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sábado, 24 de agosto de 2024

Cocinar y las clases de cocina

Te he mentido y sabes que estoy mintiendo. No sé si lo estoy haciendo por ti, aunque no puede afectarte lo que yo haga. No sé si lo hago por mi para no parecer raro. Podría hacerlo por ti porque pienso que eso te hará sentir cómoda. 

Te mentí que hay alguien en mi vida para no parecer alguien raro. Para que no parezca que después te este tiempo sigo pensando en ti. Te mentí que hay alguien en mi vida para parecer como tú, para hacerte pensar que he pasado la página. Me siento con habilidad de mentir, haciendo una historia no tan rebuscada de que conocí a alguien en mis cursos de cocina, que una cosa llevo a la otra, que descubrí que la cocina me gusta, que perdí la esperanza de que alguien me cocine, hago la broma "como cuando tu no querías cocinarme porque decías que eso se veía machista", que solo cuando sintieras que iba en serio lo harías, que solo lo harías para alguien en quien tu corazón sintiera algo especial. Entonces digo, -vale nunca me cocinaste pero tomé clases de cocina, conocí a alguien, y nos cocinamos, y está bien-. Entonces procedes a la historia maravillosa de cómo lo conociste a él. Pero te interrumpo sutilmente, con maestría impecable voy cambiando el tema en lo que terminamos hablando de otra cosa, porque no quiero proyectar esas escenas en mi cabeza. No quiero ver tu carita sonriendo, o primero nerviosa cuando saliste con él por primera vez. O tu mano, o tu boca temblando moviendo el helado como cuando eran nuestras primeras salidas. No quiero imaginar cómo lo abrazaste y como fue tu primera tarde con él, tu primera noche. No quiero que esa película pase en mi mente, no necesito que me cuentes tantos detalles. No soy una de tus amigas. 

Y me preguntas que me gusta hacer ahora. Sabes, lo de siempre, la vida es simple y hermosa. Tomo la bicicleta para escarpar un poco de la ciudad los fines de semana, miro películas, voy a cafeterías para buscar mi rincón favorito, tomo el termo y vacío un poco de te, también preparo sandwiches para ir a mirar cada atardecer del verano, los fines de semana preparo cosas simples de comer, sabes que soy muy perezoso con eso. 

Entonces te das cuenta de la contradicción, que no he tomado clases de cocina y que sigo las rutinas que puedes intuir, las mismas en donde me acorralaste cuando me conociste. Ahora me tienes acorralado. Te ríes nerviosa, me dices que no había necesidad de que te mintiera. Esque sabes, me siento triste por verte, te digo, me siento contento por tí pero triste por mi, yo, me conoces y me tienes acorralado. No sé porqué me haces tantas preguntas, si sabes la respuesta. Yo no tengo necesidad de mentir pero tampoco tienes necesidad de preguntar. 

Que sabes que te extrañé, y que te quiero, pero esa solo es cosa mía. No tiene nada que ver contigo. Pero no me vuelvas a buscar. No me vuelvas a interrogar. Yo lo intento, no sé porqué no me dejas en paz y tranquilo. Yo no quería mirarte, yo no quería reunirme contigo. Pero lo hice porque siempre aspiro a ser alguien más normal. Ha pasado un tiempo y no debería importar. Pero deberías buscarme, dentro de unos cien o doscientos años. Ahora, no puedo. 

viernes, 23 de agosto de 2024

La última tarde de Verano

Miro las calles empedradas, las pinturas históricas de las fachadas, el día agoniza suavemente, sonriendo. Los rayos naranjas de sol pintan la ciudad, se ve distinta, es su vestido previo a la noche. Los jóvenes salen, se encuentran y se enamoran. Algunos aventureros viajaron juntos hasta esta ciudad bella, atravesada por un río, a las faldas de un volcán dormido. Otros más tímidos se esconden, otros se reencuentran. 

Me siento muy contento por verte. Escuchar tus aventuras forzadas. Estás más vacía. No aceptarás caminar porque no te lo permites. No permitirás sentirte bien tal como yo lo estoy sintiendo paseando contigo. Lo sabes. Buscarás que se termine cuanto antes. Pero también soy cuidadoso. Solo respiro hondo y trato de distraerte resaltando detalles que seguro no viste. Tu continúas interrogándome como una policía. 

