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sábado, 19 de febrero de 2022

Rómulo y Remo

I

Se me va el año en fines de semana favoritos. Estos, a la luz tenue. A salvo del ruido, de la gente, de la vida. Contándote cosas que me cuesta trabajo formular, articular, fantaseando que tienes la paciencia de escuchar sin bostezar. 

Tengo mucho sueño. Estoy cansado. ¿De qué? Sabes, si salgo de casa es cansado. Correr no es cansado. Correr entre los árboles en estas noches de luna llena, no es cansado. Salir a tomar el café no es cansado. Tener miedo es cansado. Tomar el transporte público es cansado. 

Soy libre. Confieso que podía evitar salir esta tarde, por si querías ir a cenar algo, pero no hubo rastros de tí, bueno sí, siempre los hay, pero no necesariamente para mí. Mateus marcó para salir a comer, no quiso decirlo, había una razón que yo también he ocultado en años, cada que la tierra termina un ciclo al rededor del sol. Yo aprendí a ocultarme, a fingir que nada pasa, pero no todas las personas son así, no todos deben asumirlo así. 

Salí, mas que para ser compañía, un buen amigo, salí a pedir ayuda, pero no me atreví a pedir ayuda. Mateus me contó la historia de Roma, de la grandeza y la decadencia. 

¿Las personas pierden el rumbo cuando olvidan sus orígenes?

Mateus siempre me defendió de las personas. Fue como mi hermano mayor. Hoy me corrigió de usar el tenedor a pesar de mis 30 años. Me explicó porque es bueno que la carne que ordené no debe estar bien cocida. 

Entendí mis orígenes. Mateus no tiene miedo pero se ve cansado, creo que es como yo. Caminamos de la zona fancy a la zona decadente donde estaba la estación del metro más cercana. Poco a poco las calles se hacían más sórdidas, ya se acercaba la media noche. ¿Tienes miedo o quieres que llame un taxi? No tengo miedo. Gente bebiendo en las calles. Autos mal estacionados. Ricos puestos de comida. Un bar de mala muerte con las puertas abiertas donde una chica cantaba mal el karaoke mientras una bola de macuarros aclamaban el espectáculo. Cochambre nauseabundo. Algunas casas abiertas mostrando un laberinto de pequeñas casas dentro- ratoneras mal improvisadas-. 

II

Me preguntó que si algún día planeo casarme. Le dije que no. Él me dijo que esas cosas llegan de forma misteriosa, como le llegó a él. Que uno elige hacer una vida con alguien. - Pregunté- ¿No te parece que las personas sufren al hacer eso? - Eso es la vida, lo que pasa antes de llegar a lo que imaginaste que pasarías. Entonces concluí que uno elige sus propios sufrimientos. Estar solo es horrible, estar acompañado también lo es. Como deseo que estés aquí conmigo, dulcinea, esta noche, pero que desaparezcas cuando despierte por la mañana. No le conté a Mateus de tí porque sonaría estúpido, tú eres mi secreto, yo el fantasma que aveces pena en calles alegres, algunas veces en el bosque y otras en calles nauseabundas. 


viernes, 11 de febrero de 2022

Otras crónicas del fantasma

Cada quien libra la batalla a su modo. La semana a su manera. Pido esquina. Aunque no escribí muchas páginas, ni acumulé una palpable producción de algo que valga un reconocimiento, estoy cansado del tiempo que transcurre violento. El reloj aceleró. 

Me detuve un poco, esta noche para olvidarme de todo. Apagué la computadora y desconecté el teléfono. No quiero saber nada del mundo. Solo contarte. Es mi día favorito de la semana. Estar sentado con la tenue luz contándote lo que ha pasado. Debe ser pesado escuchar a alguien quejarse, ¿verdad? Lo siento, esque no hay alguien que lo tolere. Si, es pesado. Gracias. 

Si este viernes tiene un sonido, suena a un disco de Nick Cabe. Si tiene sabor, sabe a una copa de vino tinto. Si se siente, se siente frío. Si se huele, huele a vino tinto. 

Así me pasa, digo tanto sin llegar al punto. Esque estoy calentando motores. 

Aveces es duro ser un fantasma. Penando en los muros de habitaciones frías, como de criptas, esperando ser recordado. Algunas veces aparecemos en charlas, en historias de hazañas. Desaparecemos otra vez entre risas o nostalgia, o entre la pasión siguiente acelerada por las copas de vino. Perdemos importancia cuando es más importante el presente, cuando es más importante la sonrisa de ese nuevo amor, el sabor de sus labios, la adrenalina de no saber que va a pasar. 

Te envidio por el paso de nuevos amores en tu vida.

Es duro ser un fantasma para ser recordado en un instante tan corto. Desaparecer tan rápido. Y quien sabe hasta cuándo. Ojalá no envejeciéramos para que la paciencia valga la pena. 

Un fantasma muerto en vida podría esperar toda una vida. Esperar ser invocado. 

No todos los fantasmas son inmortales.

Bueno, esque no sé cómo decir que fue pesado tener que esperar. Que no me rezaras ninguna plegaria. No escucharte. Nunca había sido tan pesado, esperar. 

Pero estás aquí, a la luz de este cirio pascual. 

Me di cuenta del paso de los años. Me miro al espejo y cada vez me parezco más, no a mi padre, sino a mi abuelo. Hoy me corté el cabello. Y cada vez es menos. Por eso sé que ha pasado el tiempo. 

Que bueno es tenerte aquí, a la luz de este cirio pascual. No olvides rezar una plegaria por mí. Invocarme de vez en cuando. Para saber que sigues ahí. Para saber que estoy ahí, en tus recuerdos.

sábado, 5 de febrero de 2022

Sábado Frío

Me escapé a hacer ejercicio por la tarde. El gimnasio está lleno a pesar de ser sábado en la tarde. Es febrero, la gente aún no se rinde. Espero se rindan pronto, para no tener que lidiar con tantos, no me gusta estar rodeado de tanta gente.

Me sorprendió la lluvia de la tarde. Me dirigí a casa.

Me sorprendió el reclamo del vecino por quitar un estúpido adorno, que en definición estricta es basura. Me sorprendí a mí mismo decirle que no esté chingando.

Tomé una ducha. 

Guardé el hambre para esta hora, para ir a comer en mi lugar de pizza favorito. Me llevaría la computadora para escribir prometiéndome que esta vez comería lento. Teclear es una buena excusa para comer lento. 

Llego a mi lugar favorito de pizza y está lleno. Esperé un poco para obtener una mesa. Confieso que tengo cierto sentimiento de culpa. Pues ocupo un lugar que podría ser para dos y podrían cobrar mejor. Pero estaré yo, pidiendo lo de siempre.

Está la chica del lugar, con su aura amable, se ve estresada. Tal vez le estresa ver tanta gente como a mi. Se disculpa por tomar la orden 20 minutos después de que me senté. Por mi no hay problema, estoy escribiendo en la computadora, no quiero estar en casa esta tarde, por mi está bien estar aquí. 

Pienso, que tonto me veo con la computadora en un lugar donde la gente va a relajarse y a pasarla bien. Yo la estoy pasando bien. No te diré en qué estaba trabajando porqué será una sorpresa, pero te aseguro que me gusta hacer eso y lo disfruto. 

Como y tomo algo. Escribo, tomo y como algo. Estoy bien. Hace mucho frío. Termino.

Sin embargo ... 

La chica del lugar se acerca, me pregunta "¿te sientes bien?". Uno nunca espera una pregunta así cuando todos parecen estar clavados en sus propios asuntos. Le pregunté que si me veía mal. Ella se queda pensando unos segundos para reparar diciendo, "no, no, de hecho te ves bien, pero te ves cansado". Dije una de mis tonterías cotidianas de que me levanto temprano y que los fines de semana quisiera levantarme tarde pero no puedo, que probablemente sea eso. 

Pude decir que tenía mucho frío. Que me salí de la casa porque no quería estar ... no quería estar ... algunas veces uno no quiere estar en la casa escuchando a sus fantasmas; abandono, rechazo, preocupación, celos, tristeza, deudas, futuros inciertos, la vida; que me sentía, si, no me sentía bien. 

La chica del lugar no cargó el cobro de servicio a la cuenta. 

Me salí del lugar casi a punto de su cierre, cinco minutos antes de las diez de la noche.

Regresé a casa y sentí mucho frío. 


Nunca más en la vida

Nunca te quedó claro que jamás quería volverte a ver, al menos por mi voluntad propia.  Por tu parte tenías esa idea idiota de que podíamos ...