La chica de mis sueños

Eres la chica de mis sueños. Me gusta mirarte, me gusta mirar como te ríes, como te siento cuando te abrazo, tu sentido del humor, tu optimismo tonto que le aprendiste a los gringos. Eres la chica de mis sueños, siento que puedes entenderme, que no bostezas cuando hablo. Bueno, también trato de parecer divertido, de no ser tan pesado y tan aburrido como me han dicho. 

Pero otra vez tengo ese sueño en las noches, ese sueño donde se viene el fin del mundo. Donde me pregunto cómo serán las semanas después, después de que no estés. Y esque eres la chica de mis sueños, mis amigos me dicen que llegaste porque la vida tenía que mostrarme que había alguien mejor que la chica vampiro que se tragó y masticó mi corazón. Y ya lo creo, eres la chica de mis sueños y no tengo que justificar porqué estás conmigo. Yo lo intuyo y está bien. Como bonus extra mis amigos lo intuyen también. Ellos me dicen que es obvio, que solo tengo que decirte, que no me haga el tonto y que salgas más conmigo, más diferente, más cercana.

Pero si lo hago después me dejarás. Sé que pasará. Me dejarás como Andrea, Natalia, Helena, Marlene. Te alejarás como Sania y Ana. Despertaré algún día, y me daré cuenta que el reloj avanzó tan rápido. 

¿Porqué no terminamos esto a tiempo? Porque no seguimos así, como amigos. Tomando café y leyendo aveces. Te preguntaré mis dudas. Y te seguiré explicando las que tengas de mi parte. Yo quiero así y no hacer caso a mis amigos. 

Tal vez algún día nos ayudemos a publicar cosas, o nos presentaremos gente que nos haga la vida más fácil. ¿No hacen eso los amigos y los colegas? 

Mejor lo dejaré así, te vas a alejar de mí y no sabré porqué, y estaré triste y no sabré si sea correcto buscarte porque eso nunca sale bien. Optaré por no hacerlo, porque la vida me ha enseñado eso. Pero nos vamos a encontrar porque es un mundo pequeño. 

Quiero que te quedes pero es mejor detener esto suavemente. Lanzaré mensajes confusos, te diré que soy tu amigo, un hermano, alguien que quiera lo mejor para tí. Mira, tengo un amigo divertido y muy guapo. 

Empezaré a poner mi límite yo. 

Te vas a cansar y te vas a ir y no sabré porqué, y entonces empezaré a especular. Me preguntarán y no diré la verdad. Esconderé la verdad en mensajes cripticos, en distintos tiempos, a distintas personas, hasta que me confunda a mi mismo, y tenga temor de hablar de ello por temor a no decir la verdad, porque estará oculta, pero tan enredada que yo mismo dudaré. Entonces, tendré miedo y callaré. Y no se tocará más el tema. 

Te vas a ir, dejaré de ser una persona interesante para tí. Dejaré de ser divertido. Dejaré de arriesgarme a conocer cosas nuevas contigo, por temor al riesgo, a que te incomodes o que te molestes. Empezaré a dar pasos torpes, mi mirarás aburrido, tomando siempre el mismo café, bebiendo siempre el mismo vino, la misma cerveza, comiendo en el mismo restaurante italiano, la misma pasta, es mismo postre y la misma pizza. 

Conoceremos a personas nuevas en alguna reunión, personas nuevas que me sonreiran, pero tu sabrás que es el mismo guión trillado que tengo con las personas nuevas. Te alejaras un poco del circulo, antes que te vea bostezar. 

Bostezaras en mis charlas y pediras perdón porque dirás que tuviste un día pesado. 

Después te alejarás de mi vida dando saltos logarítmicos cada ves más largos hasta que un día no regreses y dejes de contestarme el teléfono. 

Entonces me preguntaré porque hoy, en este día, no me detuve a decirte lo que siento por tí. Que me gustas mucho y que creo que eres la chica de mis sueños. Pero mejor lo dejaré por escrito. Lo cantaré en los conciertos, lo tocaré en el piano y lo escribiré en las notas. Entre líneas. Eres la chica de mis sueños, pero no forzaré la vida a que lo seas para mí. Aveces, vale la pena otorgar el silencio.