Pero me siento bien, caminando contigo. Respiro hondo. El aire es tibio, la tarde es tibia y la ciudad es tranquila. Es una ciudad que tiene muros gruesos en sus edificios antiguos. Guardaran el secreto si me dices que aún me quieres. Guardarán el secreto como lo hicieron las paredes de mi departamento en las tardes de verano cuando decías que me querías. Mismas que te vieron despertar por la mañana, preocupada. Preocupada por decir que no era cierto, que mientras te dejabas llevar podrías decir cualquier cosa que no podrías controlar. Pero sabes, esa eras tú. 

Sabes, yo sé porqué. Pero ese será nuestro secreto. 

Tu rostro está cansado, las ojeras, la capa de grasa delatando que te está matando el jetlag. Que tienes hambre, pero te apena comer lo que más te gusta. Nadie te va a criticar si quieres una hamburguesa. Nadie te va a decir que eres una naca. 

A nadie la importa, somos más intrascendentes aquí. Nadie nos presta atención, nadie nos va a criticar. Nadie te desea y nadie me desea. 

Quiero que pruebes el vino que descubrí. Puede que te guste, puede que no. Das sorbos rápido. Yo también. Tomas tu teléfono para reportarte. O para platicar con otras personas que quizá estén intentando cenar. Pero que están escapando para escribirse contigo. Sigues siendo una niña. 

Ahora estamos aburridos porque no somos sinceros. Pero después de la media botella de vino te digo que nos dejemos de pendejadas, y que no cruzamos medio mundo para hablar de cosas que no importan, o que sí, pero que dejamos de fingir que son un problema y que no sabemos que hacer porque ambos somos bastante inteligentes. Sabemos que hacer. Sabemos cómo va a terminar. Sabemos que queríamos vernos, y tenemos muchas cosas que decirnos. 

Somos ahora tan sinceros que aceptamos que la comida es horrible. Probablemente se equivocaron con la sal, pero no dijimos nada para no vernos idiotas al principio. No importa. Disfruto estar contigo. Y tu también. Pero no quieres que lo sepa, no quieres que piense que te la pasas bien. Bueno, ahora también tienes más responsabilidades morales. 

Lo que ya es propio de ti. Caminamos otra vez, y miro tu carita preocupada. Tenemos que despedirnos. No quisiste escuchar que te dije que me siento bien caminando contigo. Apretamos el paso para que llegues a descansar, y terminemos de una vez por todas con esto. 

Siento un poco de angustia, pues sé que no te volveré a ver. Pero así es la vida. Te miro por última vez a los ojos. Tu aroma es diferente a cuando te conocí. No somos los mismos. Te quiero y no puedo desear otra cosa que seas feliz. Supongo que más de tres mil millones de almas, estadísitcamente habrá una que te mire como yo. Eres mi estrella, eres la chica más linda, la que quise y quiero esta tarde cálida. Pero es hora de irme y voltear el telescopio hacia otra parte. Larga vida y cariño para ti. 




lunes, 12 de agosto de 2024

colapso

Pedí tres semanas de vacaciones, finjí un colapso. Eñe ayudó a justificarlo. 

Ya había tenido mis primeras dos llamadas de atención, en bares, donde después de algunos sorbos reflexionas y te das cuenta que no sabes cómo llegaste ahí. 

Tenía unas cervezas encima y activado el acelerador junto con el freno al mismo tiempo. No dejé de mirarla en la periferia y la alcancé cuando se dirigió al baño subterráneo.  - Eñe, deja todo y vámonos- , le dije riéndome y tomándola por la cintura y acercándomela para besarla. Eñe me empujó de inmediato, me dijo que no era miércoles por la mañana, - quisiera que fuera miércoles ahora mismo- le dije. Eñe, quiero que sea miércoles, Eñe por favor. Solo un beso. 

- Esteban, tienes que calmarte. Te veo el miércoles por la mañana, ¿okay?, como siempre, ¿okay?, Esteban ¿estarás bien? - . Y Eñe se aleja friamente, con su sangre fría de reptil, su sangre fría, su sangre del norte, su sangre sibérica.

Se apagó mi cerebro. Dicen que su novio me puso la golpiza que hacía mucho no me metían, desde la secundaria no me habían plantado tremendos puñetazos. De hecho nadie me había dejado la cara hecha mierda. Por suerte era verano y todos sabían que yo andaba en la bicicleta. Les dije a todos que me caí, que necesitaba recuperarme. Pero mejor aún, que los amores secretos, se quedan en secretos, o que tal vez salen a la luz, y cuando eso pase, vas a perder. 

