Están escritos mis recuerdos entre los reportes del trabajo. Apareces espontáneamente.
Nos pudimos querer en el último verano. Después de tomar aperol, después del caos entre las sábanas, música que se escucha a lo lejos y el aire templado entrado por la puerta del balcón del piso que renté para que pasáramos el mes juntos olvidando todo y a todos. Tampoco te molestaría que encendiera un cigarro, o hasta nos aventaríamos a fumar un poco de hierba. El tiempo se detendría mientras el sol le pegue a tus muslos y se vuelva naranja en el horizonte para avisarnos que tenemos que salir a cenar, y regresar a seguir queriéndonos. Estoy seguro que yo quería y también por tu parte, estoy completamente seguro.
Ya no lo sabremos, porque como siempre, nos faltó certeza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario