Ayer caminábamos, en una de las calles empedradas (que dicen mandó a
construir uno de los viejos dictadores para pasearse los domingos), en
la noche, pasamos frente a una iglesia antigua y chiquita, bonita. En la
puerta, de la pequeña iglesia sin atrio, había un letrero que decía
“las misas dominicales son a las 8:00 a.m.”, mismo que motivó los deseos
de Sandra por volver a tomar la costumbre de ir por la sagrada
comunión.
Me mofé.
Imagínate ir a la iglesia cada domingo mientras duren nuestras
ganas de estar juntos. Técnicamente no podríamos tomar la comunión,
pues, en el pueblo dirían que estamos amancebados. Además, he blasfemado
tanto al punto de merecer la excomunión, pero que de manera voluntaria
la adquirí.
Nadie pudo ser más católico que yo, niño reprimido que aprendió a
leer y escribir en la escuela de catesismo desde los cinco años, quien
fielmente se introdujo al significado de los colores y el incienso junto
con la música para cada rito, quien incluso estuvo encerrado una semana
en el seminario para ser cura, pero que decidió salirse no por estar
rodeado de homosexuales bien raros, sino, porque las posibilidades de
que me enviaran a roma a estudiar las sagradas escrituras eran nulas,
porque no estaba en tiempo; no aprendí griego, ni latín, ni hebreo ni
arameo. Porque no tenía ganas de servir a un puñado de fieles con quien
tenías que ser condescendiente animandolos a continuar con una forma de
vida muy blandengue. Por tanto, yo no tenía alguna genuina vocación de servicio a
la comunidad.
Sandra me contó que algunas veces escapó de la iglesía porque los
sermones eran muy aburridos. Yo le dije que quizá no quería aburrirse
más ...
Para continuar con la mofa, fingí ser una paloma de campanario,
picando con las frases "un buen católico debe saber el significado de
los ritos y los sacramentos, un buen católico debe conocer la historía
de sus salvación, un buen católico está de hueva", como chingo con mi
excremento ácido de paloma.
-¿Sandra quieres que te evangelice? Creo que no sabes bien el catecismo.
- Sandra yo te bautizo con el nombre de María, en el nombre del padre ...
- ... y si continuabamos juntos "ni de pedo se te ocurra que nos
metieramos a una chingada iglesia para contraer las nupsias" .
Sandra se molestó.
Sandra, tendría que contarte una larga historia, para que entiendas porqué me causa enojo, pero si muero antes de ti, por favor te encargo que le
digas a mi familia no poner una cruz en mi funeral.
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