Creo que no seguiré

Soy cuidadoso de no acercarme. Siempre lo soy. Un animal tímido. El respeto, eso es el lenguaje universal. 

No iré a cenar contigo. Caminaré solo. Buscaré estar solo. Eres la chica de mis sueños. Pero no te dejaré acercarte. Te cansarás de mi en dos meses. Yo habré puesto mi corazón descanzando contigo, porque creo que eres la chica de mis sueños. Pero me alejo, por eso, porque te cansarás de mi dentro de dos meses, cuando empiece a necesitar de verdad estar contigo. No te acerques, dejame solo, escuchando música, imaginando.

domingo, 4 de agosto de 2024

Anticipo un desastre

No sé cómo llamarla, la llamaré, Ella. 

Ella me recuerda a la niñez, cuando no quería hablar con alguien pero quería hablar. Ella esconde la mirada cuando llego, y yo escondo la mirada cuando la encuentro. Ella me conoce y yo la conozco, pero sería raro si nos hablamos como conocidos, como colegas, o como amigos. La conocí en uno de mi sueños y no sé si ella me soñó también, pero me ha visto por ahí perdido. 

Otra vez soy el animal pastando. 

Su mirada despectiva, cuando nos encontramos solos y no había más remedio que saludarnos. Pero se pierde en el inifinito, "ay si... ay sí, che morrilla mamoncilla, ay si aññññ aññññ". 

La miro de reojo, después de frente. Tiene cara que me va a hacer pedazos. 

Vale, no importa, ay voy ....

domingo, 21 de julio de 2024

Chica en el bar

Estaba ahí la chica con cabello castaño que me estaba mirando y mirando, y mirando. Demasiado pesado con dos cervezas en mi estómago para levantarme. O más bien con el corazón y las víceras destrozadas para levantarme y hablarle. No quiero conocer a alguien más. Quiero estar solo, aquí, tumbado, fumando mi cigarro, disfrutando de la tarde de verano.

Ella miraba y miraba. Me clave en mi libro. Sentado en la silla camastro. encendi otro cigarro y leía los escritos de un viejo indecente. El viejo Bukowski. Ella está bebiendo una copa de chardone, depués se pide un cheescake, termina y se pone a fumar. Por dios, esa chica bebe, come y fuma, quiero una de esas por favor.

¿Cómo le hablaría? Con el truco que me enseñó Alberto, en Valencia. Saca tu cigarro y finge que no tienes encendedor. Después empiezas a hablar, si continúa la plática ahí te quedas.   

Vale, al final no me quería ir de este lugar sin hablarle a esa chica. Vale, no, lo mejor no, lo mejor es ir a casa, ya son las 10 de la noche y la tarde ha muerto. Si regresamos a la disciplina del shabat, mañana domingo debenmos empezar temprano, el adulto dice que tenemos que dormir temprano. 

La miro por última vez y levanto mis brazos en señal de, ni modo tengo que irme. Me levanto, antes de irme sacudo la ceniza del cenicero en el bote de basura. Ella me alcanza y me pregunta si tengo encendedor. 

viernes, 19 de julio de 2024

Fracturas

 Nuestra relación se fracturó cuando llegué a casa muy triste. Acababa de reprobar un examen que era bastante fácil. Era imposible explicar porque mi mente había ordenado escribir todas las respuestas pero cuando miré el exámen calificado tan solo estaba la mitad. Era un exámen fácil. Lo sabía. No esperaba ver el 4.5 de calificación. Peor aún, estaba loco. 

Ya había decidido al otro día internarme en el hospital. Ser lo más sincero posible y abrir mi mente a tomar medicamentos. 

Llegué con Sara, me miró y me dijo que si todo estaba bien. Me abrazó. Me dijo que no tenía que aguantarme, que podía llorar si quería. Entonces me solté a llorar. Sentí que me liberé. 

Más tarde Sara dijo que estaba asustada, que le asustó la manera en que me puse a llorar. Entonces, supe que ella no podría apoyarme. Me sentí solo y reafirmaba mi educación de que un hombre no debe llorar. Sara no estaba preparada para escucharme. Sara veía el mundo muy rosa, Sara no podría ofrecerme sus brazos para llorar. Sera dijo que podía llorar pero en el fondo no. Sara me abandonó. Aunque seguimos juntos por otros largos meses. Al final, no le dije sobre el hospital, sobre los medicamentos. Al final ella quería a alguien perfecto. 

