trayecto de 2:30 hrs aprox) tomar el metro y caminar. Descubrí también ese día un mercado donde vendían artículos de rockeros (camisas, pines, morrales, aretes, boxer, etc ) Me compre una camisa de nirvana con el símbolo de una carita con los ojos en forma de x, tambbién un morral hippie que use muchas veces para guardar los cables de mi guitarra, despues cuando la mochila se rompió lo use para transportar mis libretas en la preparatoria, lo guarde un año, nuevamente lo use como mochila y como protector de un oso o perro de peluche (no recuerdo bien) el cual a sido el mas caro que he comprado, en aquel entonces me costo lo mismo equivalente en aquel entonces a 2 barriles de cerveza. Se lo regale a ... llamemosle Blanca Nieves, tenía un nombre griego muy propio de sí, alusivo a su belleza. En aquel viaje solitario por el centro (el primero para un puberto pueblerino) también me tope con aquella calle tan famosa donde hay tiendas de instrumentos musicales. Compre un par de cables reforzados y un talí fender para mi guitarra eléctrica, la primera y la única que he tenido hasta ahora (fender squier 20th aniv ed.) porque la fa-130 es de mi hermano y las otras acusticas parachenses han sido como los primeros amores de la adolesencia, muy fieles pero sin identidad...
El viajar con mi hermano mayor (así veo a Daniel) con anteriodidad siempre sirvio para agudizar mi sentido de orientación. hubo un tiempo que lo acompañe con mucha frecuencia a comprar artículos de computación y vagabamos por las calles, siempre me explicaba el nombre y de desembocadura, hasta sabía la historia de los lugares mas extraños. La hora de la comida era la mejor ...
La ciudad esta noche tiene un silencio extraño, muy raro para ser la ciudad.
Solo esperaba que se bajara el efecto del café para poder domir
G.Urrutia
18 mayo 2012
sábado, 5 de mayo de 2012
La chica costeña.
La chica costeña.
Hace poco escuchó en el
radio un témino referente al tríangulo del sol, consta de 3 lugares
de un mismo estado con climas trópicales demasiado detestables para
su gusto, mas bien mostró su desagrado hacia esos lugares que se
hacen detestables con el simple hecho de recordar la humedad y calor
del clima. Conoció a Fernanda mucho después de haber comenzado el
curso de Teoría de Campos, se dió cuenta de su existencia porque
siempre era la última alumna en llegar a clase y por consiguiente
Alejandro tenía que ceder su lugar mas de a fuerza que de “voluntad”
porque el Dr. Rigoberto Saldivar se lo pediá amablemente exibiéndolo
frente a todo el grupo., “Compañero permita que la señorita se
siente”. “Los hombres siempre devemos ser caballerosos...” y
continuaba el sermón del Dr.
Fernanda pertenece al
triángulo del sol. Por aquellos entonces corria el mes de Octubre y
la ciudad se veía azotada por los primeros frentes fríos
antecediendo la crudeza del invierno que azotaría ese año.
Alejandro se dió cuenta que quizá esa mujer podía venir de la
costa porque la delataba el hecho de nunca quitarse la sudadera aun
estando el sol en el esplendor de las 12:30 hrs. Las personas
costeñas que residen en la ciudad difícilmente se quitan las
sudaderas a según Alejandro.
Fernanda a pezar de
pertenecer a una ciudad cálida; poseía una piel blanca
deslumbrante, cabello negro ondulado y un aire de nostalgía. Tenía
estrecho parecido con la actriz de alguna pélicula de aquellas en
los tiempos de castillos y princesas raptadas por algún hermoso
liberal de los sueños de cualquier adolescente ilusa o señora
frustrada.
Fernanda acostumbraba a
desayunar una ensalada y jugo de naranja a la sombra matutina de la
biblioteca. Se volvió costumbre de Alejandro esconderse tras las
páginas del periódico (finjiendo leerlo) observar a Fernanda para
rescatar las virtudes de princesa que anelaban su corazón carente de
afecto desde hacia mucho tiempo.
Alejandro siguió
observandola el resto del semestre hasta terminar el curso del Dr.
Rigoberto Saldivar, quizó consolarla cuando este le dijo a Fernanda
que estaba reprobada. No logró entregarle la carta que escribió
para ella en la cual resaltaba sus dotes de princesa medieval entre
palabras fugazes y austeras.
Comenzarón las
vacaciones navideñas y con ellas la nostalgía que dictaba las
peliculas que Alejandro veia con su hermana por las tardes, el
remordimiento primitivo pero en constante picoteo era la carta
escondida bajo su libreta, esa carta que nunca fue entregada.
Cuando aparecio la luna
llena Aljenandro le contaba de Fernanda y tenía la esperanza de que
ella también la estuviese viendo en ese momento, entonces el podia
usar a la luna para hablar con Fernanda.
No la vio durante mucho
tiempo, nisiquiera en sus sueños tratando de buscar su rostro en la
memoria y exclamaba “oh! Chica costeña ¿Dondé te has metido?”
y asi continuó con esa pregunta hasta que la vió los primeros dias
de la primavera en los jardines centrales a la hora de comer.
Fernanda se encontraba con alguién; era un joven con cabello casaño,
delgado, blanquisco y de sonrisa constante. Se decia que tenia ideas
espelusnantes y se aferraba en comprobarlas. Fernanda y él lucian
muy bien.
Alejandro no sintió
celos, raró en un tipo solitario como el. Por un momento imaginó
que él era el muchacho a quién Fernanda acariciaba con tanta
delicadeza el rostro y cabello ondulado, la cortés respuesta a una
broma tan infantil pero tan necesaria.
Fernanda cambió por
completo su itinerario. Alejandro hechó de menos no verla a la
sombra de la biblioteca desayunando ensalada -oh! Chica costeña
¿Porqué nos abandonaste a las dos sombras?- decia. Tampoco volvió
a ir por las tardes entre las 5 y las 7 el martes o el jueves a
pedirle ayuda con esas teorías engorrosas que Alejandro entendiá
perfectamente.
Extrañó no comprarle
más tortugas de chocolate (las favoritas de Alejandro) y ver a
Fernanda mascarlas suavemente mirando distraida a los libros con sus
grandes ojos oscuros pero eternamente luminosos.
Nuevamenté trató de
buscarla en sus sueños donde es amo y señor, nunca la encontró.
Nisiquiera por los pasillos. Ella se fue.... pero mejor dicho se le
fuerón las ganas de buscarle, porque el deve repetir un proceso
infinitamente interminable el cual consiste en bucar a una chica
costeña, observarla y enamorarse para finalmente dejarla ir
olvidando la ilusión asqueado de pensar en que aquellos labios que
han sido contaminados por los besos de alguien que no es él... y eso
nunca cambiará. Asi lo piensa con todas......... todas las costeñas
que vienen y se van .....
La mañana siguiente
conocio a Susana, ella venia de Nayarit....
G.U.
Ciudad de México
Abril/Mayo 2012
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