La chica de la cafetería

Hola, traje amigos a comer. No quiero parecer loco, o solitario, aunque prefiero venir a comer solo. No quiero parecer un vagabundo tampoco, porque no visto formal como toda la gente de por aquí. Me gusta el rock. 

Gracias por sonreír siempre. ¿Porqué tienes dos aretes distintos? Uno de gato y el otro es una cadena larga con una estrella al final. 

Me gusta venir a comer, solo estarás en verano. No me da miedo no volverte a ver. Esas cosas están desapareciendo. Gracias por sonreír y gracias por tu paciencia. Tú también tienes ojos muy bonitos, tienen un verde muy bonito, de ese que parece gris. Pasa un buen fin de semana. 

jueves, 18 de julio de 2024

Cálida tarde de verano

 Me dijo que le caía mal, con mi sonrisa estúpida cada que entraba a la recepción, ¿porqué decidí hablarle? Porque no dejó de mirarme la tarde de la primera semana de Julio. Su cara de enojada, mamona, los ojos verdes más intensos que he visto en mi vida, - pero ocultamente amo su perversión, su mirada de fuego consumiendo el aire caliente del verano- sus ojos mirándome fíjamente, la muerte y la vida a la vez. 

Eres la chica más hot del verano, pero no puedo seguir contigo, me vas a consumir, me vas a comer vivo, me vas a volver loco, me vuelves loco esta tarde, no puedo ocultar el temblor, nos quedamos dormidos, mientras nos acaricia una brisa fresca que entró por la ventana. No quiero trabajar y apenas es miércoles. 

miércoles, 17 de julio de 2024

Tarde con nubes pero no cae la lluvia

Se cubrió el cielo de nubes y escaparemos en la bicicleta. Detrás del concreto está el atardecer. Uno nunca sabe si será el último.  No, solo quieres salirte y ya. 



 

La chica de la cafetería

Me acerco al mostrador y le da risa, porque trato de hablar en su idioma, lo hago con mucha torpeza. Creo que le parezco chistoso. Se ríe. 

Creo que es una motivación para aprender más palabras. Buenas tardes. ¿Cómo estás? Yo soy gerardo, ¿tú eres ? Ya me cansé de comer diario milanesa de ternera, quiero comer otra cosa. ¿de qué es la sopa? 

Me caes bien, gracias por tu paciencia, ¿podemos ser amigos? 

Día 4

 Las calles son frías, las calles siempre son frías. Sabes que perteneces a un lugar cuando no te da miedo caminar de noche. Te unes a los vampiros, caminas junto a ellos, sin rumbo, junto a ellos. Lo hacemos parecer que vamos seguros, hacía una dirección pero en realidad no.

Somos fantasmas, ¿me recuerdas? 

Terminamos la noche en lugares cálidos, lo suficiente para soportar el frío. Vamos sin rumbo, tratando de olvidar los recuerdos que algún día nos hicieron sentir humanos. 




domingo, 14 de julio de 2024

Nada que decir

Ya sé que vas a estar aquí mirando, husmeando, porque también tenemos que aceptar que estás loca. 

Esque ya no tengo nada que decir. Esther me dijo de escribirte, para decir que no era necesario lo que hiciste. 

Es injusto que siempre me alejé de ti y tu buscaste acercarte. 

Sabias que incluso te estaba evitando, ¿no?

Por el cariño que te tengo y el cariño que me tienes, debiste saber que era mejor dejarme ahí, solo, en mi mundo. Pues la estaba pasando bien. 

Debí alejarme mucho tiempo antes, de que te colaras en mi vida, cuando noté que eras una persona con muchas ambigüedades. 

Sin embargo, aunque siento cariño por tí, me dí cuenta que tú nunca velarás por mi bienestar, por mi cuidado, tanto como yo lo he procurado contigo. 

No tienes que fingir ingenuidad, siempre supiste conscientemente lo que estabas haciendo. 

Buena suerte en la vida, 

g. 

martes, 9 de julio de 2024

La chica mas hermosa del mundo y las oportunidades de la vida

Mi cafetería favorita estaba llena de gente, pero me sentía más paciente que nunca, un poco de cafeína, el expreso especial me ayudaría a enfocarme para leer un artículo. Pienso en lo bueno que es la vida, me pagan por leer artículos científicos, por estudiar las cosas que más me gustan, ¿no es este el sueño? Al menos esta tarde lo es. Estar en una ciudad bonita, es una tarde de primavera lluviosa, se siente bien, estoy dentro de mi cafetería favorita. 

Me entregan mi expreso especial, miro la mesa que encontré vacía cuando llegué pero con torpeza no aparte mientras estaba formado antes de ordenar. Miraba la mesa pensando en que las oportunidades se van, como dice José Ramon, es el instante en que estás parado en la plataforma del tren y no alcanzas a subirte, se va y no hay más, déjalo ir. -Bueno, no importa- me digo, algo pasará.

Frente a mi hay una pareja, se les acerca una chica con una chamarra y mochila de vinilo, empapada. Ella está empapada, por la lluvia, pero la chamarra y la la mochila son impermeables, está mojado su cabello castaño rojizo corto. Es linda. 

Sus amigos le acercan una silla, ella remueve su chamarra y se acerca a la caja para ordenar algo.

Estaba yo de pié esperando a que una mesa se desocupara. Cuando por fin encuentro una mesa vacía, un poco alejado de la mesa con los amigos, tomo mi mochila y la pongo en la silla para apartar mi lugar, pero dejo el café en una de las barras provisionales. Regreso por el café y miro de frente a la chica. -Es la chica más hermosa del mundo- 

No puedo describir la frescura de su rostro, como las flores frescas en la primavera brotando en los parques. Los ojos destellantes, verdes, pero no ese verde claro violento, un verde que se vuelve oscuro cuando destellan, pues se mira más el reflejo de las cosas, mi reflejo. ¿Es de aquí? Si, no es extranjera porque habla mucho con el cajero. Es baja de estatura. Es muy joven. No me doy cuenta, pero no me dí cuenta en el momento que decidí pararme en la barra, a un lado de ella. Voltea y sonríe. Yo también, pero mi timidez hace que me dirija a los postres, para buscar un pretexto. Si se me va la vida buscando pretextos. 

La chica regresa a la mesa y yo también. ¿Porqué no tomé la mesa que estaba junto a ellos? Uno nunca sabe en la ruleta de la vida. 

Me siento a leer el artículo, me apresuro, tengo que emitir un reporte porque soy el referee. Oh si, nada bueno que reportar, los autores respondieron mis major concerns, los del auto plagio de su propio trabajo. Debería estar descansando, es sábado. Porque no, me gusta mi vida, me gusta leer papers, me gusta hacer experimentos, jugar, estar en todo lo que el trabajo de científico me permita. Pero, porqué no. Volteo hacia la mesa donde está la chica más bonita del mundo, pero es bajita de estatura, la cubre la barra, pero veo su cabello. Con suerte ella se acercará a la barra para ordenar algo y me acercaré, a hablarle, a invitarle un postre. 

Pero ella no se levanta, pero yo me acerco a la barra para mirarla de cerca y constatar si no es un espejismo. Vale que hacía tiempo no sentía ese impulso de dejar el trabajo por ese angel que parece haber bajado del mismísimo cielo, o escapado de un lugar de mis sueños. Miro para constatar, pero por un momento tengo dudas. Me puedo acercar a la mesa pero por un momento tengo dudas porque me parece muy joven, menos de 20, y bueno, yo de 30, nooo. Eso se verá raro. 

Compro un postre y volteo en lapsos de 10 minutos. Ya no tiene caso seguir leyendo, y haciendo mi reporte, he perdido la concentración total. 

Miro en la ventana y veo como se aleja. Salgo de la cafetería y se cruza una rata frente a mi. Me asusto. Pero también pienso que si llamo su atención la asustaré como la rata me asustó a mi. Regreso. Pienso, vale, no sabes. Pero no eres una rata, la oportunidad de no sentirte como una rata. 

Epílogo: 

Caminas al azar y si la encuentras por segunda vez la vida te da una segunda oportunidad. Pero eso, raramente pasa. Medio año después, no ha pasado y no pasará. Ya olvidé como es su rostro. 


https://youtu.be/i7tNkiwSWWM?feature=shared

miércoles, 22 de mayo de 2024

Un intento raro

 Se está preguntado si su corazón puede reventar. Se recupera rápido. Se adapta rápido. Eso lo sabe, lo dijo el entrenador hace tiempo. Los sabe por la madera. Pero en algún momento perderá el sentido, como aquella tarde en la casa de los relojes, donde se ejercitó intensamente hasta sentirse mareado y vomitar. 

En el fondo sería menos raro, tan solo abusó de sus límites, así comentarían en su funeral. Se emocionó y corrió intensamente, pedaleó largas horas su bicicleta sin parar. Llego a casa, cenó y no se presentó al otro día a trabajar. Es raro porque nunca falta. Se le reventó el corazón, después de hacerle el amor a Lena, por última vez, entre sus piernas delgadas y el aroma de su perfume dulce, nadando en su suave vientre, tomando a cuenta gotas el néctar que nunca jamás antes encontró y que estaba seguro no volvería a encontrar en el mundo. Te quiero, Lena, le susurró al oído mientras ella como de costumbre preguntaba, “¿me quieres?” Si Lena, te quiero. El tiempo contigo se detiene. Quedémonos dormidos, apoya tu cabeza en mi brazo, porque contigo no siento que se canse, contigo me siento acompañado, contigo me siento satisfecho, contigo no le temo a la muerte. Quiero quedarme dormido, como nuestro verano, cuando descubrimos que nos queríamos. Me quiero morir, abrazándote, y no saber más. 


miércoles, 15 de mayo de 2024

Que bueno que no duran más de un año

Se fue Meredith, ya no atendió más en la pizzería. Se fue su paciencia, sus buenos deseos, su tono dulce, su amabilidad. "No pagues la propina, porfavor, hoy te ves triste¨. Esas fueron sus últimas palabras. Y sí, lo estaba. Cuando no quieres estar solo, pero tampoco buscas a alguien porque no sabes que decir. 

II 

Se fué Hanna, después de navidad. No atenderá más las cajas del minisuper. Se fue su frescura, se fué su paciencia. Se fué su calma, ya lo dije, su paciencia para hablar conmigo, en un idioma que no entiendo y que dudo poder aprender algún día. 

¿Quien lo dirá primero?

 No me hiere que me digas que te volvió a hablar. O que lo viste con alguien más y te sentiste mal. Que te sientes fea, que cuando te miras al espejo no te ves bien, que te sientes menos ante ella, su verdadera chica. Aun que lo sabías en el fondo, tampoco te voy a decir "te lo dije". Tu amor de invierno. Tu esperanza, quien cubre tus aspiraciones, a quien no te da pena presentar a tus papás, y a tus tías, a toda la familia. Te convenciste que era real, que te bañarías con él en las lindas playas del sur, como se ve en las fotografías, lugares que parecen inalcanzables, cuando estamos de este lado del mundo, en medio de las montañas. 

No me siento mal, a menos que me pidas que te quiera. O que me digas que me quieres. No vayamos a prisa. Yo ya me convencí que sí, que sí puede ser, de hecho desde antes de pasar la noche contigo. Pero seamos honestos, yo ya estoy más cansado de esperar. Tu estás por despegar. 

No me hace sentir mal que me digas que no soty suficiente, aunque no lo digas, porque gracias a dios eres sincera, y siendo honesta prefieres estar con él. Pero quieres que te escuche. Esperaré hasta el invierno. Cuando no sabemos que va a pasar, pero estamos seguros que no vamos a estar más en este lugar, en medio de las montañas. 

Ocultamente, todavía no con mucha fuerza, me empiezo a convencer de que es cuestión de tiempo para que nos empecemos a querer, y descansemos de todo aquello que deseamos, que parece fuera de nuestro alcance. 

Me hace sentir bien, que poco a poco te sientes más fuerte. Mientras yo me abandono, para sentirme más débil, en el invierno, como los árboles sin hojas. 

No me pidas que te quiera, porque uno de estos días nos darán la noticia que tenemos que partir. 

La chica que pasó al lado

-  ¿te parece bonita? 

        - Eres más bonita tú

- ... Ay por favor, ...

        - Me gusta como hueles, tú hueles mas rico. Eres las más bonita del universo, de mi universo. 

            Si no es infinito, no es tu lugar. 

Pseudónimo

Zuza se toma en serio el oficio. No es vulgar. Confías.

Sin darte cuenta el fuego interno gradualmente se intensifica, sin quemarte, con suavidad, desde la espera. Desde que la encuentras en la calle y caminas, sin prisa. Es natural, como las flores. No es vulgar. Confías.

Entra, se quita las valerinas y le quedan las medias. Se sienta y cruza las manos. No se apresura a quitarse el vestido. Bebe la copa de vino. No se apresura a nada, como si el tiempo fuera infinito.

Te pierdes en su cabello, una, dos y hasta tres veces. No hay prisa, mantiene el fuego, sin quemarte, sin enfriarte. 

Zuza se va y no te sientes vacío.

Que se termine el verano

Que se termine el verano para no tener el pretexto de salir.  Ya no quiero salir este verano, amigo, me siento cansado. Me zumban los pies c...